Un negocio redondo. Arde en Seseña un cementerio ilegal de 10 millones de neumáticos usados. Una columna de humo tóxico y altamente cancerígeno emborrona el cielo velazqueño de Madrid. Es un peaje que hay que pagar a los lobbies que han hecho de la ecología un gran negocio cautivo. Ni siquiera el macro escándalo provocado por el fraude empresarial del Grupo Volkswagen ha servido para abrirle los ojos a la Opinión Pública sobre la estafa de la economía sostenible.
Cada año se venden en España unos 40 millones de neumáticos nuevos. Del orden de 300.000 toneladas de caucho. En cada transacción se aplica a todo tipo de turismo un impuesto de reciclado llamado ecovalor, cuyo importe asciende a 1,57 euros desde el 1 de enero de 2009. En el caso de neumáticos de camiones, tractores y demás maquinaria pesada, dicha tasa supera los 20 euros por unidad.El Ayuntamiento de Seseña, en manos de IU hace más de una década, se dio a conocer por su enfrentamiento con el “Pocero Malo”. Enseguida miles de pretendidos ecologistas y activistas profesionales de izquierdas se movilizaron contra los planes urbanísticos de Francisco Hernando, en nombre de la “sostenibilidad”. No deja de tener su punto de guasa que hayan consentido 13 años una montaña ilegal de neumáticos y hayan protegido al “ecologista” que se ha dado a la fuga. Una sensibilidad medioambiental muy selectiva.Todos sospechamos, con irrebatible criterio lógico, que en decenas de cementerios de este tipo se almacenan un alto porcentaje de los neumáticos usados que se cambian en España. Tampoco es casualidad que estén ubicados en las afueras de las grandes ciudades para abaratar los costes de transporte. Sin contar todas las subvenciones y costes centrifugados en las distintas partidas de los Presupuestos Generales del Estado, un porte de gomas usadas hasta Seseña puede reportar 2.000 euros. Un negocio redondo que se puede estimar, entre impuestos directos e indirectos, en más de 4.000 millones de euros desde 2004.(c) Belge(Visited 135 times, 1 visits today)