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El abandono de la Atención Primaria camino a la privatización de la Sanidad

La envidia y la codicia ciegan a los hombres más juiciosos. Durante años ha sido muy común escuchar quejas demagógicas contra los supuestos abusos de la Sanidad Pública en los Centros de Salud de Atención Primaria del mundo rural.  Según los grandes expertos del mundo urbano, era necesario introducir un copago para evitar que miles de “viejos” se reunieran en las salas de espera de los consultorios a modo de club social. Cualquier urbanita desplazado a un pueblo llegaba con el cuento y ha contribuido a crear el caldo de cultivo para privatizar el Sistema Nacional de Salud.

La realidad de la Atención Primaria es muy diferente a como la cuentan los urbanitas desplazados.  De entrada,  en Madrid y Barcelona están ubicados  265 y 475 Centros de Salud modernos y bien equipados.  Esas dos provincias conurbadas consumen más del 25% de todos los  recursos disponibles destinados a cubrir el conjunto del territorio.  Los Centros de Salud Rurales, propiamente dicho, cubren un área de 400 a 500 km2  y no llegan a 1.000 en toda España. Emplean a más de 16.000 profesionales y dan servicio a la población de 30 millones de pacientes que reside o veranea en los 8.000 municipios españoles.  Cuestan menos de 1.000 millones de euros brutos al año. Un médico rural puede llegar a recorrer 20.000 km con su propio coche, y no cobra dietas.

El coste real para el contribuyente de los Centros  de Salud Rurales no alcanza los 10 euros por consulta. El beneficio es inmediato: la labor de prevención y el conocimiento personal de los pacientes permite evitar un gran número de hospitalizaciones innecesarias.  La prueba del algodón es inmediata: los médicos sustitutos, que no conocen a la población, tienden a curarse en salud y derivar a los pacientes a Urgencias.  El coste de tranquilizar al típico hipocondriaco pasa de los 10 euros de recetarle paracetamol  a los 2.000 euros  que cuesta movilizar una ambulancia para llevarlo a Urgencias.

La Atención Primaria fija población en el mundo real y genera un ahorro de 2.000 euros por cada Urgencia innecesaria que evita.  La labor de Prevención en el mundo rural contribuye a rebajar los niveles de angustia y a educar a los pacientes. Por el contrario, el típico urbanita llamará a Urgencias y exigirá una ambulancia a las 3 de la mañana porque el niño de 28 años tiene 37,4 de fiebre.

Desde el año 2008, los gestores de la Sanidad Pública se han dedicado a desviar recursos básicos de la Atención Primaria para atender a falsos turistas y para contentar a los nacionalistas catalanes.  En 20 provincias de la España Interior, médicos y enfermeras acumulan pueblos, yendo de un lado a otro y dejando desasistidos a la mayoría de pequeños municipios.  En pequeñas capitales de provincia como Ávila, Palencia o Zamora, se están amortizando especialidades, obligando a los enfermos a realizar penosos desplazamientos en ambulancia.  Los pacientes son desviados a otros hospitales y a clínicas privadas, mientras la prensa se dedica a reírle las gracias al primera catalanista que se declara agraviado.

 

El turismo sanitario, en las CCAA que ganan dinero con el turismo de masas, deja una factura de 15.000 millones de euros al año. El Partido Popular prometía en 2008 poner fin al escándalo, pero sólo se ha dedicado a esconder las facturas debajo de la alfombra para no ofender a Berlín y a Londres.  El fraude es masivo.  Mientras los enfermos españoles son pastoreados de una provincia a otra en camiones de ganado que los contribuyentes pagan a precio de crucero,  alemanes y británicos vienen a operarse a Mallorca, Barcelona o Málaga por la cara. El colmo de la desfachatez son las clínicas de fertilización catalanas que promocionan sus servicios de reproducción asistida en países europeos que la limitan por razones éticas y económicas.

Los contribuyentes y pacientes de al menos 20 provincias de la España Interior se han visto reducidos a la condición de carne de cañón para enriquecer a las empresas de ambulancias y a las clínicas privadas. Su derecho a la salud se ha visto completamente mermado, y trayectos de 100 km en 12 horas son frecuentes.  Para colmo del cinismo, al trasiego de ganado de un hospital a otro en condiciones realmente penosas, lo llaman “transporte colectivo”.

En el propio informe del Servicio Nacional de Salud, al que aludíamos en un anterior análisis, se reconocía una reducción del gasto sanitario de casi 10.000 millones de euros desde el año 2009 y un notable incremento de las subvenciones que recibe la Sanidad Privada.  Pero, al margen de revelar una realidad completamente escandalosa,  la realidad contable está siendo manipulada y desvirtuada.  Al priorizar el servicio de transporte de enfermos en lugar de la Prevención, el verdadero coste del sistema permanece oculto.  El 90% de las Urgencias hospitalarias son innecesarias y le cuestan 2.000 euros a los contribuyentes.

Costes comparativos

  Atención Primaria
Medio Rural
Hospitales
Medio Urbano
Sanidad privada
Medio Urbano
Presupuesto general 1.000 millones 40.000 millones 27.000 millones
Número de pacientes 45 millones 45 millones 9 millones
Volumen Consultas 360 millones 80 millones s.d
Coste por Consulta 3 euros 200 euros 90 euros
Coste Hospitalización 0 euros 5.000 euros 3.000 euros

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