La Quiniela de Inlucro


Típica jornada prenavideña en la que interesa jugar muchas variantes.  En muchos partidos “fáciles” puede saltar la sorpresa. En Primera el Madrid camina con paso firme a por el título de Liga y en Segunda se repite el escenario de todos los años.

La Quiniela de la Semana

Partidos Pronóstico Pronóstico Pronóstico Resultado
Granada Español X 1 2 1
Real – Atlético 1 X X 1
Mallorca Valladolid X 1 2 2
Valencia Celta 1 1 X 1
Leganés Sociedad X2 1 1 1
Eibar Betis 1 2 X X
Bilbao Getafe 1 X 2 2
Sevilla Alavés 1 1 1 X
Ponfe Huesca X2 1 1 1
Elche Málaga X2 1 X 1
Fuenlabrada Gerona X2 X 2 2
Cádiz Zaragoza X2 1 1 X
Oviedo Albacete X2 1 X X
Racing Alcorcón X2 X 1 2
Barcelona Levante 3-1 3-1 3-1

1 columnas. 7 dobles reducidos, al 13. 12 euros

Lista definitiva de Participantes

Bote Participante Jornadas 1-17 jornada 18-21 jornada 22-25 jornada 26-30 jornada 31-33 jornada 34-37 jornada 38
13,08 euros Cascoporro 52 euros 16 euros 14 euros 18 euros 12 euros 11 euros 4 euros
2,24 euros Andrés 66 euros 16 euros 14 euros 19 euros 12 euros 12 euros 4 euros
07,90 euros Tartesos 66 euros 16 euros 14 euros 18 euros 12 euros 14 euros 4 euros
0,08 euros Rafa 17 euros 12 euros 4 euros
11,66 euros Kikova 21 euros 16 euros 14 euros 19 euros 12 euros 14 euros 4 euros
2,13 euros Belge 76 euros 18 euros 15 euros 18 euros 12 euros 14 euros 4 euros
58,83 euros Vincent 48 euros 16 euros 15 euros 19 euros 12 euros 14 euros 4 euros
63,96 euros Santiago 19 euros 12 euros 14 euros 4 euros
Lechu 59 euros 17 euros 15 euros 19 euros 12 euros 15 euros 4 euros
Alfonso 87 euros 17 euros 15 euros 19 euros 12 euros 15 euros 4 euros
13,63 + 0,26 euros Club InLucro 492 euros 144 euros 120 euros 168 euros 108 euros 123 euros 36 euros

3 Quiniela de 7 dobles reducidos a 13. 36 euros

Racionalidad de los días festivos y horarios comerciales


Cualquier español que viaje al Norte, a cualquiera de los países que vieron nacer la Revolución Industrial, sabe por experiencia que si llega tarde al mediodía o por la noche, se quedará sin poder comer o cenar.  En Berlín, cuna de las nuevas ideologías, los camareros le harán saber, con un inglés de andar por casa, que la cocina está cerrada a partir de las 10.  Se pueden emborrachar pero no cenar.

Por regla general, en todos esos países es mejor no accidentarse a partir de las 6 de la tarde, durante el fin de semana , ni necesitar nada que no pueda llevar en la maleta.  Todo está cerrado.  Lo racional, según esa buena gente racionalizadora, es quedarse en casa viendo la tele.

La crónica que puede hacer cualquier viajero español, al estilo de las que inmortalizaron en España los turistas británicos y franceses, es tan elocuente que se debería enseñar en los colegios.  El relato pormenorizado de vida laboral  de un simple fontanero o camarero serviría para sacudirnos nuestros complejos patrios.  Son escasamente productivos.  Cuando no están de resaca, son organizados y puntuales, pero su disponibilidad es nula para resolver cualquier incidencia imprevista o fuera de su horario.

