Todos los valores que cotizaban en la bolsa española tenían sus descuideros encargados de manipular el sentimiento de los inversores. Su incidencia fue inmediata. Buena prueba de ello, es la tremenda volatilidad que se adueñó del mercado a partir del 17 de noviembre de 1999, tras dos años de letargo. Muchas empresas del Mercado Continuo se disparan un 30% en dos meses, y algunas como Amadeus, Sogecable, TPi doblan su precio, pero todas quedan eclipsadas por la rentabilidad que alcanzan Telefónica y su filial de Internet, Terra, que prometía ser el primer portal en español.Colocada a 11,8 euros en la OPV, la acción triplicaba su precio en su estreno, y superaba los 150 euros cuando la CNMV se inventa nuevas reglas sobre la marcha para incluirla con calzador en el Selectivo Ibex35. Terra fue el pretexto para que los codiciosos directivos y cuidadores de muchos chicharros manipularan sus propias acciones. La salida a bolsa que ideó Juan Villalonga, muy al estilo americano, debería estudiarse en las Universidades.Como es natural, la burbuja provocada con impunidad por una legión de trileros pinchó y dio al traste con la ensoñación bursátil de miles de pequeños inversores que quedaron “pillados” a más de 120 euros. Les acababan de robar la cartera y solo les quedaba un enorme saldo de frustración. Fue un clima propicio para la aparición de lo que podríamos llamar Trolls con convenio . Estos usuarios, como el mencionado “pilladosa120”, ostentan el extraño récord Guiness de haber estado 16 años seguidos pegando naderías de 9 a 18 y de lunes a viernes. Perdonaban los fines de semana, puentes y demás fiestas de guardar, además de sus merecidos 30 días de vacaciones al año.Los ingenuos internautas, avasallados y aburridos, mostraban una extraña inclinación a quejarse. No alcanzaban a entender que un mismo infractor sancionado pudiera crear con una misma IP centenares de nicks diferentes para seguir acosando, molestando y amenazando a los demás usuarios. Los que hicieron el petate, cogieron a los niños, al perro y emigraron, nunca llegaron a sospechar el tremendo apagón que se habría producido en Madrid o Barcelona con solo bloquear 4 o 5 IP estratégicas.Pero es sabido por todos que el Destino del magnífico Lince Ibérico en la Península es morir atropellado en cualquier carretera. A nuestro ejemplar, le pasó un camión por encima, cegado por las luces largas cuando perseguía a una hembra en celo. Su cabeza cuelga como trofeo en algún despacho y su cuerpo fue donado a la ciencia.(Sigue)