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Periodista especializado en Economía

La crisis de Grecia (1)


Caballo de Troya monetarista. Griega ha anunciado que piensa restringir a 1500 euros la cantidad máxima de efectivo permitido por persona a partir del 1 de enero de 2011. Es el precio a pagar (a Alemania) por la ayuda prometida. Michel Foucault, autor del ensayo: “Vigilar y castigar”, habría disfrutado mucho con los avatares económicos actuales de la Unión Europea. Alemania impone sus condiciones. Por un lado, pretende auditar las cuentas públicas de Grecia, y por el otro lado, exige controlar de manera absoluta el tráfico interno diario del dinero. ¡Que no escape ni un euro a la mirada del acreedor! A cambio, el primer ministro griego ha exigido a la UE conocer en detalle el Plan de Rescate y las ayudas que van a recibir.

La cuerda está tensa. Tal y como comentamos de modo desenfadado e irónico la pasada semana, Francia y Alemania pretenden evitar a toda costa sentar un precedente en Europa. Alimentar a la criatura extraconyugal sí, pero sin hipotecar el buen nombre de la familia. Quieren ayudar a Grecia, básicamente porque es el dinero de sus bancos y acreedores el que está en juego en el país heleno, pero evitar quedar comprometidos en futuros rescates necesarios pero desinteresados.

El futuro económico y monetario de Europa avanza a trompicones. Se ha abierto el interesante debate de los límites razonables de la soberanía fiscal de (algunos) estados miembros, y en realidad se busca cercenar la autonomía fiscal del individuo en esos mismos países, con el pretexto de su indisciplina tributaria. La Europa de las Dos Velocidades es una cortina de humo para ocultar el doble rasero que podrá aplicarse a hombres libres y a ciudadanos incapacitados. Lo mismo que ha venido a señalar el inevitable Paul Krugman en unas recientes declaraciones: opina que la crisis actual del Euro no se debe a los crecientes déficits fiscales de algunos países, sino a la arrogancia de las elites políticas que aceleraron la adopción del euro antes de que muchos países estuvieran preparados

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El último euro que lo gane otro


Tal y como sospechábamos el pasado viernes, los gestores se han colocado en el rango  la posición de mayor ventaja.  La forma de ganar dinero en esos casos es anticiparse,  dejar preparada la emboscada, cobrar la pieza y salir por patas.  Para quienes entraron en Rep o en Tef en la zona de los 9 euros, o por debajo, la decisión ahora es arriesgar a ganar más, en caso de falsa señal alcista y tirón, o recoger beneficios, una vez alcanzado el objetivo de un modo parcial.

La conocida regla es válida en estos casos: “Que el último euro lo gane otro inversor” más arriesgado, más listo, etc…Ningún beneficio, por pequeño que sea, perjudica. Lo importante en estos casos es SIEMPRE la disciplina. Si nos hemos marcado un objetivo, y se cumple, no improvisemos sobre la marcha por la codicia de querer ganar más y más y más…. (12h10)

 

30 años del Tratado de Adhesión a la CEE


De como nos la dieron con queso

Siendo español, un político debería fijarse siempre en lo que hace Gran Bretaña. Y porque lo hace. En la escena diplomática actual, se puede observar con absoluta nitidez como el “Premier” David Cameron está negociando mayores cuotas de poder comunitario y nuevos privilegios financieros para el sistema bancario británico y un trato de excepción para la City londinense. La probabilidad de éxito supera el 100%.

Caso inverso es el de España. Se cumplen 30 años de la firma del Tratado de Adhesión a la CEE y la ciudadanía debería preguntarse si tiene motivos para celebraciones o lamentos. El ansia de la sociedad española por “entrar” en Europa nos hizo confundir ensoñaciones y realidad. Como escribió Groucho Marx, nunca debimos entrar en un club que nos aceptaba como socios.  Se negociaron mal las compensaciones, con mucha precipitación, y 30 años después los balances económicos, comerciales y financieros son francamente negativos. Aunque mientan las hemerotecas, la memoria viva de millones de testigos permite recordar con precisión cómo era España y cómo era Europa el 10 de junio de 1985.

