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¿Hay insurrección en Cataluña?


La pregunta es directa y sencilla, aunque no lo parezca. ¿Hubo insurrección en Cataluña el 1 de octubre de 2017? La respuesta se ventila estos días en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en Madrid. Puede parecer compleja a tenor del trueno mediático, pero es realmente sencilla. La respuesta es sencilla, pero a nadie va a convencer, porque a los soldados rasos y rasurados solo los derrota el fango y el hastío.

Insurrección. Tiene nombre de mujer. Significa: Alzamiento, levantamiento, rebelión, sedición, sublevación. María Moliner subraya el carácter performativo del concepto. Es la acción de declararse en contra de la autoridad constituida y de luchar contra ella; particularmente una colonia o un territorio.

A diferencia del Golpe Institucional o del Pronunciamiento Militar clásico, en el que un órgano constitucional interviene el funcionamiento político y administrativo del Estado, la INSURRECCIÓN es por definición un movimiento de desobediencia y confusión social. La acción de declararse en rebeldía persigue la confusión y mantiene ocultos sus propósitos y objetivos. La toma de rehenes es básica: Anula la Verdad Histórica, condiciona la verdad política e hipoteca la verdad jurídica.

La Causa Especial 20907/2017 contra los líderes del proceso independentista catalán que organizaron el Referendum ilegal del 1 de octubre de 2017 concita el interés mediático de todo el planeta. Los magistrados de la Sala de lo Penal, que preside Manuel Marchena, han dado por buena la Instrucción del Juez Pablo Llarena que considera probada la existencia de una rebelión. Con la apertura del Juicio Oral, el juego de las Defensas y del Lobby nacionalista, consiste en demostrar que la CONSPIRACIÓN no existió, no pudo existir, en una suerte de versión moderna y actualizada de la Paradoja de Zenon. El movimiento es solo una ilusión porque Achiles nunca podría atrapar a la Tortuga. La conspiración del 1-0 es un “hecho nebuloso” que solo existió en las mentes calenturientas de “españolistas” arcaicos y “fachas” alérgicos a la democracia verdadera.Como tal niebla, no existe: al acercarse al objeto para acotarlo y analizarlo, se dispersa y desaparece.

Unos matemáticos británicos intentaron demostrar que una “conspiración” es un objeto improbable. ¿Cómo podrían organizar los 18 políticos encausados la rebelión violenta de 2 millones de catalanes? A lo sumo son responsables de pequeños desacatos y de insignificantes malversaciones que no merecerían tan grueso reproche penal. ¿Cómo definir lo que es violencia y hacer el inventario de todas las medidas de coacción social puestas en marcha durante meses? Si los trenes que abastecían Treblinka de cadáveres llegaban puntuales ¿merecen parte de reproche el conductor y demás ferroviarios?

El bueno de Achiles siguió corriendo detrás de la Tortuga más de 2.000 años hasta que desarrollaron el Cálculo Integral. Las ciencias sociales, que aún no han visto nacer a sus Descartes, Newton y Leibniz, intentan forzar los razonamientos de un modo analógico y deductivo, pero la naturaleza y forma de los “objetos y hechos sociales” escapan a su intuición directa. Todo lo que ocurrió el 1 de octubre está estrechamente relacionado pero es imposible probar una relación necesaria de causa a efecto que permita ir más allá de la simple conjetura. Dentro de la espesa niebla de ese día, ¿participaban los catalanes de un sentimiento de insurrección cívica?

La Paradoja que plantea la Defensa de los Golpistas es brillante pero la respuesta que dio Esopo es una fábula universal. El movimiento queda demostrado al ganar la carrera la Tortuga. El genial Esopo ya explicaba a los niños que es el HECHO el que define necesariamente la realidad y no lo contrario: De nada sirve correr si no se parte a tiempo. La Tortuga llegó a La Moncloa el 1 de junio de 2018. ¿Cómo habría sido posible tal HECHO si no existiera el movimiento?

Tras ganar Mariano Rajoy las elecciones del 26 de junio de 2016 y conseguir 137 diputados, debí ser de los pocos analistas – ¡a las pruebas me remito! – que entendió la estrategia del No es No, la celada artera de Albert Rivera, el planteamiento del PNV y el movimiento que preparaba la Sota de Bastos (Felipe González). Abogaba por ir a unas terceras elecciones, con Alberto Feijoo como candidato. Escribía entonces: “Carece de cualquier sentido que el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy se someta a los caprichos políticos de Cs, al sabotaje de su acción de gobierno y al linchamiento personal constante desde los medios controlados por Podemos y los secesionistas catalanes. Sería un grave error histórico para el PP tener que hacer frente a una Insurrección en Barcelona con solo 137 diputados y con la retaguardia al descubierto”.

