Archivos de la categoría Trading

¿Qué fue del IBEX Largo?


Los grandes valores del IBEX 35, que apuntalaban el Índice Largo con su generosa política de dividendos, se han hundido en bolsa en los dos últimos años. No levantan cabeza. Un inversor de perfil conservador, que atesore acciones desde el año 2000, ha perdido mucho dinero. Para colmo, ha tenido que pagar impuestos por los dividendos que ha percibido por el camino. En los mínimos del ejercicio, el Índice Largo del año 2000 llegó a perder más del 25% del valor inicial. Teniendo en cuenta los dividendos acumulados, significa que el peso de las acciones en la cartera ha devenido residual. El Euro milagroso que le prometieron a los inversores ha resultado ser una de las mayores catástrofes económicas y financieras de toda la Historia de España.

Sigue leyendo →

¿Cuánto dinero han perdido los accionistas del Santander desde 1991?


La pregunta que se formulan todos los inversores es si se gana dinero en Bolsa o solo se aprende.  La respuesta no es sencilla. En el 90% de los casos perderán todo su dinero y en el 10% pensarán que han ganado algo. Nada es menos cierto.  El ejemplo del Banco Santander sirve para ilustrar la suerte que han corrido en la bolsa española los accionistas más conservadores y prudentes.

El 1 de octubre de 1991, el Banco Santander tenía 110.035.000 títulos que cotizaban a 5150 pesetas y 364.459 accionistas. Pagaba 200 pesetas en concepto de dividendo anual.  En 1994, se quedó con el BANESTO por una cantidad de 630.000 millones de pesetas, y en 1999, se fusionó con el Central Hispano. El 11 de septiembre de 2001, unos minutos antes de que se estrellara el primer avión contra las Torres Gemelas, la acción cotizaba a 9 euros justos.  Tenía 4.561.563.413 acciones.  El BSCH valía ese día 41.054 millones de euros y pagaba un dividendo anual de 0,24 euros.

La evolución del número de acciones de la entidad que dirigía Botín nos pone sobre la pista. En julio de 1996, Santander tiene 159.715.322 títulos. Un año más tarde, tiene 479.145.966 acciones que cotizan a 4700 pesetas.  Es un Split de 3 x 1 que anticipa, de algún modo, la futura fusión con el Central Hispano.  En agosto de 1999, el número de acciones del BSCH asciende a 3.667.770.419, de los que 2.285 millones corresponden a los dueños del Santander. En teoría la ecuación de canje 3 x 5 castigaba a los antiguos propietarios del Central Hispano. https://elpais.com/diario/1999/04/18/economia/924386405_850215.html  El accionista de 1991 tiene ahora 1800 acciones del BSCH y ve reducido su dividendo a 0,12 euros por título.

En estos primeros 10 años, que van desde el 1 de octubre de 1991 hasta el 11 de septiembre de 2001, el inversor que metió 1,5 millones de pesetas en el Santander de Botín tiene ahora un capital de 16.200 euros, sin contar unos 4800 euros acumulados como dividendo.  Es decir: ha doblado su inversión inicial, consiguiendo igualar la inflación con un 7% neto de rentabilidad anual.

El cuento cambia bastante entre el 12 de septiembre de 2001 y el 1 de octubre de 2011. La capitalización del Banco Santander se mantiene en 50.290 millones, con una acción que cotiza por debajo de los 6 euros, tras otro Split que multiplica por dos el número de acciones. Los 364.459 propietarios de 1991 atesoran 3600 títulos con un valor de 20.000 euros, sin contar los dividendos del periodo.  La rentabilidad neta acumulada en 20 años asciende al 6,2%, pero uno año después, en 2012, se ha reducido al 4,8%.

Al cierre del ejercicio 2017, el accionista conservador de 1991 tiene 3600 acciones del Santander que cotizan a 5,5 euros y por las que le abonan un dividendo de unos 750 euros.  En estos 26 años,  ha multiplicado su inversión por 4 y obtenido una rentabilidad neta ligeramente superior al 5%. Por el camino, el Banco ha multiplicado su capitalización por 30 y sus beneficios contables por 10.

Para medir el valor de esos datos, hay que compararlos con la rentabilidad del bono a 30 años y del precio medio de la vivienda en España.  Los bonos a 10 años superaban el 12% anual, y su renovación a vencimiento, el 6%; se podían comprar pisos en Madrid a 1000 euros el M2, con una rentabilidad por alquiler mensual de 6/7 euros/m2.  De ese modo vemos que los escasos 38.000 euros brutos que ha podido ganar el accionista de 1991 son menos dinero que los 80.000 euros que habría ganado en el sector inmobiliario y que los 62.000 euros que habría conseguido con los instrumentos del Tesoro sin asumir ningún riesgo.

Si en lugar de considerar una inversión en uno de los pocos valores solventes y exitosos de la bolsa española, como es el Banco Santander, el inversor hubiera elegido valores tan desgraciados como el Popular o el Banesto, el resultado sería dramático: habría perdido todo su capital y formaría parte de una de esas asociaciones de damnificados que se quejan – con razón – de la absoluta indefensión del pequeño accionista.

