Año 1. Día 6. El día de después


UE El mejor resumen

Y al día siguiente, se hizo el silencio. Los fastos del BREXIT han alumbrado un ratón. Un ratón chiquitín, que come chocolate y turrón…Que no se note que nada ha cambiado en esta Unión de los Estados Suizos Soberanos: las facturas de la reunificación alemana las seguimos pagando los mismos PIGS de siempre.

Salir de la UE le ha llevado a Londres 10 años justos desde que Alemania precipitó la Intervención de Grecia en enero de 2010. Podríamos sacar pecho por haber sido los únicos en leer la trascendencia de aquellos acontecimientos, pero agua pasada no mueve rueda de molino. “No es el roto, sino el descosido” fue un análisis profético que medía el alcance y consecuencias que iba a tener el proteccionismo alemán. Fue un texto polémico, del que muchos se burlaron, porque entonces el sentimiento europeísta era casi hegemónico en todos los países de la Unión Europea.

Noruega, Suecia, Dinamarca y Suiza son países poco poblados, que han asumido sin trauma el rol de mujer florero que les ha asignado la poderosa Alemania: Lo que diga la rubia, frau Merkel. Sus nacionales gozan de ciudadanía plena y los demás viven en una suerte de limbo jurídico. Amos y criados. El Reino Unido, en cambio, son 70 millones de almas, que proceden de medio centenar de países de todo el mundo. No encaja bien en la Europa de Dos Velocidades que alumbró Maastricht.

La Commonwealth es el embrión del Imperio de la Triple A que conformaron americanos, alemanes y anglosajones para gobernar los cielos y los mares. Pero el corazón de esa exitosa anglobalización ha quedado infartado con la crisis subprime. Con el BREXIT se ha empezado a consumar el cisma entre aliados.

El conflictivo eje franco alemán ha servido siempre para ocultar que Inglaterra y Prusia son dos leonas que se buscan las vueltas desde hace siglos . Surcan la sabana en rumbo de colisión. No hay universo bastante para tanto destino. La historia del fracaso del Proyecto Europeo, que aún nadie ha escrito, es el relato de una tragedia: Los enemigos pueden reconciliarse, los competidores, nunca. Con el BREXIT ha finalizado la tregua. Vuelven a ser librecambistas y proteccionistas por convicciones religiosas irreconciliables. El paradigma marxista, nazi en su paroxxysmo, necesita crear enemigos para mantener su coherencia. Odia la libertad por encima de cualquier otra consideración.

El Reino Unido no podrá jugar mucho tiempo a ser civilizada Suiza. Antes o después, será incómoda competencia e irresistible tentación a pocas millas de Calais. No tardaremos mucho en observar como la Libra se convierte en moneda refugio para los desertores del Euro. Frente a una Unión Bancaria germanizada que persigue arruinar a los accionistas y ahorradores, la City se va a convertir en un Faro de Libertad. Y con ello, no tardarán en llegar reproches y pleitos.

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