En el viaje por el tiempo de la última entrada dejé escondido algo más que un paseo por el pasado. Ese viaje debería de servirnos para abrir una reflexión, ¿compensa invertir siguiendo un criterio fiscal?
Antes de seguir tengo que añadir una omisión. En la parada del año 2007 hay que indicar que esas compensaciones fiscales se crearon para productos contratados hasta el 19.01.2006, para cantidades ya invertidas y para cantidades futuras previstas en el contrato.Pero volvamos a 1992 y visitemos al protagonista de nuestra historia, Juan Previsor, de 40 años de edad. Se encuentra en la oficina de su corredor de seguros, planificando su jubilación prevista para el año 2017. Ha oído hablar de los planes de pensiones, pero no le convence del todo la idea a pesar de que le comentan que puede reducir su base con las aportaciones y que cuando rescate no tendrá que tributar por todo el dinero que percibe ya que puede aplicar un porcentaje reductor.Sin embargo sí parece convencerle la idea del seguro de ahorro. Siempre va a tener liquidez y aunque el interés técnico garantizado no es una maravilla para los tiempos que corren, sólo un 6%, eso de la participación en beneficios… y además dentro de 25 años, cuando perciba el dinero, no tiene que declarar nada.Total que se decide a hacer dos planes de ahorro, uno de 60 euros al mes y otro de 500 euros semestrales, para pagar con las extras (todavía no existían los euros, pero lo hago así para simplificar). Total, que hace números y espera que como mínimo, en 2017, tendrá, del ahorro de pago mensual 41.580 euros y del ahorro de pago semestral 56.398 euros, todo ello libre de impuestos.Podéis imaginar las sucesivas llamadas en cada una de las paradas del viaje en el tiempo. Los intereses cada vez merecen más la pena. Pero cada vez hay que pagar más impuestos. La última llamada, a finales de 2014 ya fue el colmo, si mantiene la inversión en 2017 toca pagar por todos los rendimiento, por 54.978 euros… ¡peor todavía! Como tenía una garantía de fallecimiento por las primas pactadas a ese rendimiento hay que sumar algo muy raro que han llamado capital en riesgo, de lo que “invertía” resulta que parte estaba destinado a cubrir el riesgo de fallecimiento y esa parte hay que sumarlo al rendimiento.Hoy no toca aprender conceptos nuevos, ni que suelte mayor sermón. Toca pensar. Mis conclusiones son que en este país sólo merece invertir en fiscalidad si el beneficio es inmediato, que no hay que fiarse de vanas promesas. Y todo ello consciente de que para mirar rentabilidad siempre hay que mirarla después de impuestos.Pero estoy seguro de que vosotros tenéis otras conclusiones, aunque ello no quita para que otro día hable de los productos actuales con algún beneficio fiscal.alrodrigo(Visited 28 times, 1 visits today)
Gran pregunta, Alrodrigo, gran pregunta…Con el tiempo he llegado a la conclusión que tomar decisiones en base a la fiscalidad (sus cambios) es la manera más segura de meter la pata y acabar perdiendo dinero. Voy más allá: hoy recomendaría sin ninguna duda NO hacer planes de pensión. Prefiero pagar impuestos directamente. Y como ese ejemplo: mil
Si me he centrado en los seguros, poniendo el ejemplo en este ramo, es porque siempre me ha parecido muy sospechoso el silencio del sector en la “penúltima” reforma fiscal que aparentemente tanto les perjudicaba. Muy al contrario, han favorecido que los asegurados rescatasen sus productos antes del 31.12.2014 y reinvirtiesen manteniendo los vencimientos, aunque ello supusiese contratar fuera de normas internas. Todo ello justificándolo en el beneficio fiscal para los asegurados.
Y a uno le da en pensar: ¿a ver si esa jugada les ha permitido mantener los activos subyacentes adquiridos en los años 90, con sus altas rentabilidades, ofreciendo a sus clientes unas rentabilidades mucho más bajas de las que tenían? ¿Quién se embolsa el diferencial? ¿Hay que aplaudir al sector por su picaresca de disfrazar un beneficio propio como beneficio a sus clientes?
