Pagar a escote. La deriva burocrática de las instituciones comunitarias en Bruselas ha reconvertido la Comisión Europea en un poderoso lobby económico al servicio de las empresas y de los gobiernos protestantes del Norte de Europa. A punto de cumplirse los 60 años de la firma del Tratado de Roma, no queda nada o casi nada del sueño de Robert Schuman. Este francés, con ascendencia alemana y austriaca, había visto antes que nadie que lo más importante no era comerciar o firmar tratados políticos sino compartir un sentimiento de comunidad. Los europeos debían caminar de la mano, sin preocuparse demasiado donde les llevaban sus pasos.En el conflicto de la Estiba, la Comisión Europea se ha puesto del lado de los daneses. Maersk es la mayor naviera del mundo y ejerce un verdadero monopolio en el transporte de mercancías. 4 navieras controlan de facto el negocio del Flete Internacional, que mueve 3 billones de euros al año. Es tal la cantidad de dinero en B que genera el negocio de las importaciones que estas empresas imponen sus normas, reglas y caprichos a los puertos y países en los que atracan sus barcos portacontenedores. Ningún gobierno se atreve a rechistar, ni a ordenar una triste inspección aduanera, por miedo a sufrir un boicot y quedar fuera de las rutas comerciales. Un barco que no atraca en Algeciras o Barcelona son 1000 camiones que no trabajan ese día y 300.000 euros de gasóleo que no gastan.La multa de 134.000 euros por día que Bruselas ha impuesto a España por no desarmar a los Estibadores es menos dinero que los impuestos que retorna la Estiba a los contribuyentes vía IRPF. Suponiendo que el colectivo cobre 350 millones de euros en los 43 puertos españoles, que es mucho suponer, retornan a Hacienda del orden de 200 millones de euros. Es 4 veces más que la caprichosa multa que nos ha impuesto la Comisión Europea para favorecer a los daneses.Pero ahí no acaba la broma. La irrisoria multa de 50 millones de euros es 15 veces menos que el dinero que le cuesta a los contribuyentes (750 millones) reformar la Estiba para indemnizar y prejubilar a los trabajadores portuarios, y mucho menos que lo que deje de ingresar Hacienda por un incremento del fraude fiscal en las Importaciones. También es menos dinero que el coste sanitario de tener que atender el incremento de accidentes laborales de un personal poco formado y precario. A la Estiba le pasará lo mismo que a la Marina Mercante: que ya no trabajan españoles en los barcos, ni siquiera en condiciones precarias.El coste de la Estiba en España es inferior al de los grandes puertos de Alemania, Francia, Bélgica y Holanda. Repercute 0,01 euros en una caja de zapato, y no le cuesta nada a los contribuyentes. Por comparar: el mensajero de Seur que nos lleva la caja de zapatos nos cobrará 5 euros como cliente, y nos costará otros 10 euros como contribuyente. 15 euros en total, que constituyen una subvención encubierta a las importaciones.La pregunta es obligada: ¿es mejor Reformar la Estiba, como exigen los daneses, y correr con un gasto de 300 millones de euros cada año, o pagar la multa de 50 millones y plantar batalla en Bruselas en defensa de la legítima Soberanía nacional? ¿Está siendo manipulada la Opinión Pública?(c) Belge. 24-03-2017