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¿Cuánto ha subido el Coste Hora Trabajada con el Euro?


zapatLa productividad es uno de los conceptos estrella de la retórica económica. Se emplea para un roto y un descosido. Junto con el de economía de escala y la ley de la oferta y demanda, le sirve a los sacerdotes del gremio para no explicar nada con mucho énfasis y convicción. Dar más por menos, con los mismos recursos…Hasta suena redondo.

Sería interesante buscar ejemplos concretos, por países y sectores, en los que se pueda comprobar si se verifica la Santa Trinidad del discurso económico. Máxima productividad de los empleados, demanda adictiva del producto y economía de escala de todos los recursos utilizados.

Entre 2003 y 2018, el coste laboral medio en España ha subido de los 16,5 a los 21,5 euros. La tendencia aquí contrasta tanto con la zona Euro como con el conjunto de la UE. Son casi 10 euros de diferencia por hora trabajada. Por sectores, la subida de costes salariales es mucho más acusada en los países del Norte y del área protestante, con Dinamarca a la cabeza. Encabeza el ranking, Noruega, con el equivalente a más de 51 euros por hora.

¿Es más productivo un camarero danés, alemán o sueco que un español para que le paguen casi el triple? ¿Cuesta menos producir un litro de cerveza? ¿Es tan grande la avalancha de clientes en los bares que pueden cobrar 8 euros por lo que en España les piden 2 euros? ¿Hay más visitantes y turistas por esos desapacibles lares que por estas tierras amables y soleadas? Otra respuesta interesante de conocer sería: ¿cuántos bares y cafeterías quedarían abiertos en nuestro país si tiraran el litro de cerveza a 16 euros o pagaran salarios de 40.000 euros al año?

De los ejemplos anteriores se desprende que el mismo concepto de “mercado” unificado con una moneda común es una herejía. El rico panetone milanés, a más de 50 euros, no tiene demanda en España, ni siquiera en el Corte Inglés. Y lo que es cierto para la golosa pastelería, es verdad para los complementos de moda en el escaparate de cualquier boutique.

¿Cuál habría de ser la productividad ideal del trabajador tipo para poder pagar con impuestos españoles unos zapatos a precios de Viena, una camisa de Milán, comerse un menú de Copenhague, tomarse una cerveza de la Plaza Navona o alquilar un piso céntrico de Munich? ¿ A qué actividad debería dedicarse el empresario de turno, aquí y allá, para soportar con alegre beneficios unos costes salariales de 100.000 euros al año?

(c) Belge

¿Está encubriendo el gobierno el déficit público?


Nunca segunda partes fueron buenas. La Comisión Europea ha detectado que el Gasto Público en España se desvía de las previsiones. El gobierno de Pedro Sánchez está gastando mucho más de lo que reconoce. Pierre Moscovi no se acaba de creer ni las cifras ni los proclamas de Nadia Calviño, y pone por escrito que existe un riesgo de desviación significativa en 2019 y 2020 con relación al esfuerzo fiscal comprometido. Advierte que el déficit crecerá por el mayor gasto en pensiones y por la subida del salario de los funcionarios, y parece instarle a recaudar más impuestos. ¡Cómo si eso fuera posible!

La actividad económica se está parando, a pesar de los esfuerzos del PSOE por ocultar los datos. En todos los pueblos y ciudades de España ya es aforismo el dicho común: “Comercio que cierra, comercio que no vuelve a abrir”. Se han desplomado las ventas de coches, han venido menos turistas a España, y se ha frenado en seco la firma de hipotecas. El IPC miente como un bellaco, mientras los precios al consumo ordinario de las familias siguen disparados. En ese contexto, la subida de impuestos anunciada no sólo es letal: es contraproducente.

La apropiación indebida de la inflación y la política de deflación del BCE han facilitado que gobiernos como el de Pedro Sánchez manipulen con descaro las cuentas públicas. La Deuda Pública de la Administración asciende a 200 billones de pesetas, a pesar de que cada contribuyente español ha tributado de media 35 millones de pesetas desde que le obligaron a usar euros. Dicho de otro modo: desde 2002, se han gastado 10 billones de euros. En nombre de los españoles más no en su beneficio.

1600 billones de pesetas son, a valor constante del año 2000, una cantidad aproximadamente equivalente a 550 millones de empleos acumulados. La pregunta pertinente es: ¿dónde han ido a parar esos 30 millones de empleos anuales? No hay constancia de que se hayan quedado en España. ¿Se lo han gastado en aspirinas, como decía mi abuelo, por los quebraderos de cabeza que da el servicio a la patria?