El reciente caos provocado por los atentados de París y Bruselas ha costa la friolera de 0,6% del PIB en esos países.  Son cerca de 20.000 millones de euros, consecuencia directa de su manifiesta incapacidad para improvisar soluciones concretas y eficaces al margen de las tareas programadas. No salen bien parados de la comparación con la gestión de los atentados del 11-M en Madrid.

La Iglesia Católica ideó, a lo largo de toda la Edad Media, una política económica pragmática e inteligente que resiste ventajosamente la comparación con la mayoría de las ocurrencias actuales.  Levantar una Catedral o construir una iglesia era puro keynesianismo, al igual que lo es gastar una fortuna en construir el AVE de Cataluña (60.000 millones) para que viajen 40 personas a Francia, pero con una diferencia:  las catedrales han resistido el paso el tiempo como patrimonio de la Humanidad y los aeropuertos y estaciones de trenes desiertas son un himno al derroche y a la corrupción.

En el calendario laboral de la Edad Media, en toda Europa, los historiadores han llegado a contabilizar 170 fiestas de guardar. A pesar de la imagen que ha llegado hasta nuestra días, en forma de caricatura, lo cierto es que trabajaban un día, de sol a sol, y descansaban otro.  Protegidos o amparados por la Iglesia, los siervos de la época feudal trabajaban menos horas al año que nuestros contemporáneos.

Los sindicatos de empresarios se quejan de que en España los puentes y demás festivos católicos  les causan serios quebrantos y piden que se supriman y sustituyan por el Black Friday, el Cibermonday, el indulto del Pavo, el día de la Marmota, la Fiesta del Orgullo Gay, Octoberfest  y, en general, por el Día del Consumidor Gilipollas.  Sus argumentos empresariales carecen de peso, más allá de constituir un caso patente de superchería estadística. Los mismos problemas logísticos que puedan causarle un día de puente se los causan 52 domingos cada año.

Si la solución a la falta de rentabilidad de muchas empresas mal dirigidas por herederos, rentistas y directivos incompetentes fuera suprimir los domingos e imponer la jornada laboral non stop, tan imaginativa medida ya se habría tomado. El único problema es que se incrementarían las pérdidas y se desplomarían las ventas.

El consumo no se incrementa con un mayor horario comercial, sino todo lo contrario. Nadie entra en un bar sin clientes ni compra en un supermercado vacío.  Duplicar el horario comercial, de 3.000 a 6.000 horas, traería como consecuencia directa un desplome a menos de la mitad del consumo, y como consecuencia derivada un fuerte incremento de los costes fijos. La demostración matemática es elemental.

La solución que plantea el sindicato de empresarios, bajo el eufemismo de racionalizar los días festivos, es putear a los camareros productivos que han puesto de moda un local. Es un comportamiento absurdo y contraproducente, a todas luces, pero la codicia carece de lógica.  El establecimiento puede crecer hasta funcionar 6.000 horas al año a pleno rendimiento, pero nunca en detrimento de sus camareros. Si los sustituyen por empleados más dóciles, racionalizados, y peor pagados, al bar le sobrarán primero 1.000 horas y un par de trabajadores, luego 5.000 horas y todos los camareros, y acabará cerrando días hábiles, puentes y festivos.

(c) Belge. 07/12/2016

La tormenta perfecta


 

San Nicolás trae regalos, chocolate y naranjas a los niños buenos y pequeñas ganancias a los inversores prudentes.  Quedan pocas sesiones para que finalice uno de los ejercicios más difíciles y extraños de los últimos años y no conviene comprometer la posición. Se masca en el ambiente que van a pasar muchas cosas en 2017.

En la bolsa española, es muy difícil que el mercado consiga avanzar de un modo significativo si no tiran juntas del IBEX Repsol y Telefónica. Llevamos casi un mes sin rumbo, a merced de la corriente.  Los inversores no acaban de decidirse a apostar por el sector bancario español, pendiente de la posible quiebra del sistema financiero en Italia y de las maniobras de Alemania en Grecia.

