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La Revolución Puritana (32): Los Hiperbóreos

En el ajuste de cuentas con los pueblos decadentes del Sur, Nietzsche se presenta como miembro de una raza imaginaria: “Nosotros somos Hyperbóreos”. Los filósofos marxistas y puritanos, que siempre andan disculpándose, deberían empezar a leer los libros por su primera frase. Es algo muy saludable que ya recomendaba Roland Barthes. El incipit suele ser a menudo la parte más importante de cualquier texto. El filósofo germano no se define a sí mismo como individuo, sino como parte de un todo puro y preservado. Tiene su gracia cuando dedica las siguientes páginas a argumentar cómo el idealismo cristiano ha decaído los pueblos semitas del Mediterráneo hasta corromperlos.

El proceso de Civilización de San Agustín se opone a la preservación de la Naturaleza Verdadera de Nietzche. Pero, a diferencia de San Agustín de Hipona, que gozaba de una envidiable salud, el bueno de Federico era un enfermo que se pasó su corta vida idealizando la vitalidad. El filósofo luterano no era el mejor exponente de la preservada raza de los hiperbóreos. Como le pasó a otros escritores encumbrados del periodo romántico, el trastorno mental crónico que padecían se interpretó como la genuina manifestación del Volksgeist y del Volksgemeinschaft hiperbóreo.

No deben caer en saco roto estas consideraciones, por la sobredosis de pelis y series de televisión que hemos visto y nos adoctrinan. El puritanismo es una patología social que aflora en tiempos de crisis. Buena parte de los iluminados anglosajones que integran los principales lobbies políticos y económicos han sido destetados con esas ideas. Es un juego de niños rastrear todos esos pronunciamientos, como perseguir a unos caracoles por el rastro de baba que van dejando por los medios de comunicación.

Desde el 11-S, cualquier persona relevante en el Imperio Puritano de la Triple A siente la necesidad de significarse. Aunque han aprendido a disimular su ideología supremacista, las circunstancias extraordinarias les impelen. Es lógico. Tienen que mantener su posición en el rebaño, especialmente cuando el miedo lo echa a correr. En la Gran Enciclopedia Universal de la Conspiración, hay páginas enteras con sus declaraciones y proclamas a favor de corriente.

Muchas de las cosas escandalosas que escribió Nietzche en sus libros serían hoy censuradas directamente por Google, Twitter o Facebook. Cualquier persona puede probar a disfrazarse de alemán para interpretar esas ideas y medir el tiempo que tarda la norteamericana Youtube en borrar el vídeo de su plataforma. Pero a los adolescentes occidentales les siguen enseñando que el Hiperbóreo es ese gran pensador que desmontó la “farsa judeocristiana”. Lo que nos lleva a formular una pregunta: ¿Son los marxistas españoles hiperbóreos o solo sobreventilan?

© Belge
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