Año Acciones Cotización Dividendo
1991 110.035.000 5150 pesetas 200 pesetas
1996 159.715.322 6420 pesetas 280 pesetas
1997 479.145.966 4710 pesetas 294 pesetas
1999 3.667.770.419 1500 pesetas 0,20 euros
2001 4.561.536.413 9 euros 0,24 euros
2006 6.254.296.579 14,55 euros 0,50 euros
2011 8.909.043.203 5,77 euros 0,60 euros
2013 12.584. 414.659 6,31 euros 0,60 euros
2015 14.434.452.579 4,4 euros 0,40 euros
2017 16.136.153.582 5,6 euros 0,20 euros

© Belge

¿Cómo medir la codicia de una inversión financiera?


“Ike” Eisenhower es el General americano que ideó y ejecutó el audaz desembarco de Normandía. Tal era su popularidad al final de los años 40,  que el Partido Republicano de Richard Nixon recurrió a él para intentar poner fin a la hegemonía política de los demócratas  Barrió a sus contrincantes en las elecciones  de 1953 y 1957. Hablaba con gran claridad y será recordado por su memorable discurso de despedida sobre el Complejo Militar Industrial. Hoy añadiría, en su advertencia al pueblo americano, a los codiciosos Fondos de Inversión.

Gracias a la política monetaria heterodoxa de la FED, y su inyección masiva de dinero en el sistema financiero y en el mercado de bonos corporativos, los Fondos de Inversión se han convertido en los auténticos maestros de ceremonia de la Globalización Económica. Si a consecuencias del 11-S, ya hay casi 1 millón de norteamericanos trabajando para una de las 3.000 organizaciones secretas de seguridad nacional que enumera el Washington Post,  el 8 de agosto de 2007 es ya una fecha histórica en la Industria Financiera. El estallido de la Crisis Subprime y el colapso de Lehman Brothers cambiaron las reglas del juego económico en EEUU y en el resto del planeta. Fue el pretexto soñado para hacer Tabula Rasa, justificar toda clase de privilegios e imponer un verdadero estado de excepción financiero  que ninguna sociedad democrática habría validado en tiempos de paz.

Explicamos esto, y creemos necesaria la explicación, porque dichas reglas y excepciones afectan de lleno al proceso de inversión.  En los últimos años, y cada vez con mayor descaro, los Bancos Centrales se han dedicado a “esterilizar” el riesgo en beneficio de los Gestores de Fondo y en detrimento del resto de inversores en el mercado. Sirva para botón de muestra la subida del 400% de la bolsa americana desde 2009 o la delirante legislación de Zapatero y Sebastián para cebar y remunerar con dinero público la inversión fotovoltaica. Ni los propios bancos españoles, con todo el poder que se les presupone,  han sido capaces de contrarrestar las estrategias de estos Fondos americanos para quedarse por la cara con su cartera inmobiliaria. Hacen y deshacen con total impunidad, dejando en ridículo una y otra vez a los funcionarios de la CNMV.

En ese contexto de mercado, es bastante útil acudir a la Teoría del Juego  para rescatar algunos conceptos de la gestión del riesgo.  El resultado de una inversión o apuesta depende del azar y de las circunstancias temporales tanto como de la habilidad personal. Por ello, jugadores e inversores deben contar con un colchón suficiente que sirva para contrarrestar las rachas de suerte y las circunstancias adversas.  Es frecuente que recomienden a los novatos que piden consejo que cuenten con 400/500 “cajas” de reserva.  Esto es: una cantidad de 400 a 500 veces la cantidad de dinero que se disponen a arriesgar con el propósito de obtener una rentabilidad predeterminada.

En la práctica bursátil, una cantidad de 500 cajas equivale a 500 veces la cantidad que el inversor puede perder.  Esa cifra varía en función del tipo de valor que vamos a seleccionar.  Si en un valor de reconocida calidad y solvencia, se puede barajar un 15/20%, en un chicharro, esa cifra puede superar el 80%.   Para invertir  10.000 euros en Telefónica y ganarle 1500 euros al año, debemos contar con un colchón de 100.000 euros, pero para apostar esa misma cantidad en títulos como Abengoa, Ercros o Pescanova, se necesita un mínimo de 400.000 euros.

La codicia inversora, que los Fondos e intermediarios excitan con gran pericia, es el principal enemigo del pequeño inversor. No es ninguna casualidad que ese gran especulador que fue Kostolany divida la comunidad inversora entre “manos fuertes” y “manos débiles”, siguiendo la terminología habitual del poker.  La “mano débil” es aquella que no resiste la presión. Los demás “jugadores” huelen esa debilidad y colocan al inversor en una zona de dolor que le induzca a cometer errores.

© Belge

¡Cuidado con el perro!


