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El Caso Ramón Espinar


El pelotazo inmobiliario de Ramón Espinar, el radical del 15-M devenido Senador, encierra muchas lecciones valiosas y edificantes. Y una vez más, comprobamos que en España nada ocurre por azar.  La estrategia de la Prensa de ir llenando los armarios con los dossiers que investigan y redactan becarios mal pagados sigue tan viva hoy como hace 25 años.  Huelga decir que un dossier cobra todo su valor si se saca del cajón en el momento adecuado.

Felipe González y Juan Luis Cebrián, humillados y coaccionados en la Autónoma por la Kale Borroka antisistema, han sacado la artillería pesada contra Podemos. El sueño de Zapatero de unir en un solo movimiento a la izquierda comunista y al Partido Socialista hace agua por todas partes. Es decir: toda la información retenida desde 2011 va a empezar a filtrarse a distintos medios un día sí y otro también.

La filtración sobre el pelotazo inmobiliario del nene busca como objetivo el que fuera Consejero de la Comunidad de Madrid y utilizador habitual de la Tarjeta Black: el padre de la criatura. Ramón Espinar Gallego fue uno de los fontaneros del Zapaterismo que pusieron en marcha toda la maquinaria del 15-M.  El objetivo inicial era lanzar y entronizar a Doña Carmen Chacón como Secretaria General del PSOE.

Ramón Espinar, hijo, no tenía capacidad mental ni tiempo para dar el pelotazo inmobiliario que la SER ha hecho publico. Para ello, hay que estar pendiente del mercado, buscar buenos precios, tener suerte y puntería. El mercado es eficiente y no se puede improvisar.  Al contrario de lo que “venden” muchos demagogos, buscar un piso es algo que requiere bastante trabajo .

El desglose de la operación inmobiliaria que se ha conocido estos días es fantástico en todos sus capítulos. En 2010, ya no se vendía ni una bolsa de pipas en el mercado inmobiliario español, y mucho menos con un margen del 30%. Ahí es nada. En tan sólo 9 meses, el joven e inexperto especulador consigue encontrar una joven pareja dispuesta a cancelar la hipoteca de 92.000 euros con el BBVA y entregarle oficialmente 84.816 euros.  32.816 euros de beneficio neto, sin contar descuentos fiscales.

Para intentar justificar el “pelotazo”, nos explican que el beneficio se debió al incremento  del 31% del módulo de las VPP de la Comunidad de Madrid.  Pero ¿Cómo iba el joven Ramón a conocer ese aspecto técnico fundamental en el momento de comprar el piso de Alcobendas?  En el supuesto que tuviera dichos conocimientos teóricos y prácticos, de poco o nada le habrían servido sin la benevolencia hipotecaria del BBVA. El clima en 2010 no era precisamente el de 2005 o 2006.

La persona que conocía el futuro incremento del modulo de las viviendas protegidas, debía tener, además, la capacidad económica y política para poder sacar adelante el jugoso arbitraje financiero en un tiempo récord. Para completar el análisis, sería interesante conocer que entidad de crédito prestó a la joven pareja compradora y en qué condiciones.  No es una cuestión menor.  La fecha en la que pagó cerca de 180.000 euros por el piso de Ramón Espinar, es tal vez el momento más crítico del sistema financiero español.  Pedir (y conceder) un crédito de 180.000 euros el 15 de abril de 2011 es un acto de fe que raya la inconsciencia. En esos momentos, muchos bancos y cajas priorizaban, con grandes descuentos, la enajenación de sus propios activos inmobiliarios.

Los 32.816 euros que ha “ganado” el hijo de Ramón Espinar son el aspecto menor de la cuestión y es lógico que Podemos intente desviar el foco del debate hacia el aspecto moral.  En 2011 se vivieron momentos críticos, tanto en el sector inmobiliario como en el sistema financiero.  Se pueden contar con los dedos de una mano las hipotecas que se hayan concedido a solteros de menos de 25 años, y con los dedos de la otra, las operaciones que se hayan saldado con un beneficio del 20% en 2011.

La Prensa española no debería picar el anzuelo de PODEMOS. La figura del Ramón Espinar Gallego es mucho más interesante. A priori, sería lógico que cualquier padre quisiera comprarle un “pisito” VPO o VPP a sus hijos, aunque resultara poco “ético”; tan sencillo como pasar por encima del legítimo derecho de familias mucho más humildes.  Pero es si progenitor fuere empresario o político destacado, lo de “poco ético” se quedaría corto. Cualquier irregularidad o infracción cometida en el proceso de pisotear el derecho de las familias con menos recursos se tornaría social y jurídicamente reprobable. Y no digamos ya, si se tratase de un político como Zapatero, culpable de arruinar la Economía española y llevar los sectores constructores y financieros a la quiebra.

P.D  El negocio de las VPO y VPP en la Comunidad de Madrid

La financiación de la Promotora

(c) Belge

 

 

ÉRASE UNA VEZ


Erase una vez un joven inquieto, con grandes ideas, preocupado por solucionar los problemas de todo el mundo mundial. Ese jovencito abrazó la causa sin dudarlo. La causa marxista, claro, la única posible y defendible. Tendría por entonces unos dieciséis años.

Quienes lo convencieron para abrazar la causa eran ya adultos, algunos incluso peinaban canas. Se trataba de gente ilustrada y culta, muy leída. Muchos de ellos conocían profundamente la obra de Marx, Lenin, Kropotkin, Bakunin, Mao, Sartre, Wittgenstein, etc…  Algunos incluso habían estudiado en universidades extranjeras de prestigio, como La Sorbona. Muchos de ellos presumían de sus actividades clandestinas durante el franquismo, pero en realidad eran millonarios, o hijos de millonarios. No obstante los jovencitos los tenían en un pedestal como representantes de la única ideología que consideraban humana y verdadera. El marxismo.