Desde que el Psoe de Zapatero and Cia asaltó las instituciones, las cuentas del Reino de España no cuadran ni a martillazos. En 2010, circuló por las redacciones de muchos periódicos un informe de Credit Suisse Group que evidenciaba que el desplome de los ingresos en 2008 había dejado un desfase contable de 150.000 millones de euros en el PIB. El descrédito causado fue el inicio de un auténtico vía crucis financiero que se prolongó hasta el año 2016. Desde entonces, nos vigilan de reojo.Y aunque nos siguen dando cuerda, no consiguen disimular que se alegran de que el PSOE arruine y debilite la economía española.

2020 se presenta feo y totalitario. El disfuncional gobierno de Pedro Sánchez va a seguir ejerciendo con el beneplácito del PP y de Ciudadanos. No ha anunciado ningún remedio para contrarrestar la política de deflación impuesta por Alemania. Finge creer que un país puede crecer sin crear riqueza, acumulando todos los recursos en Madrid y en Barcelona y arbitrando peajes, multas y comisiones. Si 20 años no han bastado para comprobar que la Unión Monetaria no funciona, ¿cuantos años necesitarán para constatar que el desastre puede ser irreversible? El anverso de la España Low Cost que nos deja el Euro es una Casta Política con ademán totalitario y unas instituciones a la deriva. El desafecto democrático de la población va a seguir creciendo; lo disfracen de reclamación histórica o histérica, es imparable y disolvente. Los pequeños empresarios y autónomos que anhelan jubilarse son reemplazados por los falsos autónomos de la economía 3.0 de control social.. ¿Son ellos los que van a soportar los 150.000 millones de euros comprometidos para pagar las pensiones públicas? ¿De verdad? El gobierno disfuncional del PSOE ha dilapidado ya la magra herencia que le dejó Mariano Rajoy y ni quiera podría apurar 2020 sin meterle un tajo del 30% a las pensiones públicas.

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¿Qué es el Estado de Alarma Electoral?


La vida es demasiado breve para cometer errores dos veces. Por azar, aunque no por casualidad, la sentencia del BREXIT en Westminster vuelve a coincidir con el desenlace del Golpe de Estado catalán. Dos procesos paralelos, muy comentados y poco estudiados. Es el choque de trenes que avistaba Jordi Pujol desde Andorra. La Unión Europa y su bastardo, el Euro, son incompatibles con la Soberanía del Pueblo (Demos) y con las Reglas y Leyes del Mercado (Estado). Nadie escapa al Destino: todos los caminos conducen a Samarcanda.

Dicen los juristas que han leído la Sentencia del Supremo, y glosado sus reflexiones en prensa o televisión, que está muy currada. Nadie lo duda, aunque son legión los que cobardean en tablas. ¿Acaso debemos ser cocineros para apreciar y ¡juzgar! la comida que pagamos en el restaurante? ¿Podemos juzgar el plato del día pero no el elaborado y caro menú de degustación? Una vez comí en un argentino de postín carne poco hecha con un aspecto inmejorable. Tuve que ir al baño a vomitar. ¿Me sirve de consuelo que el Maître le explique a mi organismo que la carne se DEBE comer así?

El rigor del lenguaje jurídico difiere de los matices gramaticales de la lengua común, pero las reglas que ordenan los conceptos de la ciencia matemática sirven igual para la sociología y las mal llamadas ciencias políticas. Lo que es Malversación, Sedición y Rebelión para la Real Academia Española de la lengua no es necesariamente lo mismo para los jueces que integran el Tribunal Supremo. Pero, si tan claros y rigurosos son tres conceptos jurídicos, ¿porque necesitan 493 páginas de descripciones y metáforas literarias para definirlos? Oiga Usted, no me explique cómo alimentó y destazó al ternero, ni me cuente de donde procede el carbón de encina que ha usado en la barbacoa, dígame dónde está el baño.

Sea cual sea la definición elegida, la Justicia es una mediación entre las partes. Por lo tanto, es política. Por eso la pintan con venda en los ojos.No quiere ver pero no es ciega. En el fondo, es la misma aporía que se da en la lingüística y que Ludwig Wittgenstein resolvió definitivamente de un modo magistral. El ojo no se ve a sí mismo. La Justicia NO PUEDE verse a sí misma. Traducido, ese principio lógico viene a decir que las consecuencias de la sentencia no deben influir en la sentencia. Si la Justicia intenta verse a sí misma, no es Justicia, solo es Política.

