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El dilema del Partido Socialista

No hay tiempo que no llegue ni factura que no se pague.  Los acreedores contemplan, desde las puertas de Ferraz, como el incipiente otoño de Madrid tiñe de rojos y granates el magnífico Parque del Oeste.  Desde que Zapatero hipotecó al PSOE para impulsar la Hoja de Ruta nacionalista, esperan sin prisas.

La década que ha transcurrido desde aquellas negociaciones a tres bandas con ETA y con los independentistas catalanes ha ido arrinconando a los moderados y expulsando a los más liberales de sus militantes y votantes hasta colocar al PSOE en el lugar preferente que ocupa hoy: al borde del precipicio.

La Operación Chacón ideada por Zapatero en 2007 ha fracasado. Buscaba sentar las bases (callejeras) de una estrategia de Frente Popular que integrara en una misma corriente política a las juventudes socialistas, a los militantes de IU y a los radicales descarriados del submundo nacionalista, y a punto estuvieron de conseguirlo con las acampadas del 15-M.  Pero, entonces como hoy, Felipe González y Alfredo Rubalcaba consiguieron frustrar en el último minuto los planes de Zapatero.

El resto es historia.  José Luis Rodríguez Zapatero no supo medir los plazos y el 15-M llegó dos años antes de tiempo.  La perspectiva de una mayoría absoluta abrumadora del PP debió precipitar muchas decisiones y pronunciamientos, hasta el punto de dejar toda esa infraestructura política y mediática en manos de un oportunista ligado a IU y al independentismo vasco.

Con Pedro Sánchez, el Plan para reformular sobre la marcha el Frente Popular fracasó por la ambición de Pablo Iglesias.  Su impaciencia y soberbia le empujaron a cometer la tremenda imprudencia de humillar a Felipe González en sesión plenaria.  Ese mismo día escribíamos en INLUCRO.ORG que se acababa de producir un segundo milagro en la política española.

El zapaterismo intentó marullear hasta el último segundo en septiembre pero lo único que consiguió fue que Felipe González y Alfredo Rubalcaba sacaran la Sota de Bastos y le cantaran las cuarenta sin disimulo ni finura. Le dieron con el bate de beisbol en la cabeza y salpicaron de sangre todo el Comité Federal

En estos momentos, el PSOE solo puede hacer dos cosas.  Puede dar un paso al frente y tirarse al vacío, o  dar un paso atrás y retroceder.   Ambas soluciones son dolorosas. En el primer caso, el partido socialista quedará en manos de Pablo Iglesias y de los independentistas catalanes con la idea de utilizar la Marca PSOE para blanquear el Proceso de Secesión.  En el segundo caso, tendrá que asumir el coste de formar un gobierno de coalición con el PP y purgar su organización de toda clase de radicales y nacionalistas.  A corto plazo, sin embargo, lo mejor que puede hacer la Gestora del PSOE es ir a unas Terceras Elecciones, con Susana Díaz o Javier Fernández como cabeza de cartel.

(c) Belge.
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