En el campo, hay toda clase de fincas.  Están las fincas que ladran en cuanto te acercas a ellas y las fincas calladas;  están las fincas con pachorra de mastín y las fincas que lucen un gran cartel, que reza: ¡cuidado con el perro!  Están las fincas de campo, sin puertas aparentes ni barreras, donde pastan las vacas, y las fincas de recreo, alambradas y electrificadas, en las que pasta la tripulación completa del Capitán Tapioca.

Donald Trump no ha defraudado y su Discurso de Investidura ha sido frontal y proteccionista. Con la elección del magnate, EEUU cierra definitivamente el círculo que se abría con el estallido de la Crisis Subprime en 2007.  Ha transcurrido una década y la mayoría de los analistas, periodistas y políticos siguen tan confundidos como al principio.  Basta coger un mapa geopolítico para constatar la presencia creciente del Imperio “anglosajón” en cualquier rincón remoto del planeta.  No hay el menor signo que evidencie un repliegue.  Según datos de la Comisión Europea, 31 de las 32 principales multinacionales del siglo XXI son americanas y están ejerciendo un monopolio económico, jurídico y religioso sin parangón en la Historia de la Humanidad.

Por resumir una serie de análisis que publiqué entre 2005 y 2007 sobre el inevitable colapso financiero que se avecinaba, la oportuna crisis subprime abría para EEUU un periodo en el que el concepto de Riesgo Moral era sustituido por una Tabula Rasa que iba a justificar toda una batería de medidas unilaterales e inmorales, dentro y fuera de sus fronteras.

En el G-20 extraordinario de la Silla Prestada, no exagero si afirmo que fui la única voz que alertó acerca de la estrategia proteccionista encubierta ideada por EEUU, Reino Unido y Alemania.  Con el pretexto de evitar perjudicar a las economías emergentes, en las que tanto dinero tenían invertido, propusieron mantener las fronteras abiertas y proteger los flujos comerciales. Hacían de la  necesidad imperativa de evitar la Quiebra y Colapso de sus sociedades, una especie de virtud teologal del sistema .  En realidad, solo buscaban ganar el tiempo suficiente para sanear con dinero público todas las deudas corporativas de sus propias empresas y barrer a sus competidores del mercado.

La estrategia liderada por EEUU y Alemania en 2008 no solo ha tenido éxito sino que ha superado con creces sus expectativas más locas.  Y ese es, precisamente,  el mayor desafío al que se enfrentan y explica la victoria de Donald Trump.  Todo lo que va a ocurrir en los próximos 8 años es muy previsible.

Llegados a este punto, abrimos un pequeño paréntesis. Como anticipo para los amables lectores, un pequeño ejemplo que facilite la intelección del debate.  En 2008, la FED decide sacrificar Lehman Brothers para salvar AIG, la gran aseguradora americana, que estaba en quiebra.  La estrategia para salvar los planes de pensión privados de los americanos consistía en dos fases: crear, primero, un cortafuego para impedir el contagio subprime e imprimir, después, una cantidad infinita de dinero para tapar los agujeros de la gestión de los bancos y aseguradora.  EEUU rescató con dinero público las pensiones privadas de los ciudadanos americanos y sus fondos de inversión.

El Obamacare, que se dispone a suprimir Donald Trump, fue uno de esos “acuerdos con el cielo” del que los anglosajones tienen el secreto.  ¿Cómo iban los lobbies republicanos a seguir negando el derecho de los pobres sin recursos a una especie de sanidad básica si acababan de rescatar con dinero público todos los Planes de Pensión privados del mercado americano?  ¿Cómo negar la propina de un Obamacare si el rescate de la elitista sanidad privada y del ahorro privado habían costado más dinero público que todo el sistema sanitario europeo?  Cerramos el paréntesis.

La política económica que va a impulsar Donald Trump se deduce de los parámetros expuestos. La Re-Construcción de la Nación Americana va a seguir dos pautas. De puertas para adentro, el líder de los republicanos va a intentar contener el creciente poder de los latinos y blindar los privilegios del mundo anglosajón más tradicional; de puertas para afuera, la gran preocupación de EEUU es China. Las dos pautas conforman una misma estrategia:  utilizar la palanca financiera para cambiar sobre la marcha  las reglas de una Globalización que ha beneficiado casi exclusivamente a las empresas americanas.

La pujanza económica de Pekín, a la que los anglosajones y alemanes permitieron exportar masivamente Deflación para eliminar a sus competidores europeos y japoneses, supone una clara amenaza para los intereses americanas.  Por poner un ejemplo, la china Ali Baba ha conseguido en un par de años que la potente Amazon parezca una antigualla.  Lo más previsible, en los próximos meses, es que usen sus terminales mediáticas y religiosas para  intentar criminalizar a su exitoso competidor.

El discurso proteccionista de TRUMP va a ser la “coartada” perfecta en la UE para dar un giro de 180 grados a la política de deflación, controlando fronteras y levantando aranceles.  Van a agitar el miedo al populismo para impulsar una política inflacionista que deje su sistema financiero en una posición de clara ventaja frente a unos competidores endeudados y castrados. Es un ejercicio muy sencillo de llevar a cabo:  analizar y comparar una a una las principales empresas mundiales, en 1997, en 2007 y en 2017.