La apropiación indebida de la inflación es un tema recurrente, explicado por activa y pasiva desde que acuñé la expresión. Corría el año 2005 y era muy dado a usar metáforas y símiles para explicar pautas y relaciones de naturaleza económica. Para explicar lo que es la “apropiación indebida de la inflación” partía de un sencillo supuesto: Si fuéramos capaces de falsificar 1 millón de euros en nuestro cuarto de baño, nuestras prioridades serían distribuir la moneda y generar rentas futuras para nuestros descendientes. La creación, distribución y valor de la moneda son tres conceptos con lógicas muy diferentes que originan tres tipos distintos de inflación.
Las redes sociales se prestan al desvarío. A las teorías de la constipación. A la disidencia controlada. A la paranoia contagiosa. Son el productos de unos algoritmos no demasiado sofisticados. Los debates que generan son bastante predecibles, a la postre siempre tediosos y tendenciosos. Es el caso, como no, de la compra de Twitter por Elon Musk.La jugada de salida ten presente, que es la primera que se le olvida a la gente. Una vez más, se cumple el genial refranero del pueblo castellano.Las plataformas americanas ,que usa la Inteligencia Americana para impulsar la Revolución Puritana, cometieron el lamentable error de interferir gravemente en las pasadas elecciones. El banneo de Donald Trump resultó mucho más decisivo que el posterior pucherazo postal. Todos los analistas, que pululan por las RRSS, fingen no saberlo, como si no hubiera ocurrido. El ex presidente republicano y futuro candidato ni olvida ni perdona. Hace lo correcto. Elon Musk ha entrado a saco, decidido a sanear y optimizar la empresa sin parar de reír. Será por dinero. (c) Belge
Si un contemporáneo de Carlos V pudiera viajar en el tiempo y despertar en 2020, estaría asombrado al ver como suben los precios de una semana para otra. En su época, si el coste de la vida se disparaba el 1%, ponían el grito en el cielo. Rozaba la usura. A la ligera inflación del siglo XVI, que acarrea el Descubrimiento, le siguieron 50 años de Deflación. Dicho de otro modo: en los reinados de Isabel la Católica, Carlos V y Felipe II, los precios se mantuvieron relativamente estables.
La destrucción del mercado, que coloquialmente se conoce como hiperinflación, parece “alocar” los precios de bienes y servicios. Por ese motivo, se suele confundir de un modo interesado con su antítesis, la inflación. Para el común de los mortales no es fácil entender que una CREA mercado (inflación) y que la otra, lo destruye (hiperinflación).
Incluso dando por buena la composición de la Cesta tipo que hace el INE, con generosidad, las cifras que publican para maquillar la hiperinflación son incongruentes. Puedes tapar el sol de mediodía con una mano, pero no evitar deshidratarte.Cesta tipo del INE:
Cesta tipo aplicada a un ingreso neto (30.000 euros)
Sectores
Ponderación (euros)
Inflación (euros)
1
Alimentación y bebidas
6780
2373
2
Bebidas alcohólicas y tabaco
930
46
3
Vestido y calzado
1800
327
4
Vivienda
4260
1540
5
Menaje
1740
522
6
Medicina
1320
176
7
Transporte
3900
1260
8
Ocio y Cultura
1920
76
9
Comunicaciones
1080
144
10
Enseñanza
480
24
11
Hoteles, bares, restaurantes
3900
390
12
Otros
1890
100
CESTA
30.000
6978 (23,26%)
La conclusión es evidente. Para mantener el poder adquisitivo, el hogar considerado debe elevar sus ingresos netos TRAS IMPUESTOS Y TASAS en 7.000 euros. Dicho de otro modo: En lugar de ganar 66.000 euros BRUTOS al año, el hogar tipo considerado debe ingresar ahora 92.000 euros brutos. El que no lo consigue, es un 28,3% más pobre.
Como podemos comprobar con nuestra simulación, el grueso de la inflación (75%) llega con 4 o 5 capítulos del gasto relacionados con precios y tarifas reguladas: la alimentación, la hostelería, la luz, el transporte y la calefacción.
Con la treta de la pelea en Ucrania, los distintos gobiernos del Imperio de la Triple A están sangrando a la clase media. Ni siquiera en los años 70 subieron tanto los precios regulados. El cuerpo social ha sido sometido y es incapaz de levantar la voz para protestar. Es un yonqui adicto al maná presupuestario.