He escrito un libro (La estafa del Euro explicada a un niño de 6 años. De la reunificación alemana a la secesión de Cataluña) como testimonio de los hechos que han ocurrido y como boceto de la Insurrección que iba a llevar a Pedro Sánchez a okupar La Moncloa. Es un método sencillo, que alguna vez he comparado con la tarea de hacer un puzzle. Para contar 30 años de Historia o mostrar la existencia de una Conspiración , hay que ir encajando miles de pequeñas piezas con la ayuda de una pequeña estructura o cuadrícula que nos sirva de guía. Lo explicaba el estructuralista Claude Levi Strauss hace muchos años: si somos capaces de reconocer en una caricatura grotesca a un personaje público es porque existen miles de estructuras invisibles que nos ayudan a “ver”.

La Defensa de los Golpistas y el Lobby nacionalista juegan a enredar, convencidos de que los Jueces del Tribunal Supremo y los pocos intelectuales independientes de la Opinión Pública no serán capaces de armar el puzzle y mostrar una imagen de la Insurrección desde que se inicia en febrero de 2011. La dificultad mayor a la que se enfrenta la tarea de demostrar la existencia de la Conspiración es que no hay solución de continuidad entre el Plan Ibarretxe y el Plan Mas en octubre de 2002 y los primeros pasos de la rebelión cuando Zapatero y los nacionalistas ya asumen que van a ser desalojados del poder. Es lógico. Es el Modelo de Insurrección y de Inteligencia que teorizó Gene Sharp a partir del estudio de la exitosa y pacífica Revolución de los Claveles en Portugal. En inglés, se titulaba: “Cómo dar un golpe de estado y extender el democrático imperio americano” y en español: “Cómo hacer una tortilla sin cascar los huevos”.

El hecho que determina la realidad es la organización por parte de la Generalitat de Cataluña de la Consulta del 9 de noviembre de 2014, en vísperas de las elecciones municipales, autonómicas y generales. No es una pieza aparte. El propósito de la Rebelión era doble: desobedecer a la Autoridad del Gobierno y de los Tribunales y hacer gala de la impunidad. El objetivo, debilitar a Mariano Rajoy y dejar tocado y dividido al PP de cara a las elecciones. Es exactamente la misma pauta que ponen en marcha en agosto de 2016, cuando premeditan y anuncian un nuevo pulso y desafío al Estado para el 1 de octubre de 2017.

Los que critican a Mariano Rajoy por la respuesta al pulso soberanista del 9 de noviembre de 2014 pierden de vista que el principal objetivo de los insurrectos catalanes no era celebrar una ridícula consulta sino derribar al legítimo gobierno y colocar a un títere en La Moncloa. No entienden que la colaboración activa de Alemania con los conspiradores, tal y como explicamos en su día y se acaba de revelar en el Juicio, dejaba poco margen de maniobra al Presidente del Gobierno. Prefieren no tener que asumir que países soberanos como España, Italia y Grecia son víctimas desde 2008 de una incalificable agresión política, económica y financiera. Siempre es mucho más cómodo mirar para otro lado.

Los magistrados de la Sala de los Penal del Tribunal Supremo son los auténticos héroes de esta Tragedia Griega que es la Historia de España desde los Atentados de Atocha. Los Golpistas a los que juzgan, y a los que tienen el deber de condenar por rebelión, van a ser indultados por sus cómplices a partir del 29 de abril y blanqueados por una parte de la sociedad española, adicta al odio y a la violencia.

El método que expongo en el libro equivale a “predecir” donde va a llegar la Tortuga, en función de su punto de partida, dirección y velocidad. Es el boceto estructuralista (en el sentido que le daba Levi Strauss) que ayuda a colocar las piezas y armar el puzzle a la vista de todos. ¿Qué mejor forma de mostrar el movimiento que indicar dónde, cómo y cuándo iba a llegar la Tortuga a La Moncloa? Iban a montar una Moción de Censura con cualquier pretexto ( Cifuentes) en cuanto aprobaran los Presupuestos Generales del Estado y les faltaría tiempo al PNV y a Albert Rivera de CS para apuñalar a Rajoy.

Confieso que mi único temor, cuando estaba terminando de escribir este libro hace ahora justo un año, era que se los acontecimientos políticos se pudieran precipitar y no saliera de imprenta a tiempo antes de que llegara la Tortuga a La Moncloa. Estuvo a punto de ocurrir, pero acerté y tuve la fortuna de intuir cuál sería reacción de Mariano Rajoy en el Pleno de la Moción de Censura. Una salida de escena extraordinaria, que muchos siguen sin entender.

© Belge