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Empieza la legislatura

Las Fuerzas del Mal han sido derrotadas. Una vez mas. Pero en la eterna contienda del Bien y del Mal, no hay batalla definitiva.  En esta ocasión, y en España, las fuerzas conjuradas de la izquierda  nacional catalanista han subestimado por completo la inteligencia política y el margen de maniobra de Mariano Rajoy.  También han infravalorado y hasta menospreciado la capacidad del Pueblo Soberano para entender  una guerra confusa y optar por el Mal Menor.

La definición del Mal político es tan clásica como la receta de la sopa de ajo.  En la mitología hebrea, que hereda la milenaria tradición de las tribus mesopotámicas, la disidencia de Lucifer (Ángel de la Luz) eleva el umbral de la discrepancia hasta  poner en peligro la supervivencia del Oasis (Paraíso).  Pero la antropología revela que toda esa cultura, de la que somos deudores a través del cristianismo, se manifiesta de un modo muy similar en casi todas las latitudes.  El Otro, el que está fuera, es un “bárbaro” y en muchos casos, ni siquiera es considerado como plenamente humano.

Pierre Bourdieu, el sociólogo francés seguidor de Adorno, demostró que el concepto marxista de Guerra de Clases es una falacia. Lo solía hacer de un modo sencillo en sus conferencias, recordando que los hijos de los obreros no quieren ser obreros, sino más bien dejar de serlo.  El trabajador  que describe Karl Marx es un “ángel” arrojado al desierto y que debe unirse a otros para  intentar asaltar los Muros del Oasis.

El gran acierto histórico del Partido Socialista, bajo el liderazgo de Felipe González, fue renunciar a los principios del Marxismo  y abrazar los preceptos de la Socialdemocracia.  Pueden parecer corrientes políticas hermanadas, pero en realidad son doctrinas antitéticas. Los conceptos que elabora Karl Marx nacen del Idealismo Alemán y de la Reforma de Martín Lutero, mientras que el pensamiento socialdemócrata (y democristiano) nace de la Revolución Francesa de 1789.  En un caso, quieren asaltar y saquear el Cielo, y en el otro, quieren tomar La Bastille para liberar a los presos encarcelados sin juicio, para restablecer el Imperio de la Ley en la Comunidad.

Las Fuerzas Mercenarias han sido derrotadas porque España sigue siendo, a pesar de 30 años de delirante sectarismo educativo, un país profundamente mediterráneo y católico.  Los conceptos totalitarios del idealismo alemán chocan frontalmente con los valores  de la Familia y de las Libertades Políticas que hemos heredado de la Civilización Romana.

Para superar su crisis, en esta legislatura, el PSOE debe volver a ser un partido socialdemócrata como Dios manda.  Y no será nada fácil mientras sigan creyendo que los marxistas luteranos son unos aliados naturales para su causa. Debe mirar a Roma y a París, y no a Berlín. Libertad  en Roma y Paris no era libertar esclavos, sino liberar presos políticos; Igualdad no era igualitarismo sino Imperio de la Ley para todos; Fraternidad no eran ni la Fiesta de la Primavera ni el Coro de la Patata, sino lealtad y solidaridad con los miembros de la Familia y de la Comunidad.

P. D.  Con todo esto, y un bizcocho, la economía y la bolsa española deberían empezar a recuperar el tiempo perdido.

(c) Belge 18/11/2016

 

 
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