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La inflación explicada a un niño de 6 años


Hace 44 años, un botellín de cerveza Mahou costaba 6 pesetas y el sueldo de un albañil era de 12.000 pesetas netas al mes. Podría decirse que ganaba 2.000 botellines de 25 cl. O lo que es lo mismo: 500 litros de cerveza con 100 kilos de aceitunas y anchoas.

¿Qué es la Inflación? Es la “temperatura económica” del cuerpo social. Si permanece por debajo de 0, se congela, y si se recalienta mucho tiempo por encima del 20%, el poder adquisitivo se derrite y deshace el valor de las cosas.

Hace 30 años, la caña de cerveza Mahou costaba 50 pesetas y el sueldo de un albañil superaba las 100.000 pesetas netas. Seguía ganando 500 litros de cerveza pero las anchoas ya empezaban a escasear.

Hiperinflación y deflación no son sinónimos de “mucha” y “poca” inflación. Son formas diferentes de destruir la masa monetaria. La deflación es lo que le ocurre a la temperatura del “cuerpo social” durante las guerras, y la hiperinflación es lo que sucede después, durante la posguerra.

Hace 20 años, cuando se consumó la Estafa del Euro y sustituyeron la histórica y valiosa “Peseta” por falsa moneda acuñada en Germania, una caña de barril de 20 cl costaba 75 pesetas y un albañil de la localidad ganaba algo más de 150.000 pesetas netas al mes. decir: 400 litros de cerveza y 100 kilos de patatas revolconas.

Tras el 11 S, llegó la mejor coartada política para imprimir moneda a destajo y hacer tábula rasa con muchos derechos adquiridos, tradiciones e instituciones financieras. Fue la primera de muchas más, no siempre explicadas en la tele.

Hace 2 años, la caña de cerveza Mahou con sus callos a la madrileña costaba 1,1 euros y el sueldo de un albañil permanecía ligeramente por encima de los 1000 euros netos al mes. Ganaba ya menos de 200 litros de cerveza, con sus correspondientes tapas.

El Estado de Excepción pandémico y marcial impuesto por los Puritanos en toda Europa ha sido la excusa perfecta para disparar la Deuda y elevar los precios muy por encima de la media histórica. La caña de cerveza cuesta ya 1,60 euros y el sueldo de un albañil sigue estancado por debajo de los 1200 euros BRUTOS al mes. Descontando los impuestos, gana poco más de 125 litros de cerveza Mahou.

El amable camarero del bar donde solemos parar a reponer fuerzas está a punto de jubilarse. Nos recordaba esta Semana Santa que lleva más de 40 años tirando cañas. Siempre con una sonrisa. Durante ese tiempo, sus clientes habituales han perdido el 75% de su poder adquisitivo. Cada año, se han dejado por el camino un 3,11%. Los precios se han multiplicado por 60 en la Hostelería. Es una inflación anual equivalente al 9,5% .

Moraleja: el 18 de abril de 1978, la sociedad española era mucho más rica, mucho más libre y mucho más feliz.

La inflación estructural en España entre 1900 y 2021


Tras varios años de importar deflación en la economía española, los precios se han inflamado. Muchas empresas de servicios, comercios y pequeñas industrias ya no pretenden arañar cuota de mercado ni alcanzar una mayor rentabilidad, solo sobrevivir mes a mes. En todos los pueblos y ciudades, se ve el mismo atrezzo urbano de desolación empresarial.

Siempre ocurre lo mismo, de modo recurrente: cuando los precios de los alimentos se disparan es porque presiona la demanda y se ha hundido la rentabilidad del resto de los sectores. El consumidor se queda en casa. Compensa una mayor ansiedad existencial comiendo más. Pero al hacer acopio de víveres con mayor frecuencia y en mayor cantidad, también toma conciencia del deterioro de la moneda y de su empobrecimiento. No invierte, no gasta, no viaja. Los empresarios tiran la toalla y renuncian a sostener el nivel de actividad dopando la oferta vía precio.

La inflación es estructural porque los equilibrios intrínsecos de una sociedad tienden a ser perennes. El mayor fraude del monetarismo anglosajón es ocultar deliberadamente que los hábitos sociales son telúricos. Pagamos más pero consumimos lo mismo: tendemos a ser fieles a nuestras rutinas. Agraciado por el Gordo de Navidad, el conductor cambiará su viejo utilitario por un coche deportivo pero recorrerá los mismos kilómetros para ir a los mismos sitios.

