Con cuarenta grados a la sombra y bozal. No es una ocurrencia más del Partido Nacional Socialista Obrero Español que okupa las tierras de Castilla. El Sajón ha sido hábil. Ha encomendado a la Policía Nacional y la Guardia Civil la tarea de vigilar que todos los hombres de más de 6 años lleven puesta la máscara cuando salen a la calle. Las mujeres, por deferencia, pueden elegir entre la mascarilla tuneada y el burka integral sin rejilla. El Sajón pretende que todas las Fuerzas de Orden público estén entretenidas.Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tenían un doble propósito al sacar el Ejército a la calle. No sólo se trataba de que la UME levantara hospitales de campañas y ayudara a desinfectar las ciudades, sino de comprometer al Estado Mayor en el Estado de Alarma. Entretener e involucrar progresivamente a todas las Fuerzas de Orden Público en el mantenimiento de un Estado de Excepción que nada justifica. Al alejarlas del Pueblo Soberano, con multas ridículas, alejan también la tentación de ponerse de su parte en defensa de la Constitución Española. Si a diario obedecen las órdenes ilegales del Sajón es más difícil que salgan con el Pueblo a reclamar la plena restauración de los derechos constitucionales.La necesidad de llevar bozal es tan ridícula que se cae por su peso. Desde octubre hasta mayo, los marxistas no han considerado útil llevar mascarilla. Es más han saboteado, una y otra vez, la compra de material y animado a la población a que saliera a contagiarse en manifestaciones de masa. Estos mercenarios políticos a sueldo de los Puritanos, que impiden a las familias viajar juntas en un mismo coche y prohíben desinfectar los hospitales, son los mismos que obligan a la gente a ir a trabajar en metro y en autobús. Han cerrado los bares, donde nadie se contagia, pero propician que una legión de repartidores pueda contagiar el virus a domicilio. No hay por donde cogerlo.En los próximos días, tendremos oportunidad de comprobar si policías y guardias civiles se ponen de parte del Pueblo Soberano, mirando para otro lado, o si obedecen a los bilduetarras que les mataban en el País Vasco y a los golpistas que les insultaban en Cataluña. Es la prueba del algodón.© Belge