Comensales. Alrededor de una mesa nació nuestra civilización romana, compartiendo conceptos, ideas, sentimientos y alimentos. La dieta mediterránea es un crisol que condensa 6.000 años de Historia; es el arte de alimentar el cuerpo y el alma. La cocina monta una fiesta con los recursos más humildes.Decía el genial Arguiñano algo que cualquier madre sabe: se tarda menos en cocinar un sabroso plato que en bajar al colmado a comprar comida basura y calentarla en el microondas. Y es mucho más barato. La comida procesada, completamente insana, se paga entre 12 y 15 euros el kilo. Un hogar de 4 miembros necesita ingerir del orden de los 3.500 kilos sólidos. En torno a los 12.000 euros por persona. Los productos frescos se venden, de media, a 1,5 euros el kilo.Cocinar en casa es, sobre todo, un método de gestión. En función del método y la pericia, se puede gastar más o menos. Algunos restaurantes ganan dinero ofreciendo un menú del día variado por debajo de los 6 euros. Es de suponer que no se dedican a subvencionar a sus clientes por amor al arte. Por 6 euros, pueden cocinar si pega una fabada excepcional para 10 personas, hornear una pizza histórica o preparar unos espaguetis a la boloñesa de chuparse los dedos. Las famosas lentejas de la abuela, o la tortilla de patatas que recordamos, no superan un simple euro de coste.España es – ¿por cuanto tiempo? – de los pocos países del mundo en el que comer bien y barato es un lujo de las clases sociales más humildes. Los pobres saben alimentarse, por menos de 2 euros al día, sin atiborrarse de arroz, patatas fritas y hamburguesas. Lo que cuesta más caro es la incultura culinaria, la ignorancia y los prejuicios socioeconómicos.(c) Belge
La última jornada de Primera División se presenta compleja por indefinición: en no menos de 5 casillas no se juegan absolutamente nada y puede darse cualquier resultado. En este caso toca tirar de lógica. Elegimos un sistema de reducidas, con sus inconvenientes, debido al gran abanico de estructuras posibles en los partidos de primera y por el mayor interés de jugar triples en los partidos de segunda.
Jose García Montalvo, antes de ser reclutado por Zapatero para la causa, reconocía en sus escritos y estudios como consultor inmobiliario una gran verdad “científica”: la única correlación positiva que había conseguido analizar y documentar en relación al precio de los activos inmobiliarios tenían que ver con la actividad laboral y la tasa de ocupación. Dicho de otro modo: el precio de la vivienda crece y solo crece en proporción cuando se incrementa la empleo. Es fundamental explicar esa sencilla verdad, de unos de los mayores activistas catalanes contra el sector inmobiliario, para entender el fenómeno que se produjo entre 1998 y 2003. Por primera vez en muchas décadas, hubo una fuerte creación de empleo en España y muchos ciudadanos optaron por mudarse a barrios mejores. Vendieron y/o alquilaron el piso viejo, y se compraron una casa nueva. Tal y como el propio Montalvo reconoce en un libro que publicó en 2008, la obsesión común de los activistas catalanistas (ppcc) y sociocomunistas (ir) era manipular el sentimiento natural de mercado que tenía la Opinión Pública cocinando las estadísticas oficiales de Fomento. Y así fue como se empezaron a publicar en todos los medios cifras incoherentes y exageradas, con el único fin de corear falsedades en las televisiones. La insidiosa campaña sobre la “burbuja inmobiliaria” arranca en 2002 y se prolonga hasta el año 2010. Altos cargos del Ministerio de la Vivienda llegaron a decir, en numerosas tertulias, que el precio de la vivienda se había incrementado en España un 15% al año desde 1993.Cualquier ciudadano que sepa usar una calculadora debería conocer que una tasa de crecimiento sostenida del 15% multiplica los precios por 8 en 15 años y por 16 en 20 años. Es evidente para todo el mundo – incluso los periodistas – que el precio de la vivienda NO multiplicó su precio por 16 entre 1990 y 2010, ni tan siquiera por 8 entre 1993 y 2008 como sostenían por tierra, mar y aire, miles de agitadores y asalariados de la Causa. De hecho, cualquier persona que accediese a las series del INE y de Fomento podía COMPROBAR que los precios se multiplicaron por 4 entre 1988 y 2008. El piso de 70 que costaba al lado del Calderón 100.000 euros pudo llegar a pagarse 300/350.000 euros en el pico de la boom. Lo cierto es que NUNCA hubo burbuja inmobiliaria en España. Entre 1994 y 2008, solo se construyeron y promovieron en España 5,5 millones de vivienda, tercio de ellas en las playas como dotaciones turísticas. A pesar de incrementarse, vía inmigración, la población neta en 10 millones de almas, solo se edificaron 400 millones de M2 habitables. 4 millones de pisos y casas. Poca cosa a tenor de la fuerte demanda. Entre 1976 y 2016, solo se han construido en España 12 millones de viviendas, 8 millones para uso residencial. La población global ha crecido un 50%. Un piso por cada 2 habitantes en 40 años de tiempo. (c) Belge
Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.
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