Al incrementar la presión fiscal para compensar las comisiones que pierde por el colapso de la actividad comercial e industrial, el Sajón alimenta la espiral proteccionista y precipita el Síndrome de Robin Hood. Intenta imponer cada vez más impuestos y multas a los contribuyentes. Para poder ejercer su pretendido derecho de pernada, busca entrometerse cada vez más en sus quehaceres diarios.

La Unión Monetaria escondía un modelo totalitario. La destrucción de la moneda (hiperinflación) y el totalitarismo van siempre de la mano. ¿Si los precios se han multiplicado por 4 en los últimos 20 años y la Deuda Global de la Economía se ha disparado un 400%, qué ha ganado España renunciando a su soberanía monetaria? ¿Han renunciado a ella los puritanos? La gran paradoja del Euro es que la Unión Monetaria ha beneficiado a aquellos países, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Suiza y el Reino Unido, que nunca renunciaron a su soberanía monetaria ni a legislar en defensa de sus propios intereses.

Alimentación. Inflación de precios entre 1900-2021

Producto 1900 1925 1950  1975 2000 2021
Pan (kg) 0,25 0,60 7,5  45 230 550
Patatas 0,10 0,25 2,2 25 65 150
Leche 0,20 0,70 4 25 75 120
Huevo 0,08 0,20 1 5 10 25
Cebollas 0,10 0,20 1 5 150 350
Azúcar 0,8 1,65 10 35 120 150
Aceite 0,5 2 15 75 400 800
Carne 2 6 50 250 750 1500
Jabugo 60 150 750 1500 3000 5000
Café 0,10 0,25 2 10 75 250

Hacer una tortilla de patata para 8 personas en un bar costaba 1,2 pesetas en 1900. En 2021, cuesta 25 euros. Es un 7% de inflación compuesta al año.

Energía. Inflación de precios entre 1900 y 2021

 

Producto 1900 1925 1950 1975 2000 2021
Recibo luz* 500 2000 8000
Gasolina 2 12 25 125 260
Gasóleo B 8 40 160

*Sobre el disparate y la corrupción del sistema de primas a las energías supuestamente renovables, se puede leer el siguiente análisis de los hechos  

 

Sueldos y jornales. Inflación de precios entre 1900 y 2021

 

Producto 1900 1925 1950 1975 2000 2021
Jornal (1) 1,5 300 5000 9000
Jornal (2) 3 700 10000 25000
SMI 10000 110000 160000

La Revolución Puritana (39): El gran timo del IPC


Hace mucho que no hablamos de economía. De la inflación verdadera, no la de Merimée. Contaba un amigo lector de INLUCRO en Twitter que hay millones de contenedores varados en los puertos. En el fabuloso mundo del flete, 5 o 6 grandes compañías monopolizan e intermedian el mercado. El shipping se ha disparado de 2.000 a 8.000 dólares, paralizando por igual importaciones y exportaciones.. No están llegando las piezas de recambio para asegurar el correcto mantenimiento de los equipos o las reparaciones necesarias. En algunas revistas especializadas de ciclismo, avisan a los aficionados que cuiden de su material porque no llegarán los repuestos hasta..¡2023! Es lógico. Si en un container estándar cabe lo equivalente a 7.000 cajas de zapatos, no es lo mismo importar de China móviles que baratija. Desde la fábrica hasta la casa del cliente, el coste de la distribución se ha duplicado.

¡Es la inflación, estúpido!

La arena en el engranaje del Just In Time, desde la fábrica hasta el cliente en tiempo real, no sólo supone que el coste de distribución se duplique, sino que se paralice la actividad comercial y se desinfle la demanda. Decimos que la Deflación es la Guerra porque es lo que caracteriza la destrucción del mercado. Siempre anticipa los primeros episodios de hiperinflación.

Lo que los académicos llaman “hiperinflación”, en realidad no es inflación. De hecho, es lo contrario: La ausencia de confianza, desaparición del crédito y colapso de la demanda solvente son el escombro y la ceniza que quedan cuando el mercado ha sido arrasado. Al negocio de la hostelería, cerrado y puteado por los marxistas y puritanos, ya no le preocupa que el cliente deje de gastar. Aforo limitado y economía estanca, intermediada por comisarios políticos, en la que el consumidor tiene que pagar el precio impuesto. Sobra gente confinada en Madrid para saturar la oferta que sobrevive. Fuera de Madrid y Barcelona, sin población, que se jodan y cierren.