El No italiano a la Reforma de la Constitución impulsada por Merkel y Renzi vuelve a demostrar que el Proyecto Europeo de la UE no cuenta con el respaldo de los pueblos, prácticamente en ningún país miembro.  Había ocurrido ya en Dinamarca, Francia ,Holanda, Irlanda, Grecia y Reino Unido….y ha vuelto a ocurrir en Italia.  Es lógico y natural: la Opinión Pública del Viejo Continente se resiste a dejarse engañar y a asumir como suyos unos valores políticos y morales que nunca le han gustado.

Lo que va a ocurrir en Italia es bastante previsible: Alemania va a intentar ganar tiempo y buscar una fórmula para evitar unas elecciones que darían la victoria al incontrolable Movimiento 5 Estrellas o peor aún, al partido político de Silvio Berlusconi, enemigo personal de la canciller Ángela Merkel. Su estrategia para tumbar a Renzi y deshacer los planes alemanes ha sido una pequeña obra maestra.

(10h00).  La subida de tipos en EEUU va a ser más rápida e intensa de lo que descontaban los inversores.  El año electoral obligó a posponer una decisión inevitable, para no perjudicar las opciones de Hillary Clinton, y ahora le va a servir a Donald Trump para alimentar la espiral inflacionista. En 4 años, si que es el candidato republicano agota su mandato en la Casa Blanca, la inflación estará por encima del 3-4 %.  Son razones objetivas que conocen todos los Gestores de Fondos y Planes de Pensión.

El problema que eso plantea en Europa es que nos vamos a quedar sin margen de maniobra. La reacción de Alemania y de sus codiciosos aliados protestantes del Norte, más que previsible. Son países envejecidos y conservadores que van a pretender blindar sus fronteras en detrimento de sus socios de la Unión.  Pero su doble baraja ha agotado la paciencia de los europeos, como demuestra la firme reacción de Paris frente al farol británico del BREXIT. No se puede sostener que la estrategia alemana para controlar y condicionar la reforma de los tratados de la UE esté teniendo mucho éxito.

(13h20). Como viene siendo habitual (pauta) los gestores aprovechan los grandes acontecimientos (eventos programados) para generar expectativas que confunden a los inversores. Juegan con la posición, seleccionando las manos por su debilidad.  Traducción: han alimentado el temor a No en Italia para poder jugar el BCE con más seguridad, llevando los índices a superar pequeñas resistencias. Los que apostaban a la baja, con más codicia que cabeza, han tenido que cerrar cortos y entregarles la baza.  El día que los traders  entiendan que  usar el análisis técnico equivale a enseñarle las cartas al rival, habrán dado un gran paso para mejorar su propio juego e incrementar sus propios beneficios.

(13h45)  La tónica de una semana semifestiva, con poco dinero, ya está marcada. Van a seguir tirando hacia arriba de los índices hasta la reunión del próximo 15 de diciembre, aprovechando que los previsibles cortos les regalan una contrapartida fácil.  Luego, llegará el momento de prepara 2017 mientras los voceros se encarguen de promover las alturas.

(16h30)  Con el pretexto de estabilizar el euro, los traders del BCE se dedican a comprar Deuda Corporativa de las empresas alemanas. No hay dinero para un plan de estímulo público, pero si para un plan de estímulo privado que solo beneficia a aquel país y sus aliados.  Se repite la Historia del rescate griego….No había 100.000 millones para atajar definitivamente la crisis, porque era moralmente inaceptable para los protestantes, pero no ha habido ningún impedimento en gastarse más de 1 billón de euros en rescatar empresas alemanas y de paso permitir que los intermediarios disparen a un pichón atado.  Por lo demás, el truco de los especuladores y rentistas alemanes es “quejarse” de Mario Draghi. Deben pensar que nos chupamos el dedo.

