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La estafa del Euro, explicada a un niño de 6 años


De un día para otro, los precios de los bienes y servicios en España se multiplicaron por 3 y los ahorros se dividieron por 3. En una familia española  con dos sueldos, entraban 30 mensualidades de 140.000 pesetas, y con 7 millones de pesetas ahorradas en bancos de fiar, podían comprar 200.000 litros de gasóleo de calefacción o bien tomarse 100.000 cañas en el bar.  Como consecuencia de ver convertidas sus vidas al Euro, los españoles perdieron un sueldo y sus ahorros ya solo les daban para comprar 60.000 litros de gasóleo  o bien tomarse 30.000 cañas.

Lo primero que les dijeron los comisarios de la Unión Monetaria y sus cómplices es que el consumo de alcohol era muy malo para su salud, que la culpa del petróleo caro era de los yihadistas de Al Qaeda, y que los españoles cobraban demasiado dinero para lo poco productivos que eran.  Qué suerte la suya que con una moneda fuerte como el Euro iban a poder viajar y se iban a poder endeudar con créditos baratos.

Con la creación del Euro, se perdieron 5 millones de puestos de trabajo en España y 11 millones en todo el arco mediterráneo. Los ahorros en pesetas, en el caso español, se vieron reducidos a la tercera parte, con lo que muchas familias razonables decidieron anticipar gastos futuros con ahorros ciertos. 1 millón de pesetas ahorradas equivalían, en término de paridad adquisitiva, a 2.000 horas productivas de 1990 y a 1.000 horas del año 2.000. Se necesitaban 10.000 horas productivas ahorradas para poder comprar una casa o piso modesto a tocateja.

La estafa del Euro consistió – incluso con anuncios de Televisión financiados por Bruselas – en hacerle creer a la gente que podían sustituir el desaparecido ahorro productivo (2/3 partes) por horas prestadas al 4% TAE. La gente más lista, más informada, o sencillamente que nos leía en aquella época, sabía que debía utilizar el apalancamiento (préstamo)  para anticipar gastos futuros y PROTEGER su ahorro en pesetas .  Lo explicamos, y tal cual lo explicamos, se verificó.

Los españoles damnificados por el Euro no fueron los pobres, como sostienen los radicales financiados por el corrupto nacionalismo catalán, sino la clase media. Los pobres no tenían ahorros y por lo tanto no perdieron nada.  Trabajaban por un bocadillo de jamón serrano, y ahora trabajan por un bocata de infecta mortadela importada desde Holanda y Alemania.  Aunque los hijos de la clase media acaban de salir del coma etílico que les provocó el primer botellón de la década, y han descubierto como Calimero que el mundo es muy injusto,  lo cierto es que a todos ellos les pareció “genial” la Estafa del Euro y los Viajes del IMSERSO por las Universidades Europeas.

Desde las Instituciones Europeas, se cuidaron de poner en alerta a la ciudadanía del Sur y usaron varias tretas. Primero propiciaron una política monetaria laxa, con un tipo de cambio débil. De ese modo, las empresas españolas o italianas no notarían demasiadas diferencias prácticas entre sus monedas y el Euro. Pero dicha treta – Transición al Euro – solo duró hasta el año 2005. El Euro pasó de golpe a ser una moneda fuerte, muy fuerte, con tipos de interés al 5%. Era un auténtico disparate monetario que facilitó la fuga de capitales desde el Sur de Europa hacia el Norte.  El tipo de cambio llegó a ser excesivo hasta para la economía Suiza, que se protegería devaluando su moneda y estableciendo un tipo de cambio fijo.

La segunda treta que usó Berlín fue eliminar, de facto, los aranceles en las economías más débiles, para favorecer la sustitución de productos locales por importaciones chinas mucho más baratas. Al margen del Joint Venture con la propia Alemania, sirvió para importar DEFLACION a raudales en Europa, y ocultar parcialmente la pérdida del poder adquisitivo de las familias. Los españoles eran mucho más pobres, pero les hacía la misma ilusión llenar el carro de la compra con baratijas orientales.

La tercera treta, cuando el engaño ya no dio más de sí, fue culpar a las víctimas de su propia desgracia. La culpa era de los católicos y ortodoxos PIGS. En esa fase concreta, de escarnio moral (Teoría del Castigo Moral) colaboraron activamente los mismos que hoy se presentan como “puros” (puritanos) y regeneradores de la política española. Los mismos responsables de ayudar a Alemania, se presentan ahora como “salvadores” de la patria. Alexis Tsipras en Grecia y Pablo Iglesias en España son los cómplices que necesita la Canciller Ángela Merkel en esos países para impulsar sus estrategias económicas y su ideología religiosa. Estos “indignados” morales del siglo XXI contra la corrupción de los PIGS son los que “protestaban” siglos atrás contra las “indulgencias” de  los católicos.

© Belge. 18-05.2016

España lidera la recuperación de las ventas de coches en la UE


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La venta de coches en España representa más de 100.000 millones de euros (10% del PIB) y en 2015 supuso casi el 20% del valor total de las exportaciones en un año récord. Según datos de la patronal, el sector de la automoción mantiene cerca de 300.000 empleos directos y 2 millones de indirectos. Aunque las cifras parecen muy infladas, sirven al menos para dar una idea de la importancia de este sector industrial.

