Minuto y marcador

Gracias a Victor D’hondt, injustamente difamado por una parte de la izquierda radical española por el mero hecho de ser incapaces de granjearse la confianza de los electores, se puede predecir con relativa precisión la composición del Congreso el próximo 26-J.  El sistema de asignación de escaños en España es proporcional y por ese motivo, paradójicamente, tiene una componente “estructural”.

La demostración es sencilla: si fuera un sistema radicalmente proporcional, el número de diputados sería como mínimo de 2500.  Con el sistema de circunscripción, se manipula la representación popular para convertirla en una representación de fuerzas políticas y asociaciones.  Lo que parece una ventaja inicial deviene un inconveniente, al multiplicarse al infinito las siglas que se presentan.  De modo que toca decidir, arbitrariamente, que fuerzas son dignas de ser representadas y cuales no, bajando y subiendo el listón para dejar fuera a los partidos minoritarios.  ¿Quién decidiría que los españoles están mejor representados con 25, 250 o 2500 diputados?

El sistema actual es casi inmejorable, excepto por el hecho de que el País Vasco y Cataluña están sobre representados.  Les deberían corresponder 12 escaños estructurales en lugar de los 21 actuales.   Con esos escaños, ETA jamás habría conseguido estar presente en la Carrera de San Jerónimo.

En estos momentos, el análisis del 26-J es fácil de hacer.  La izquierda (Unidos Podemos + Psoe) suma entre 162 y 168 diputados.  Los nacionalistas (PNV, CIU, ETA, ERC) suman 23-25 escaños.  El resto, hasta sumar 350, son básicamente representantes de PP y Ciudadanos.

La clave de la elección del 26-J son los votos que Albert Rivera consiga hacerle perder al Centro Derecha.  Cada diputado que obtenga le hará perder 2 al Partido Popular.  No le servirán para nada, ni siquiera para hacer acto de presencia en el Parlamento: solo para facilitar que gobierne PODEMOS, con una agenda oculta en beneficio de Cataluña.

A la inversa, todos los votantes enfadados que votaron a Ciudadanos el 20 D y vieron como se metía en la cama con Pedro Sánchez sin hacerse de rogar sumaron 1 o 2 escaños a favor del PP en función de que se abstengan o intenten impedir que se forme un gobierno como el de Tsipras teledirigido desde Berlín.

La regla de cálculo es sencilla.  Los 200 primeros escaños se reparten proporcionalmente al porcentaje que cada partido ha obtenido.  PP con un 30-33% suma 60-65 diputados. El Psoe, con 18/20% de votos, logra arañar 40 escaños.  Unidos Podemos, con un 25%, logra un botín de 50 diputados. El gran perdedor del 16J será el catalanista Albert Rivera, que con solo un 11/12% de votos a penas conseguirá llevarse 20 actas.

Los otros 150 escaños se reparte a razón de 3 diputados por provincia. El ganador obtiene el primer diputado. El segundo, como es natural, consigue el siguiente diputado, salvo que haya sido doblado en votos por el primero.  El tercer diputado lo consigue la fuerza política que haya conseguido al menos un tercio de los votos del primero.  En la práctica, con un 25% de votos, un partido político obtiene un diputado en cada provincia.

Esta sencilla regla de asignación de los escaños permite saber que Unidos Podemos va a logar un mínimo de 90 escaños el próximo 26-J y que, en sentido contrario, Ciudadanos solo conseguirá representación en las grandes ciudades.  Lo más probable es que pierda la mitad de los 40 diputados que tenía.

La suerte del 26-J se juega en 15 provincias en las que el Psoe puede quedarse sin ninguna representación en beneficio de Podemos y del PP.  El Partido de Rajoy sumará entre 130 y 135 diputados,  en el mejor de los casos, a pesar de recuperar 1 millón de votos.  Los 20/25 diputados que le va a robar Rivera le cuestan 50 diputados al PP y a España la estabilidad política e institucional

Fuerzas Políticas Votos Escaños
Partido Popular 32-33% 130-135
Unidos Podemos 24-25% 80-85
Partido Socialista 19-20% 75-80
Ciudadanos 11-12% 20-25
Nacionalistas
(PNV,BILDU,CIU,ERC,CC, etc)
10-11% 25-30

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4 pensamientos sobre “Minuto y marcador”

  1. En Madrid pasó lo mismo, y el Psoe y CS salieron a ayudar a Carmena, aunque el apoyo fue totalmente contra natura. La que mandan y ordena es La Caixa. Es OBVIO que Sánchez y Rivera van a apoyar a Iglesias, que si para moderar, que si para controlar, etc…

  2. Hola descartas un gobierno en minoría de PP-CIUDADANOS con abstención de PSOE?…y otra cosilla…Por qué Rajoy no se aparta y deja paso a personas tipo SORAYA para acabar o minimizar que lo relacionen con la corrupción?”…
    Por cierto vaya tundra al IBEX…pero creo que con los USAs esta tarde minimizaremos pérdidas….

  3. Se formará el gobierno que decida La Caixa. Para que hubiera abstención del Psoe tendría que producirse una auténtica revolución en Andalucía.

    La clave de todo esto, en unos y otros partidos, es que ya están pensando en unas elecciones Constituyentes. Y eso son palabras mayores. Los catalanistas (empresarios codiciosos) nos han metido en un gran lío. Me encontré hace poco declaraciones de Pujol en 1990, cuando estalla Yugoslavia, y son clarificadoras. La Transición se llama así porque los nacionalistas debieron convencer a EEUU que era su interés dividir España. Pero es un tremendo error porque equivale a tener en la Península un foco de conflicto crónico.
    Si los españoles – de cualquier color y creencia – tuvieran claro el momento de juego, el PP sacaba el 90% de votos. Pero los catalanistas han gastado mucho dinero (de los demás) en mantener a la Opinión Pública en un estado de gran confusión.

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