En muchos partidos entre el minuto 80 y el final de un partido suelen ocurrir más cosas que en los 80 minutos previos. La relajación en los marcajes debido al cansancio o las prisas por conseguir mejorar el resultado en un partido antes de que se acabe el tiempo probablemente sean lo que lo explica.

Esta situación puede ser muy propicia para el apostante si sabe escoger bien los partidos e intuye por dónde van a venir los goles. Los precios de las apuestas son atractivos ya que, a medida que se agota el tiempo, el precio que al que se paga apostar en ese momento por una alteración del resultado es mayor.

Es interesante analizar no sólo los partidos aisladamente, sino el el contexto del resto de partidos de la jornada, porque nos dará pistas sobre cómo puede desarrollarse los acontecimientos en esos últimos minutos.
Por ejemplo, si anteriormente ya se han jugado partidos de esa misma jornada en los que ha habido muchas victorias visitantes y el partido al que vamos a apostar va ganando el visitante, es bastante probable que ese partido no acabe en victoria visitante, pues ya ha habido muchas en la misma jornada y no es lo habitual. Es hasta factible que el resultado dé un vuelco completo y acabe ganando el local. A partir del minuto 80, apostar a que un equipo que va perdiendo por una diferencia de un gol remonte se paga muy bien, posiblemente a más de 8/1, si era favorito previamente antes del partido, pero puede llegar a pagarse mucho más.
Lógicamente, habrá que valorar si la diferencia de calidad entre ambos equipos no es tan desfavorable al equipo que va perdiendo como para desaconsejar arriesgar.

Al echar un vistazo del resto de partidos que se están jugando, es posible que veamos más partidos de otras ligas o categorías que también están finalizando, entre los que haya algún partido interesante para apostar. En ése caso, tendremos opción a apostar a más de uno individualmente, e incluso a arriesgarnos también a hacer una apuesta múltiple (doble, triple, y más combinaciones) Acertar combinadas es bastante remoto, pero factible si se elige bien y acompaña la suerte. Los precios son muy altos, incrementándose exponencialmente a medida que se añaden apuestas.
Por ejemplo, un doble a dos partidos que uno se pague a 8/1 y otro a 9/1 se paga a 89/1. Un triple en que los tres se pagaran a 9/1 se pagarían a 999/1. Apostando unos céntimos, lo mínimo, tenemos opción a premios muy golosos, si la suerte está de nuestra parte.