Vivimos en un lugar muy peculiar. No tiene nombre propio, pero por razones prácticas ha sido necesario encontrar una palabra políticamente correcta para referirse a él. Se ha impuesto mayoritariamente llamarlo “Estepaís”, aunque también se ha extendido, sobre todo entre los ciudadanos de ideología nacionalista, el uso de “Elestado”.
A Estepaís no se le reconoce una lengua propia. De hecho, se ha impuesto otra palabra políticamente correcta para denominar al idioma de uso mayoritario. Se trata de la palabra “castellano”, cuyo uso la Real Academia de la Lengua que no existe propone siempre en segundo lugar, y que en realidad era originariamente el nombre del dialecto que se hablaba en Castilla. Este dialecto evolucionó con influencias de otros dialectos y lenguas hasta convertirse en el idioma en cuestión, que se parece al dialecto original como un huevo a una castaña, pero el nombre que propone la Real Academia no se considera políticamente correcto y apenas se utiliza ya.
Estepaís es el lugar del mundo con un mayor número de idiomas oficiales. Ese número además está creciendo, a medida que se va reconociendo el derecho a la oficialidad de maneras de hablar que cayeron en desuso hace ya siglos pero que se están recuperando. Todo el mundo quiere su diccionario y su gramática propia, y hay voluntarios para elaborarlos.
A Estepaís no se le considera tampoco una nación, sino que es un ente abstracto y complicado de explicar. Algunos lo describen como una nación de naciones, por ejemplo, o dicen que está formado por nacionalidades históricas. Sólo esos pedazos de territorio tienen historia, Estepaís no la tiene. Dicen que Elestado es algo artificial, que en realidad sólo ha existido impuesto por la fuerza desde el siglo XVIII, interrumpido además por la época cantonalista de mediados y finales del XIX, en la que se dividió en más naciones que nunca antes.
Por último, Estepaís, o Elestado, tampoco tiene un mapa reconocido. Existen diferentes variantes de mapas que se utilizan a capricho en función de la orientación política de los ciudadanos. Eso tiene la ventaja de que cada uno puede pintar fronteras internas donde más le apetezca. En la variedad está el gusto, dicen.
Estepaís, Elestado, es el territorio europeo con las fronteras más antiguas, definidas ya en el siglo XV, y que tan sólo han sufrido posteriormente un par de pequeñas variaciones de escasa importancia, una cerca del Guadiana (Olivenza) y otra junto a los pirineos (Llivia) Pero esas fronteras externas tan sólo son un marco para dibujar dentro las fronteras que cada uno desee, en función de su ideología.
Todo esto de las fronteras es muy divertido y se transmite de generación en generación. El apogeo llegó con la rebelión cantonalista del siglo XIX, en la que se llegó a dar el caso de que Cartagena declarase la guerra a Murcia. Las ideas propuestas por algunos ilustrados del siglo XIX las han heredado los hijos, nietos, biznietos… Nunca se ha sabido con exactitud de donde ha salido el dinero que ha sido necesario para que estos ilustrados dedicasen toda su vida a la única misión de dibujar rayas de colores dentro del mapa, elaborar diccionarios y gramáticas inexistentes con anterioridad, etc… Debe de ser que se lo pasan pipa y en realidad lo hacen por amor al arte.
Cuando tropiezan con la autoridad imperialista no hay problema, no varían su propuesta. Pero a veces se da el caso de que tropiezan con las ideas de los vecinos circundantes, que también han planteado su mapa propio. Entonces rápidamente negocian ambos un mapa que satisfaga sus aspiraciones. Todo es cuestión de goma de borrar y lapiceros de colores.
Hay varios proyectos de países en curso dentro de las fronteras exteriores de Estepaís. Algunos de ellos tienen ya más de cien años de existencia. Los Països Catalans, Os Países Galegos, Euskalherria, el País Llionés, etc… Incluso existió un proyecto de confederación de varios de ellos que convinieron en llamar Galeuska.
Son tan ambiciosos que en algunos casos pretenden anexionar territorios fuera de las fronteras exteriores de Estepaís. Total, sólo hay que dibujar una raya de color en el mapa.
Los diferentes mapas de Elestado son lo más parecido que hay al primer cuaderno que utiliza un niño de guardería cuando empieza a pintar con pinturas de colores. Pero nuestros políticos enseñan esos garabatos a la ciudadanía y los votan.
España (¡huy! lo dije) es el mejor lugar del mundo para vivir. Por eso sufrió tantas invasiones e intentos de invasión: fenicios, cartagineses, romanos, godos, árabes, franceses, ingleses… Todos quisieron instalarse aquí, y casi todos lo consiguieron. Pero tras expulsar al último invasor enemigo, que fue Napoleón, España ha sufrido la peor invasión de todas. Ha sido invadida por la estupidez. Y eso tiene muy mal remedio.
España es un marco en el que los tontos con lapicero dibujan sus mapas inventados y los ignorantes elaboran diccionarios imaginarios y gramáticas pardas. Ese marco tiene que ser muy sólido y muy fuerte para que haya resistido frente a tanta estupidez durante tanto tiempo. Y no lo pueden soportar.
Saludos