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Elogio de la corrupción

La ética protestante del trabajo está enterrada en Sachsenhaussen. Es un campo de patatas al Norte de Berlín, al término de una larga avenida que se recorre en 40 minutos. El detalle tiene una extraña importancia porque fue lo que más impresionó al escritor disidente Vasili Grossman. Como uno más de los soldados soviéticos que se dirigían, con su pesada mochila de penurias, a abrir las puertas del campo de concentración, quedó impresionado por aquellos cuidados jardines llenos de flores que flanqueaban las amplias casas unifamiliares.  No se podían creer que los alemanes que gozaban de esa privilegiada vida hubieran provocado el caos en Europa y cometido tantos crímenes.

Al empujar la verja de hierro forjado, Vasili pude leer el famoso lema “Arbeit macht frei” que adornaba la entrada de los 42.500 campos de concentración del Este del continente europeo.  Un sarcasmo por partida doble.  Sachsenhaussen fue, por así decirlo, la escuela taller de los nazis, de las SS y de la Gestapo.  El edificio central, desde el que se dominaba todo el campo, era un Casino donde los oficiales descansaban y conversaban ocasionalmente sobre los postulados de Kant, Hegel y Schopenhaeur.  Es posible incluso que los más cultos ya hubieran leído o conocieran las tesis del sociólogo Max Weber.  En realidad, está documentado que ahí planificaron la falsificación a escala mundial de la Libra Esterlina y del Dólar americano.

Pedro Cuartango, nombrado director de El Periódico El Mundo en un momento muy difícil para la Prensa, es un humanista a la antigua, impregnado  de cultura francesa. El otro día, Francisco Correa le inspiraba una comparación con Max Weber  cuando en realidad debió citar a Jean Genet.  La lógica que expuso ante los jueces que le interpelaban no tiene falla.  Mal que les pese a muchos, la ética de la corrupción es el poderoso motor del capitalismo renano (devenido americano a partir de 1945).  Sorprende que personajes tan denostados como Francisco Correa consigan plantarse con aplomo y orgullo profesional ante los jueces y señalar con el dedo la cínica y verdadera corrupción de los puritanos.  Es Salomon Sorowitsch jugándose su parte del botín en el Casino de Montecarlo.

El problema de la Prensa española, con el que tiene que lidiar Cuartango, es que los nuevos puritanos de menos de 40 años  no leen y no están dispuestos a pagar dinero por la Cultura. Tal vez, habría tenido que comparar a Correa con Eufemiano Fuentes, para los únicos lectores que siguen dispuestos a pagar más de 1 euro por un periódico.  Al igual que Francisco Correa, Fuentes fue linchado en plaza pública por los sicarios  del zapaterismo pero se plantó ante la Justicia con la sencilla y cruda lógica del dopaje. El juicio se acabó de forma abrupta cuando se ofreció a explicar los pormenores del dopaje en el fútbol español, tan orgulloso de su Liga y de su título mundialista.  Los puritanos de la prensa y de la política, que habían estado siete años masacrando el honor y credibilidad de ciclistas y atletas, dieron carpetazo al asunto. Sin más.  No se habló de la filosofía del Plan ADO y el doctor Eufemiano Fuentes fue finalmente  absuelto del delito contra la salud pública .

Francisco Correa explica lo mismo que Fuentes:  la Prensa y el público exigen a los deportistas que consigan medallas y títulos a cualquier precio.  El fair play no es un eximente si fracasan. Lo importante no es organizar los Juegos faraónicos del Capitalismo y participar del espíritu olímpico. Ni hablar. Cada medalla, conseguida al precio que sea, sirve para ocultar y justificar los millones de euros (antes pesetas) malversados.  El cargo público y el directivo privado que enchufan a sus mujeres, amantes, parientes y amigos en detrimento de otros trabajadores con mayor mérito son luego los mismos puritanos que se escandalizan por la corrupción. Los jueces y fiscales del puritanismo que sientan en el banquillo a una princesa codiciosa e imprudente son los mismos que le piden una foto dedicada a la estrella de fútbol que ha defraudado decenas de millones de euros.

El problema de la ética es que nunca ha existido.  En política, el puritanismo ético es la coartada de los totalitarios. Nadie es tan coherente como para no justificar miles de excepciones y tropiezos cada día.  Y que done el primer euro a Caritas el español – en paro o no – que por un sueldo legal de 10.000 euros al mes no estaría dispuesto a trabajar de recepcionista o crupier en el próximo Casino de Sachsenhaussen que inauguren.

(c) Belge. 18/10/2016

 

 
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5 pensamientos sobre “Elogio de la corrupción”

  1. Correa dixit (a grandes rasgos, ejem) :

    “a mi alguien que me hace ganar un negocio de miles de millones, es lógico q tenga un detalle con él”
    “no sabía q en la administración eso no era correcto. Desde luego, en la empresa privada funciona así”
    “mi error fué no facturar. Pero si hubiera facturado, no hubiera trabajado con la administración”
    “…entonces la administración (alcaldías incluidas de todos los colores, tbn IU y PSOE, deberían cambiar entonces la forma de trabajar con ellas”
    “soy del Atlético de Madrid 🙂 y desde luego soy mucho mas del signo político contrario que del PP”

    pues eso. Que dejó mas perlas, pero él que quiera entender, ya ha entendido.

    Personalmente, conozco a algún puro (de izquierdas, of course), que no contrata albañiles, fontaneros, pintores, …, sino “amigos” a los que luego les paga una compensación, jeje. Y tampoco paga el vado. Pero háblale de la corrupción….madre mia ….. jeje. También de de decir que es del Barca y admira mucho a Messi. No ni ná.

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