Para descartar el delito de Rebelión, los integrantes del Tribunal Supremo argumentan en falso. Dicen que la violencia y el uso de la fuerza no son elementos estructurales, sino circunstanciales, del 9-N y del 1-0. Estoy de acuerdo. Pero, a renglón seguido, cagan su propia lógica, afirmando que el Referendum ilegal y la DUI fueron una pantomima para presionar al gobierno. También lo fue el 23-F. La entrada de Tejero y sus guardias civiles en el Congreso es “sólo” una escenificación. El cargador de su pistola, que disparó al techo, no daba de sí para amenazar a todos los diputados y senadores allí congregados. Atrezzo.

Los jueces del Supremo cagan su propia e impecable lógica cuando exponen, a modo de excusatio non petita, que el objetivo del “choque de trenes” y “procés” era presionar al Gobierno, no al Estado. El objetivo de la pantomima era alterar el Gobierno de Rajoy, no la Constitución. Y digo yo, un lego en materia jurídica pero aficionado a la buena cocina: ¿no es acaso ese el principal objetivo que persigue un Golpe de Estado? Porque si es así, no tengo muy claro que la Moción de Censura del 1 de junio de 2018 sea precisamente una “ensoñación”. El apoyo de los encausados de ERC y JxC fue medular y decisivo, no circunstancial. Ergo: si la pantomima instrumental alcanza su objetivo, tuvo éxito. Logró alterar el Gobierno y llevar a Pedro Sánchez a la Moncloa.

Art. 544 del Código Penal. Sedición es el alzamiento público y tumultuario para impedir la aplicación de las leyes y el legítimo ejercicio de las funciones de gobierno, sea cual sea la autoridad. Art 472. 6. Rebelión es sustituir por otro el Gobierno de la Nación (…) u coartar su libre ejercicio, obligarle a ejecutar actos contrarios a su voluntad. La pregunta pertinente es: ¿Si el Tribunal Supremo describe con precisión que los encausados buscaban chantajear al Gobierno, y ese chantaje alcanzó su objetivo (sustituir el Gobierno), puede definirse como Sedición lo que lógica y jurídicamente está tipificado como Rebelión?

Lejos de aplacar los ánimos, la sentencia aguada del Tribunal Supremo, ha servido de acicate electoral para todos los partidos político que concurren a las elecciones del 10-N. El PSOE de Pedro Sánchez ha cometido un burdo error de cálculo al pensar que solo él mueve ficha en el tablero. La iniciativa es valiosa, en el ajedrez y en la vida, pero cualquier tropiezo inesperado se la devuelve a los rivales o adversarios. Nadie es tan poderoso como Dios.

La premeditación con la que ha actuado el PSOE desde la noche electoral del 26 de mayo delata sus intenciones tanto como sus tácticas. Son tan burdas como la manipulación de la Opinión Pública a la que estamos asistiendo desde hace una semana. Unos medios de comunicación entregados a la causa o sometidos se están esforzando con mucho descaro en transmitir una sensación de alarma general y urgencia. La misma Prensa que le reía las gracias al catalanismo cuando pitaba al Rey o desafiaba al Gobierno de Rajoy, hoy distingue con énfasis a los enloquecidos radicales que mueven el nogal y a los santos varones de la Catalanidad. Nos dice que la mayoría de los pacíficos y moderados recogedores de nueces está pidiendo a gritos que se restablezca el Orden Público. Le piden a Pedro Sánchez que intervenga antes de que empiece la campaña electoral del 10 de noviembre. Una suerte de Estado de Alarma Electoral, antes de que las calles de Barcelona se le vayan de las manos.

© Belge

¿Qué ha causado la despoblación de la España interior?


La Fe es una pequeña llama que ilumina el alma cuando se queda a oscuras. Nunca está demás recordarlo. Lo que hoy llaman Despoblación es una crisis de Fe. La política de deflación inducida por la Unión Monetaria es, en esencia, una política de confinamiento. Es una pena que la RAE define por sus efectos: “obligar a la gente a residir en un lugar diferente al suyo, dentro del área nacional, y bajo vigilancia de la autoridad”. Cuando alguien pierde la Fe, es enajenado de lo suyo, desterrado y sometido. Sueña con palabras que han perdido su sentido y teme la noche tanto como el día.

El concepto teórico de alienación social es una capa de maquillaje para disfrazar y justificar las políticas de control social, una estupenda coartada ideológica para pastorear a los pobres y los esclavos. Las vanguardias que les “guían” hacia la Libertad y el Progreso son son siempre pueblo elegido y almas puras iluminadas por la “gaya ciencia”.

