Cuando el río suena, agua lleva. Demasiada agua. El debate sobre el euro se está envenenando poco a poco. Tras la escalada verbal entre Alemania (el acreedor) y Grecia (el deudor), cuyos medios de comunicación están decididos a no ahorrar insultos, vejaciones y provocaciones, algunos políticos sienten la tentación de quitarse la máscara y “hablar claro”. Más allá de la salida de tono, se ha puesto sobre la mesa una cuestión esencial: ¿quién manda en la UE? Las formas abruptas de algunas declaraciones no deben ocultar que el Alemania ha dado un paso adelante, asumiendo el papel de “jefe del gobierno”. La canciller Angela Merkel se ha visto entre la espada y la pared. O rescata ella sola a Grecia, o se queda sin cobrar.
Francia vive un sueño y se deja querer. El Reino unido sonríe desde el balcón. Alemania pone cara de póker y anuncia que está dispuesta a romper la baraja. España, no sabe a que carta quedarse. La UE vive un momento tan apasionante como delicado. Lo que se está ventilando en Europa en estos momentos es sencillamente quién paga la factura griega, 300.000 millones de euros. Francia juega a marear la perdiz y dejar que corra el reloj. Angela Merkel exige que el rescate de la economía griega corra a cargo de todos los países de la unión monetaria. Ante el riesgo evidente de que fracase su modelo de euro, está dispuesta a asumir el mando y anuncia una doble vuelta de tuerca en la política del euro fuerte.El ministro de ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que no ejerce ningún cargo en la UE, se atrevió a afirmar que los países que no cumplan los criterios presupuestarios del Plan de Estabilidad deberán ser expulsados del euro. Va incluso mucho más allá, entrando en el fondo del asunto: “Si un Estado no es capaz de recuperar la capacidad de competencia de su economía ni de sanear sus presupuestos públicos debe abandonar la Unión Monetaria”. Y por si quedaba alguna duda, se despachó a gusto: “Si queremos un euro cuya fortaleza y estabilidad tenga carácter permanente, y esa era y es la intención de Alemania, debemos dar más pasos hacia la integración en el seno de la eurozona”. La política monetaria del euro fuerte no es negociable. Si la economía de un país de la UE no funciona con dicha premisa “no debe tener poder de voto para influir en las finanzas de otros estados miembros”. Debe salir del euro, o en su defecto, ser expulsada.¿Crees que Alemania se muestra nerviosa y se está saltando el guión establecido? ¿Puede funcionar la Unión Monetaria al son que toque el gobierno de Berlín? ¿Si la política del euro fuerte no es negociable en la UE, sobran la mitad de los 16 estados miembros actuales? ¿Crees que se debería convocar un referendum en 16 estados que componen el euro para decidir el tipo de política monetaria que más nos conviene a todos? ¿Necesitamos en la UE un gobierno económico que tome decisiones ejecutivas, o necesitamos mucha más democracia real? ¿Detrás de Grecia, a medio plazo van España y Portugal? ¿Mejor plantarse ahora, con buenas cartas en las manos, o aguantar el tirón?Belge. Febrero 2010
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