La tercera guerra mundial, no declarada, no se debe interpretar en términos de conspiración. Cae por su peso, de forma natural. Es por necesidad lógica que los arroyos confluyen en el mismo río. Esta contienda es el primer gran coletazo del proteccionismo. La Deflación siempre trae la guerra. Esta vez no iba a ser la excepción.

Para entender Inmunidad de Rebaño en su dimensión trágica, lo mejor es haber leído La Estafa del Euro explicada a un niño de 6 años. Lo que está ocurriendo se deriva de la Crisis Subprime, a su vez consecuencia del 11-S. Lo que empezó con aquel Patriot Act sigue ahora con esta Kuarentena Militar.

Aunque este segundo libro de la trilogía describe una involución política hacia el totalitarismo, el problema de fondo sigue siendo económico. Los países de la Triple A han digitalizado todo su sistema productivo y le disputan el monopolio absoluto de la intermediación a China. El mercado de las RRSS es ya tan importante como lo fue el Mercado del Petróleo en el XX.

La tercera guerra mundial es una Revolución Puritana, una involución feudal y proteccionista. No es circunstancial: es la esencia misma del MAL. Da igual si a esa cosa la llamamos Nacional Socialismo, Marxismo, Comunismo, Capitalismo: es una voladura TOTALITARIA del Estado Nación. El Estado de Bienestar, como tal, no es otra cosa que un boceto de la Ciudad de Dios de San Agustín, el recuerdo mitificado de lo que buscaba representar Roma. El sabotaje del Estado Nación y la pérdida de soberanía corren paralelos a la destrucción del Estado de Bienestar y la pérdida de Derechos y Libertades Fundamentales.

Los que celebran los avances tecnológicos de los últimos 30 años, y piden más madera, viven en un mundo onírico. No es extraño, por lo tanto, que ahora recen a todos sus dioses de pacotilla por el regreso de la ansiada normalidad. No quieren despertar. El Síndrome de Estocolmo no es solo miedo, o pánico a afrontar la realidad, es sentimiento de culpa por haber facilitado todos estos años la deriva totalitaria y feudal. Su cálculo era erróneo: el diluvio ha llegado antes de lo que pensaban, y de forma brusca. Disruptiva.

No hay casualidades. ¿Quién ha provocado la Revolución? Es una pregunta incorrecta que no tiene sentido formular. Todo lo que ocurre ya estaba implícito en muchos acontecimientos del pasado. Si se pone el acento en los flujos monetarios o en los valores religiosos, se hable de capitalismo o marxismo, pero es una sola realidad. El Mal es la Destrucción de la Ciudad de Dios de San Agustín. No deja de ser paradójico que los herejes puritanos, que apelaban al fundamentalismo de los Textos Sagrados, quieran destruir la Ciudad Universal (Roma) para reinar como tiranos en sus aldeas y villas. El nihilismo nace de la envidia y del odio al Prójimo.

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© Belge
Autor de La Estafa del Euro explicada a un niño de 6 años. De la reunificación alemana a la secesión de Cataluña. Ed. Inlucro.org