La suma de las ayudas directas recibidas por la clase política y empresarial entre 1985 y 2008, que no llega a los 20 billones de euros, ni siquiera compensa el desastroso coste indirecto para España de participar del “rescate” de Grecia. La masiva salida de capitales y la subida especulativa de la Prima de Riesgo acabaron por dar la puntilla en mayo del 2010 a una economía española que ya se tambaleaba. Cuando el Psoe de Felipe González llegó a la Moncloa, y empezó a negociar el Tratado de la CEE, la renta media de la clase media española rondaba el 70% de los ciudadanos de la República Federal de Alemania. Hoy, una amplia y mayoritaria fracción de esa clase media no supera el 45% de la renta de esos mismos alemanes.

Fue en 1993 cuando Alemania se quedó con el guisante en la mano, pero hasta 2011 España no se dio cuenta que le habían birlado la cartera. El análisis retroactivo de cómo el Reino Unido bloqueó en defensa propia las negociaciones del Tratado de Maastricht, o como la humilde Dinamarca se apeó del tren en marcha en último suspiro debería enseñarse en las facultades de Ciencias Políticas y Económicas. Una mezcla de ingenuidad y codicia nos empujó sin precaución hacia la mesa en que se repartían fabulosas ganancias.

Belge.  Análisis escrito y publicado el 10 de Junio de 2015

La suspensión del Espacio Schengen


Libre Circulación de las Personas. Cuentan que Belcebú desviaba a las almas cándidas, que se acercaban al oasis angelical de San Pedro, enseñándoles un espacio de juerga y desenfreno carnal. Al descubrir la realidad y quejarse, el encargado de avivar las llamas del infierno les explicaba: “El jefe os ha enseñado el piso piloto”. Algunos indicios y rumores parecen anticipar el final del Espacio Schengen en la Unión Europea. Se clausuraría así el Piso Piloto inaugurado con la firma del Tratado de Maastricht en 1993.

La alarma humanitaria instrumentada por el gobierno de Alexis Tsipras en la frontera de Macedonia, al facilitar la llegada de miles de refugiados sirios, suena a maniobra política de alcance tras las escaramuzas migratorias entre Francia y Reino Unido en el Pas de Calais. Las declaraciones del Primer Ministro Italiano, Matteo Renzi, sobre el “egoísmo” de los países del Norte en materia de inmigración apuntan a que Alemania se propone “contentar” a Londres de cara al próximo Referendum.  Es un secreto a voces que el gobierno de David Camerón exige la suspensión del Espacio Schengen a cambio de apoyar la permanencia británica en la UE.

La crisis de los refugiados provocada por la desestabilización militar del Norte de África y Oriente Próximo solo tiene un reflejo estadístico real en países como España, Italia y Grecia. Debido a la letra pequeña de los Tratados de Dublín llevan casi dos décadas soportando todo el peso de la inmigración en Europa. La estricta realidad demográfica de Alemania y sus aliados políticos desmiente la percepción social generalizada  de aquellas sociedades. El censo de población de aquellas regiones no ha crecido en los últimos 40 años, ni en una mínima proporción de lo ocurrido en Francia, Portugal, Italia, Malta y Grecia. Los reproches del gobierno de Camerón a los países el Mediterráneo rayan la mala fe por cuanto el grueso del contingente migratorio en suelo británico proviene de sus ex colonias de la Commonwealth.

La población residente de Francia y del resto de países mediterráneos ha pasado de 150 a 200 millones de personas desde los años 70. El censo del Reino Unido se ha incrementado en 8 millones de ciudadanos en el mismo periodo de tiempo. En el caso de Alemania, Austria, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Finlandia, el perímetro demográfico de su sociedad ha pasado de 128 millones hasta los 138 millones de habitantes actuales. Los números cantan, al margen de la retórica política, el cinismo social y las maniobras tácticas. La población del Sur  ha crecido un 35%, la del Norte, un 8%.

Belge. Artículo escrito y publicado en Julio de 2015