Pero voy más allá y pienso en dos entidades nacionales patrias, muy vinculadas a entidades financieras “pringadas” de preferentes y subordinadas. Una de ellas además muy vinculada a una entidad financiera con pufo en su salida a bolsa. Y uno piensa: ¿no habrá sido una especie de permitir a esas entidades liberarse de activos subyacentes tóxicos, todo ello con el beneplácito y la complicidad del sector y de los organismos reguladores porque hubiese sido imposible un más que seguro rescate de esas dos entidades? ¿De ser así, debe de ser motivo de imputar a más de uno o debe de ser motivo de aplauso a nuestros políticos por haber hecho un rescate de forma tan silenciosa?
No quiero seguir pensando en alto, no quiero quemarme y no tengo forma ni medios de demostrar mis elucubraciones.
A largo plazo, como dicen, todos calvos.
Por lo tanto nunca me lo he planteado, pero lo que es corto plazo, siempre, considero que en cualquier negocio, el tema fiscal es una rama más del negocio.
En todos los negocios que he emprendido antes de empezar, he estudiado y confeccionado la hoja de ruta fiscal y en el que estoy ahora lo hice en su momento y lo vigilo cada año, las ultimas modificaciones las he hecho a final de año.
Alrodrigo,
No sé los años que tienes. Yo 44 años. Estoy absolutamente convencido que no cobraré ni un euro de pensión (o muy residual).
Motivos son varios, pero principalmente la pirámide invertida demográfica, lo cual hace de facto quebrado el sistema de pensiones en el futuro.
La fiscalidad del plan de pensiones la han reducido al “pan para hoy hambre para mañana”, contemplando la reducción en base en este momento presente (bastante interesante especialmente para tipos marginales elevados) y estableciendo un criterio de cobro mensual (sin rescate, pues la ventaja de rebaja del 40% la han fulminado) y de este modo ante una previsible renta inferior en el futuro, el marginal se resentiría menos.
Sospecho que la tendencia, más que perjudicar el sistema de planes de pensiones y dada la más que evidente quiebra del sistema de pensiones futuras, se va a incentivar con ventajas fiscales de rescate del 100%. De lo contrario, los hijos del baby boom comenzaremos a quemar containers, y haremos un nuevo 15M mucho más cabrón.
Por otro lado, sobre el tema de los planes de pensiones, hay otros asuntos al margen de la fiscalidad para su contratación:
– hay gente que tiene necesidad vital de hacer aportaciones a un producto que no haya tentaciones ni posibilidad sencilla de rescatarlo. Por aquello del rinconcito de cara el futuro.
– hay otros que tienen líos personales y optan por el plan de pensiones como “herramienta fraudulenta”, pues se trata de un producto inembargable.
Yo, ahora mismo, lo que critico de los planes de pensiones es la penalización fiscal que se hace al rescate total del plan. Por lo demás, me parece un buen producto para reducir la base del presente.
Saludos.
Las pensiones se pagan vía solidaridad nacional, mediante las instituciones del estado. Criterio de reparto o derecho. La demagogia instrumentada de populistas y radicales han hecho creer a la gente (en beneficio de las entidades financieras) que no son nada ni el Derecho de Residencia (vivienda gratis para 7.700 millones de personas en España, porque ellos lo valen, jeje) ni el Derecho de reparto (las pensiones no las pagan los contribuyentes solidarios, vía impuestos, sino una hada madrina con varita de colores).
Cada cual debe de tener su propio librillo. Y meterse o no meterse por propio convencimiento y mirar sólo la fiscalidad es lo que no es nada lógico. Entiendo, no obstante, que la evolución de la fiscalidad de los planes de pensiones irá camino de endurecer cada vez más el rescate en forma de capital y favorecer el rescate en forma de renta (incluso supongo favorecerán cada vez más el que esta sea vitalicia), es la forma de tenernos “agarrados”.
Saludos.
Ahí voy! ceñirse solo en la fiscalidad y tomar decisiones contemplando exclusivamente esta variable generalmente acaba mal.
Ahora mismo se está penalizando el rescate íntegro y no vía renta. Y es precisamente ésta mi principal queja a la fiscalidad del producto.
Pero como sospecho, los paganos del sistema (principalmente la clase media) deberemos contribuir vía Impuestos a mantener el sistema de pensiones. Y éste, necesariamente quebrará pues nuestros descendientes (mucho menos que nosotros) no podrán soportar la enorme carga de una población mucho más numerosa y envejecida.
Ha de haber un “nuevo pacto de Toledo”, y creo que ahí saldrá la ventaja fiscal de estos u otros productos de ahorro (y puede que recuperemos la ventaja fiscal del rescate pero SOLO el periodo de jubilación).
Saludos.