La disparidad de conceptos que se refieren a un mismo fenómeno de naturaleza social y psicológica, ilustra la complejidad del juego económico. Hiperinflación, inflación, estanflación, deflación, inflación negativa y privatización de la inflación no son sinónimos. La analogía simulada le ha servido siempre de coartada política al monetarismo más rastrero. Todos los agentes económicos entienden o padecen lo que es la pérdida de valor adquisitivo de sus ahorros. Lo que ayer valía 10 hoy se queda en 9. La mayor parte de la población percibe la inflación como desgaste, y no como lo que es: un mecanismo natural de ajuste. La inflación es la temperatura del cuerpo económico, que le hace sudar cuando hace calor, y tiritar cuando se congela.

El Índice de Precios al Consumo no es un termómetro de la inflación: es un indicador que mide el grado de intervención de la economía. Por debajo de 0, significa que la privatización de la inflación es absoluta. Se convierte en un mecanismo de transferencias que raya con la apropiación indebida. Un IPC anual del 1% cuando la inflación estructural bordea el 7% equivale a un incremento de la presión fiscal del 6%. Y si el gran truco del diablo es hacer creer que no existe, el de los políticos es ocultar la pérdida de valor adquisitivo fijando los precios más sensibles.

Al cumplir los 18 años, todo ciudadano debería elaborar un Indicador que le permita medir la pérdida de valor adquisitivo de su propia cesta de la compra. Saber en qué se gasta el dinero que gana o recibe y el peso exacto de un paquete de tabaco, de un depósito de gasolina o del smartphone que acaba de comprar. Se dará cuenta que si no vive en Madrid o Barcelona lo que suba el billete de Metro no le afecta. Se dará cuenta que buena parte de los 500 artículos que usa el INE para medir su IPC no figuran en su propia cesta. Es completamente invisible si no reside en uno de los 200 municipios elegidos por los funcionarios del Estado para la estadística oficial.

A medida que el adolescente crece y se hace adulto, su cesta de la compra se amplía, pero no mucho. La siguiente tabla lo ilustra.

Gasto tipo. Septiembre – Diciembre 1995

Composición Gasto (euros) Peso relativo Inflación anual
Tef, luz, agua, casa 181 6% 8,1%
Coche 813 27% 3,2%
Hogar 607 20% 5,5%
Bares 348 12% 4,9%
Textil 245 8% 2,25%
Cultura 124 4% 3%
Bancos  25 1% 11%
Falsos Gastos 232 8% 5%
Mobiliario 425 14% 4,4%
Total 3.000 100%  

Las 100.000 pesetas de gasto tipo mensual han devenido 3.000 euros. Es una inflación anual compuesta del 6,6%, en línea con la que ha sido la tendencia estructural de los últimos 150 años en España. Con este sencillo ejemplo, es fácil calcular cuánto dinero ha sido saqueado por apropiación indebida de la inflación desde 2001. El 65% de todo el poder adquisitivo ahorrado, equivalente a 1,5 billones de euros. Una mitad ha sido transferida a Cataluña, y la otra mitad, a Alemania.

Radiografía de la inflación real. 1995 – 2021

El fenómeno que hemos padecido los españoles desde 1995 tiene nombre. Lo acuñé hace unos años. Apropiación (Indebida) de la Inflación. Los precios de bienes y servicios de una cesta tipo se han multiplicado por 4, los impuestos por 2 y los salarios por 1. Es una transferencia sucia que empobrece por igual a trabajadores por cuenta ajena y autónomos, y enriquece a aquellos colectivos que no tributan pero cobran subvenciones, ayudas y devoluciones de impuestos. Como consecuencia directa, se reducen las inversiones, las salidas y se incrementa el peso relativo de los gastos fijos y de la alimentación.

Cesta de la compra: 1995-1997

 

Composición Gasto (Ptas) Peso relativo Inflación anual
Casa: 605.500 11,92%  
Teléfono(97) 2100 (mes)   7,87%
Luz(97) 1.750(mes)   6,81%
Comunidad 6.000(mes)   6,4%
Coche 971.000 19,11%  
Gasóleo (95) 38 (litro)   5,5%
Hogar 684.000 13,46%  
Pan 188 (kg)   4,5%
Patatas 15 (kg)   9,13%
Café 192 (kg)   5,56%
Bares 358.000 7%  
Caña  75   5,35%
Textil 144.500 2,85%  

Cesta tipo: 1991-2001

Composición Gasto mensual Peso relativo Inflación
Casa 120 14,4% 5,6%
Coche 250 30% 3,52%
Hogar 130 15,6% 4,5%
Salidas 100 12%  
Bares 60   6,2%
Vacaciones 40   7,1%
Textil 25 3% 1,1%

El IPC oficial de los últimos 20 años marca una inflación media del 1,5%. Si esa fuera la realidad económica que viven los empresarios y consumidores españoles, los precios habrían subido un 40% desde los años 90. Esto sería lo que pagáramos hoy.