Las cifras de los dos últimos ejercicios evidencian la importancia de la automoción en la recuperación. Algo más de 2,4 millones de vehículos fabricados en el año 2014 y 200.000 unidades más el pasado año. Con esas cifras, poco a poco España se acerca a los máximos de producción alcanzados en 2006. En 2015, además, se empezó a recuperar con fuerza el mercado interior, a pesar del gigantesco fraude de los motores trucados de Volkswagen. Eso también propició un incremento de las importaciones.

En torno al 8o% de los vehículos que se fabrican en nuestro país se exportan a un centenar de países. Representa un volumen de facturación de 30.000 millones de euros, a razón de 15.000 euros por unidad. La competencia es cada vez mayor en todo el mundo, y a pesar de eso, España sigue siendo el segundo fabricante en UE y el octavo en el conjunto del mercado mundial.

© Belge

Galería Salón del Automóvil 2016 – © Charly

Brexit: hacia el IV Reich alemán


David Cameron tiene razón. Desde InLucro teníamos en mente escribir este mismo análisis desde hace un par de semanas, pero el Premier británico se nos adelantado con su clarividente declaración. Si el Reino Unido sale de la UE, la paz en Europa estará gravemente hipotecada. Dos veces en el pasado eligió la sociedad británica aislarse del continente para esquivar el agresivo imperialismo germano, pero al final se vio arrastrada y tuvo que intervenir militarmente.  Gran Bretaña pagó, en términos de dominio colonial, un elevado precio por las dos contiendas europeas, en beneficio de EEUU.

No ha sido una casualidad que las misteriosas fuentes que han desvelado los Papeles de Panamá, y que antes ya dinamitaron el Secreto Bancario de Suiza, hayan involucrado al líder de los conservadores británicos responsable de impulsar el referéndum sobre la salida de la UE. El Reino Unido es una cabeza de puente básica para impulsar el Tratado Atlántico de Libre Comercio y mantener toda la Política Comunitaria en sintonía con los preceptos arancelarios norteamericanos. Lo que ha venido ocurriendo desde la Unificación de la RFA y la DDR es que los británicos se habían acostumbrado a jugar con dos barajas, en función de sus intereses, y se han acabado por liar. La jugada de autoexcluir a la Libra de la futura Unión Monetaria, con la complicidad de Soros, fue una auténtica genialidad que los historiadores del futuro explicaran en detalle.  Fuera pero dentro. Sigue leyendo Brexit: hacia el IV Reich alemán

¿Es bueno que desaparezca el billete de 500 euros?


El BCE se ha quitado la máscara. La decisión de eliminar el billete de 500 euros, tras una sibilina campaña de intoxicación de la Opinión Pública que ha durado 5 años, revela a las claras que para el Banco Central Europeo la falsificación de moneda, colateral, es un gran negocio al que no está dispuesto a renunciar. En la cultura religiosa del mundo protestante, hoy hegemónica en el mundo, la satanización del otro es un recurso manido para su eliminación política y física. Señalar y criminalizar determinados chivos expiatorios es un instrumento para la inquisición de prácticas y creencias liberales y privadas.  Y da igual el estrafalario nombre con el que bauticen al “enemigo” para su pertinente caricatura.  No es baladí que ese trabajo de inquisición moral haya corrido a cargo de los siniestros marxistas luteranos que abundan ya en todos los países de la UE.

El billete de 500 euros dejará de imprimirse a partir de 2018 aunque seguirá siendo de curso legal. Una legalidad relativa en la medida de que deje de ser un billete “al portador” y obligará a los eventuales tenedores a tener que despelotarse ante cualquier administrativo bancario, funcionario en celo, o comisario político. La lógica fiduciaria sacará el billete de más valor y más seguro de la circulación mucho antes de que haya dejado de imprimirse su última remesa. No deja de ser irónico que la decisión que firma Mario Draghi convierta el billete más auténtico en falsa moneda.

El verdadero motivo de la condena es que el elevado valor facial del billete morado impedía su falsificación y facilitaba el ahorro. Es el único billete seguro y que ningún aprendiz de criminal, por torpe que sea, usaría nunca jamás para blanquear dinero “negro”. Tampoco es cierto que su valor sea excesivamente elevado: 500 euros de 2016 en España equivalen a 20.000 pesetas de 1997.  Para un austriaco, alemán o danés,  un billete de 500 euros es una propina que representa el 20% de un salario mínimo habitual.  Con 500 euros en España compras, por ejemplo, 200 kilos de aceitunas de mesa, y en Viena, 20 kilos.

¿Es bueno para España y los demás PIGS católicos y ortodoxos que el BCE criminalice el ahorro fuera del circuito bancario? La respuesta, obvia, es no. A los puritanos les bastará, en caso de crisis como la de Lehman Brothers o Deustche Bank, 10 minutos para colgarle el sambenito a cualquier entidad financiera solvente y provocar su liquidación.  Por rápidos que sean los clientes en retirar sus depósitos, solo lo podrán hacer con billetes de 20 y 50 euros.  Llegado el caso de montar el oportuno “corralito” para castigar y someter a las poblaciones del sur de Europa, será un jugo de niños justificar el cambio de moneda debido a la abundancia de “falsa moneda” que se emitió en paralelo con la “oficial”. Un negocio redondo.

© Belge