Cada día que se mueven Madrid, Barcelona, Londres o París,el Imperio hace caja. Miles de millones de euros. Son la noria que los ratones estresados hacen girar día y noche. Energía barata y sostenible. No producen nada, solo se mueven. Para EEUU y Alemania, es un chollo: 2.000 millones de personas confinadas en grandes urbes fáciles de controlar son 200.000 millones de euros en royalties. Es mucho dinero. Son recursos que utilizan para mantener toda suerte de mafias útiles.

La principal mafia en un país sometido es su élite política. Gracias a esa nomenclatura corrupta, pueden malversar una parte significativa de los impuestos para implementar una política de deflación que raya lo criminal. Se subvencionan importaciones fraudulentas en detrimento de los intereses soberanos para alimentar a los urbanitas por debajo de costes y mantener una cómoda estructura de poder. Es una nueva fórmula de saqueo colonial que depreda el entorno de las ciudades hasta el colapso demográfico y social.

Dicen que la gente se va de sus casas para buscar trabajo a la ciudad, pero lo cierto es que en las ciudades no se crea empleo. La verdad es que ha perdido la Fe y está loca por ir a vivir al campo de concentración. Le han prometido que no le faltará de nada en el pesebre,  encerrada en un pequeño zulo. Por miedo a la libertad, una generación entera ha comprado esa ideología y se siente feliz y realizada cada vez que ve a un repartidor de hamburguesas mendigar una propina.

Pero vayamos por partes. Para entender la manera en que el Bundesbank y el BCE han aplicado la política monetaria en diversos países de la Unión Europea, hay que ilustrar primero que la economía rural es un sólido banco que se asienta sobre 6 patas. Agricultura, Construcción, Industria, Transportes, Servicios y Turismo.  Pues bien: despoblación es cómo han inducido una crisis simultánea de esos 6 sectores.

Agricultura y Construcción

Despoblación es ideología, es corrupción, y es despiadado colonialismo. Lo era en el Congo, lo era en Ucrania y China, y lo sigue siendo en España. Con la excusa de industrializar y electrificar el campo, la agricultura y la ganadería han sido destruidas. Al servicio de Alemania, Zapatero y sus chicos han sido cómplices activos en la perversión de los instrumentos de la Política Agracia Común. Para los germanos, anglosajones y demás marxistas escandinavos hostiles a la PAC francesa, la naturaleza asilvestrada es un parque temático que deben vigilar ecologistas de alma pura.  La PAC ya no debe usarse para mantener en equilibrio las rentas del mundo rural y del mundo urbano, sino para el suministro ventajoso de recursos a los consumidores y desertificar el campo. El modus operandi más sencillo consiste en subvencionar con generosidad unas pocas explotaciones ruinosas para que el resto de productores no pueda competir. Un fijo por hectárea, por animal, que convierte a unos pocos agricultores y ganaderos en funcionarios del Régimen Comunitario y expulsa del mercado al resto.

La economía de escala y la productividad son los padres. Los urbanitas y los consumidores fingen creer, por puro interés, que pagan un precio de mercado ajustado por los productos que se llevan a casa. Es el pienso que les echan en el pesebre para que sigan moviendo la noria. Son precios imposibles, pero de ese modo logran desactivar la PAC y destruir el Mercado. Han desaparecido el 90% de las explotaciones lecheras en España, a pesar de venderse la leche muy por debajo de lo que cuesta producirla. Y como ese, 100 ejemplos más.

El Sector Constructor residencial era el gran vector de crecimiento de la Economía Rural. El PSOE y los partidos nacionalistas se emplearon a fondo para destruirlo. La determinación con la que actuaron en todo momento no permite albergar duda alguna sobre sus intenciones reales. A mediados de los años 90, el descenso de los tipos de interés y el acceso al crédito de las familias obró el milagro de reducir las desigualdades entre regiones ricas y pobres. Una segunda residencia en el pueblo era ahora un sueño asequible para la clase media que tuvo que emigrar a partir de los años 50.

En los 8.000 municipios españoles han vivido de la Construcción distintos gremios. Gente que conocía su oficio, muy productiva, y con salarios razonables. Era una cantera inagotable de profesionales bien formados, que garantizaban un nivel mínimo de calidad en el sector inmobiliario. Es difícil cuantificar la carga de trabajo, pero ya sean 500 o 1000 millones de horas acumuladas en todo el territorio interior, constituían una salida laboral alternativa viable y visible para los más jóvenes que no querían seguir estudiando.

El Psoe nunca cesó en su empeño de sabotear el Sector Constructor y el Mercado Inmobiliario. Para la izquierda nacionalista, era un “escándalo” que las regiones más pobres y desfavorecidas de España les hurtaran una mano de obra capacitada, barata y disponible para otros sectores. Y no lo pueden negar. Son como los caracoles en las RRSS: en 20 años han ido dejando mucha baba por el camino. Y 1 millón de empleos destruidos.