Cesta, según IPC 1997- 2021

 

Composición Precio según IPC Precio Actual
Teléfono (mes) 20 euros 72 euros
Luz (mes) 16 euros 48 euros
Comunidad (mes) 50 euros 150 euros
Gasóleo (litro) 0,36 euros 0,78 euros
Pan (kg) 1,60 euros 3,2 euros
Patatas (kg) 0,15 euros 0,80 euros
Café (kg) 1,8 euros 4 euros
Caña (litro) 1,8 euros 7,2 euros

 

La cesta de la compra y los tributos

Para calcular el IPC, el Instituto Nacional de Estadísticas analiza el precio de 500 productos y servicios en 200 municipios de toda España. No son ni muchos ni pocos. En un hipermercado tipo como Carrefour, hay 26.000 referencias a la venta, y en el catálogo general de Amazon España, más de 180 millones. Lo que de verdad llama la atención, es que el INE omita en su cesta el artículo que más pesa: el tributo. De media, algo más del 12% es el IVA que soportan los 4 principales capítulo del gasto familiar. Supera el 20% si añadimos tasas e impuestos municipales.

Los ciudadanos españoles que viven bajo un techo, conducen un coche y necesitan alimentarse tienen en común el 65% de la cesta de la compra. Es lógico: la tributación condiciona la composición del gasto. En origen, porque la administración favorece la creación de monopolios, y en destino, porque limita la capacidad del consumidor. La mayoría de los españoles no puede cambiar de casa, de coche, ni variar su dieta básica.

Siendo así, no se entiende que el INE no considere oportuno calcular que la inflación de los impuestos ha subido en España. Un 2,81% al año desde 1995. Es algo más que el 2,26% anual que mide el IPC oficial. ¿Casualidad?

No es ninguna casualidad. A pesar de no formar parte de la composición de la cesta de precios, lo que en realidad mide el IPC del INE no es la inflación, es el incremento de la presión fiscal. De ese modo, la inflación se convierte en la típica profecía autocumplida. Prueba de ello es que deviene deflación y estancamiento cuando la clase media empobrecida no puede hacer frente a nuevas subidas. Dicho de forma más clara y directa: el IPC solo mide la capacidad de los contribuyentes para soportar nuevos tributos.

Un hogar español de clase media soporta una presión fiscal real que raya el 55% de sus ingresos brutos. Llegó a superar el 70% en el 2008, pero por el camino se han ido desplomando el ahorro y el consumo. Pagar 1.000 euros de impuestos directos e indirectos al mes condiciona todas sus elecciones.

© Belge

La cesta de la compra y los tributos


Para calcular el IPC, el Instituto Nacional de Estadísticas analiza el precio de 500 productos y servicios en 200 municipios de toda España. No son ni muchos ni pocos. En un hipermercado tipo como Carrefour, hay 26.000 referencias a la venta, y en el catálogo general de Amazon España, más de 180 millones. Lo que de verdad llama la atención, es que el INE omita en su cesta el artículo que más pesa: el tributo. De media, algo más del 12% es el IVA que soportan los 4 principales capítulo del gasto familiar. Supera el 20% si añadimos tasas e impuestos municipales.

Los ciudadanos españoles que viven bajo un techo, conducen un coche y necesitan alimentarse tienen en común el 65% de la cesta de la compra. Es lógico: la tributación condiciona la composición del gasto.En origen, porque la administración favorece la creación de monopolios, y en destino, porque limita la capacidad del consumidor. La mayoría de los españoles no puede cambiar de casa, de coche, ni variar su dieta básica.
Siendo así, no se entiende que el INE no considere oportuno calcular que la inflación de los impuestos ha subido en España. Un 2,81% al año desde 1995. Es algo más que el 2,26% anual que mide el IPC oficial. ¿Casualidad?

No es ninguna casualidad. A pesar de no formar parte de la composición de la cesta de precios, lo que en realidad mide el IPC del INE no es la inflación, es el incremento de la presión fiscal. De ese modo, la inflación se convierte en la típica profecía autocumplida. Prueba de ello es que deviene deflación y estancamiento cuando la clase media empobrecida no puede hacer frente a nuevas subidas. Dicho de forma más clara y directa: el IPC solo mide la capacidad de los contribuyentes para soportar nuevos tributos.

Un hogar español de clase media soporta una presión fiscal real que raya el 55% de sus ingresos brutos. Llegó a superar el 70% en el 2008, pero por el camino se han ido desplomando el ahorro y el consumo. Pagar 1.000 euros de impuestos directos e indirectos al mes condiciona todas sus elecciones.

© Belge