(17h35) Cierre de sesión previsible y habitual. Los gestores se han dedicado hoy a marear el guisante e inflar las cotizaciones. El Ibex sube un 2,7% sin quedarse un solo euro en bolsa: casi un milagro. Han aprovechado que no había casi nadie en el mercado para disimular lo justo.  A este paso van a agotar el Rally de Navidad en lo que queda de semana.

(c) Belge. 6/12/2016

 

El Consejo de Ministros aprueba hoy un corralito de 1000 euros


Guerra sucia al efectivo. La medida anunciada por Cristobal Montoro, y que aprobará hoy el Consejo de Ministros,  es un sindiós económico, moral y financiero. Es, con toda probabilidad, una medida anticonstitucional. El papel moneda, fiduciario por esencia e imposición de los gobiernos desde hace algo más de 100 años, no es nominal: es dinero al portador y no crédito.  En la obra literaria de Emilio Zola, pródiga en denuncias sociales, aparece esa figura del empresario esclavista que obliga a los obreros a gastarse el sueldo de miseria en sus propios almacenes.

La comodidad de pagar con tarjeta de crédito o débito es muy relativa: cualquier consumidor que haya tenido que devolver un producto defectuoso conoce los inconvenientes, al margen de las comisiones, de los límites de disposición o de que no funcione en los momentos más inoportunos. Todas estas cosas ocurren con mucha frecuencia, solo que nadie les da mayor importancia.

A través del burdo y cínico pretexto de luchar contra un inexistente fraude fiscal, las castas políticas y empresariales pretenden cercenar la libertad política, económica y religiosa de los individuos. El IVA es un impuesto que nunca ha funcionado como tributo: en los diversos países europeos solo se recauda un 5% escaso del PIB REAL, a pesar un tipo que se ha generalizado por encima del 20%.  En España, para más inri, la corrupta organización territorial permite que regiones enteras como Cataluña no solo no liquiden nada, sino que se apropien del IVA pagado en otras comunidades autónomas.  Si el gobierno pretendiese realmente luchar contra el fraude fiscal, aplicaría el artículo 155 de la Constitución e intervendría  la economía en toda la franja mediterránea.

Limitar a 1000 euros el pago en efectivo supone, en la práctica, imponer un corralito. Apuntan en esa dirección los datos sobre salidas de capital en octubre y noviembre. Con la victoria de Donald Trump se han disparado la prima de riesgo en diversos países de la eurozona: inquieta la política monetaria de los republicanos y su propósito declarado de poner fin a la estrategia de Deflación.

Pero, al margen de estos apuntes financieros bastante evidentes, imponer un límite de 1000 euros a las transacciones comerciales es absurdo y contraproducente.  ¿Qué consumidor en su sano juicio va a comprar un portátil, un televisor o  un electrodoméstico sin factura ni garantía?  Y en sentido contrario: ¿Qué consumidor racional va a pedir una factura en la adquisición de un producto de segunda mano?  Se incrementará el fraude  y el consumidor estará más desprotegido. El mercado de segunda mano no solo es una válvula de escape para las economías más precarias, sino que facilita la venta de mercancía nueva.

 

La paradoja anterior se puede ilustrar con unos sencillos ejemplos. Nadie compra un coche nuevo si antes no vende su coche usado.  Cualquier concesionario conoce esa lógica: no es tanto que se pague con cierta generosidad el valor residual del vehículo, sino que se remueve un obstáculo infranqueable.  Los 10.000 km que el conductor puede recorrer con su viejo coche siempre le van a costar la mitad que con un coche nuevo.  Si en la práctica no se puede vender, solo queda la opción de amortizarlo.  Y lo mismo ocurre en el sector inmobiliario, si no se consigue dar salida al piso de segunda mano.  Penalizar ese tipo de transacción natural solo conduce a deprimir el consumo y favorecer la importación de mercancía en detrimento de la producción local.

© Belge. 02/12/2016