Industria y Servicios

A la Industria y a la pequeña artesanía no les fue mejor que a la Construcción. Ni siquiera el textil se libró de la política de deflación impuesta por Alemania. Decenas de miles de costureras se quedaron sin trabajo. Ni trabajando gratis podían competir con productos importados cargados de subvenciones y regados de generosas comisiones para los intermediarios.
Resulta hasta divertido escuchar a periodistas y tertulianos pontificar sobre el supuesto daño que causa la guerra comercial de EEUU y de China. Siguen sin querer entender la naturaleza de la crisis proteccionista de 2008 y como arrasó la Industria y el Comercio en España. ¿Podrían decirnos en qué nos afectan unos aranceles si producimos y exportamos a pérdida? Un tinto de calidad, embotellado y distribuido a 5.000 km de distancia por debajo de los 2 euros no es vino, es sangría financiera. Es del género de la ciencia ficción, y no de la economía, pensar que un americano medio que no distingue el jamón serrano del chopped pasado de caducidad vaya a pagar calidad ibérica a 60 euros el kilo.

La destrucción del Sector Servicio no es específica de los municipios. En los barrios de las ciudades, pequeñas o grande, ha pasado el mismo tornado. Los pocos tenderos que resisten cuentan las horas que les faltan para jubilarse y echar la llave. Su sueño es poder vender o alquilar el local. Pero está difícil: En muchas calles, antaño cotizadas, se cuentan por decenas los comercios vacíos. En casi todos los casos, los hijos han renunciado, por adelantado, a hacerse cargo del negocio que dio de comer a sus abuelos y a sus padres. Han tirado la toalla.

Se entiende que nadie quiera darse de bruces con la realidad de una política económica lamentable, pero ¿cómo puede una sociedad consentir lo que ha ocurrido? No debería ser posible que un repartidor, que incumple toda la legislación laboral y se salta por sistema todas las normas de tráfico, pueda llevar a casa del cliente una baratija de 50 céntimos de euro que ha pedido a China por Amazon o Alibaba Exprés. Para prestar ese servicio, la sociedad soporta un coste brutal, tan frívolo como inasumible. Sólo se benefician de esa destrucción de empleo, las mafias negreras que emplean a inmigrantes ilegales en puestos callejeros y los que cobran royalties por vender carburantes a España. 30.000 millones de euros al año en petróleo importado equivalen a 1 millón de empleos perdidos y a un fuerte incremento del gasto en pensiones.

Transporte y Turismo

Pero es que ni el Transporte se libró de la quema. Resulta cada vez más difícil competir con la economía sumergida en el sector. Fue víctima del desplome de la actividad comercial reglada, de los bajos precios y de la falta de mantenimiento de las vías. Todo ello sin contar los famosos peajes en la zona gris que hacen de cualquier desplazamiento a un gran centro logístico y urbano una odisea ruinosa. Es más barato el flete de un contenedor de mercancías desde China que pedir un porte a una fábrica española. A pesar de la propaganda política, España es un país cada vez más centralizado y con menos alternativas de transporte. Desde cualquier municipio de la España Interior, prácticamente se ha reducido a nada.

Last but no least, la Crisis del Turismo es aún más significativa, si cabe, por coincidir con una época de grandes desplazamientos de masas. El estancamiento del sector es notable en muchas regiones, pero la falta crónica de infraestructuras no lo explica todo. Se viaja mucho más, pero cada vez hay menos turismo rural.. Habría que remontarse a la primera legislatura de Zapatero para analizar el creciente aislamiento de los pueblos. La cruzada contra el alcohol al volante fue el pretexto ideal para imponer, de facto, un verdadero toque de queda nocturno en la España Interior. Un retén de la guardia civil de tráfico a la caída del sol, no es el mejor incentivo para ir a cenar y de marcha al pueblo de al lado. La pregunta obligada es: ¿fallecían más conductores yendo de un pueblo a otro a tomarse una cerveza que itinere en Madrid o Barcelona?

Se ha llegado a una situación delirante, en la que cuesta mucho menos desplazarse desde Barajas o El Prat a cualquier capital europea que salir de Madrid o Barcelona a 50 km de distancia. Menos tiempo y menos dinero. Todo ello entre proclamas ecologistas en contra del calentamiento global. Ir a tomarse una pinta de Guiness en Trafalgar Square contamina menos que ir a tomarse unas cañas al pueblo.

© Belge. Autor de La estafa del Euro explicada a un niño de 6 años. Ed. Inlucro