El jovencito se creyó tan importante, moderno y formado políticamente como quienes lo reclutaron, y decidió que en lugar de proseguir sus estudios y en su tiempo libre apoyar en lo que pudiera, la causa iba a ser su principal ocupación. Los ilustrados que lo reclutaron lo convencieron para controlar con mano férrea la disciplina estudiantil. Primero en el instituto, y posteriormente en la universidad. En realidad no les interesaba que pudiera formarse, tan sólo que estuviera ahí, controlando la buena marcha de la causa.

Con el paso de los años la mayoría de estos jovencitos se encontraron con que en lugar de una titulación académica sólo podían poner en su currículum que “tenían estudios” de derecho, o de ingeniería, o de economía,… En esos casos la cúpula de su partido les buscó ocupación de concejal, consejero autonómico, o incluso diputado en el congreso.

Algunos de estos jovencitos eran realmente inteligentes y capaces, y por esa razón fueron capaces de sacar adelante sus estudios a la vez que controlaban el ambiente estudiantil.

Algunos años después los que fueron capaces de finalizar sus estudios fueron convenientemente enchufados por los ilustrados que los habían reclutado, y así, poco a poco, fueron copando el poder absoluto en los campus de las universidades españolas. Desde una tribuna gratis (el atril del profesor) se han dedicado los últimos cuarenta años a extender la buena nueva marxista entre la juventud española.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Desgraciadamente no se trata de un cuento de hadas, ni de un cuento de terror. Esta es la cruda realidad de la universidad que tenemos en España.

A alguno de esos jovencitos lo he sufrido yo como piquete en el instituto. Ahora se ha ganado ya una pensión vitalicia como ex-presidente del congreso de los diputados.

Saludos

Elogio de la corrupción


La ética protestante del trabajo está enterrada en Sachsenhaussen. Es un campo de patatas al Norte de Berlín, al término de una larga avenida que se recorre en 40 minutos. El detalle tiene una extraña importancia porque fue lo que más impresionó al escritor disidente Vasili Grossman. Como uno más de los soldados soviéticos que se dirigían, con su pesada mochila de penurias, a abrir las puertas del campo de concentración, quedó impresionado por aquellos cuidados jardines llenos de flores que flanqueaban las amplias casas unifamiliares.  No se podían creer que los alemanes que gozaban de esa privilegiada vida hubieran provocado el caos en Europa y cometido tantos crímenes.

Al empujar la verja de hierro forjado, Vasili pude leer el famoso lema “Arbeit macht frei” que adornaba la entrada de los 42.500 campos de concentración del Este del continente europeo.  Un sarcasmo por partida doble.  Sachsenhaussen fue, por así decirlo, la escuela taller de los nazis, de las SS y de la Gestapo.  El edificio central, desde el que se dominaba todo el campo, era un Casino donde los oficiales descansaban y conversaban ocasionalmente sobre los postulados de Kant, Hegel y Schopenhaeur.  Es posible incluso que los más cultos ya hubieran leído o conocieran las tesis del sociólogo Max Weber.  En realidad, está documentado que ahí planificaron la falsificación a escala mundial de la Libra Esterlina y del Dólar americano.

Pedro Cuartango, nombrado director de El Periódico El Mundo en un momento muy difícil para la Prensa, es un humanista a la antigua, impregnado  de cultura francesa. El otro día, Francisco Correa le inspiraba una comparación con Max Weber  cuando en realidad debió citar a Jean Genet.  La lógica que expuso ante los jueces que le interpelaban no tiene falla.  Mal que les pese a muchos, la ética de la corrupción es el poderoso motor del capitalismo renano (devenido americano a partir de 1945).  Sorprende que personajes tan denostados como Francisco Correa consigan plantarse con aplomo y orgullo profesional ante los jueces y señalar con el dedo la cínica y verdadera corrupción de los puritanos.  Es Salomon Sorowitsch jugándose su parte del botín en el Casino de Montecarlo.

El problema de la Prensa española, con el que tiene que lidiar Cuartango, es que los nuevos puritanos de menos de 40 años  no leen y no están dispuestos a pagar dinero por la Cultura. Tal vez, habría tenido que comparar a Correa con Eufemiano Fuentes, para los únicos lectores que siguen dispuestos a pagar más de 1 euro por un periódico.  Al igual que Francisco Correa, Fuentes fue linchado en plaza pública por los sicarios  del zapaterismo pero se plantó ante la Justicia con la sencilla y cruda lógica del dopaje. El juicio se acabó de forma abrupta cuando se ofreció a explicar los pormenores del dopaje en el fútbol español, tan orgulloso de su Liga y de su título mundialista.  Los puritanos de la prensa y de la política, que habían estado siete años masacrando el honor y credibilidad de ciclistas y atletas, dieron carpetazo al asunto. Sin más.  No se habló de la filosofía del Plan ADO y el doctor Eufemiano Fuentes fue finalmente  absuelto del delito contra la salud pública .

Francisco Correa explica lo mismo que Fuentes:  la Prensa y el público exigen a los deportistas que consigan medallas y títulos a cualquier precio.  El fair play no es un eximente si fracasan. Lo importante no es organizar los Juegos faraónicos del Capitalismo y participar del espíritu olímpico. Ni hablar. Cada medalla, conseguida al precio que sea, sirve para ocultar y justificar los millones de euros (antes pesetas) malversados.  El cargo público y el directivo privado que enchufan a sus mujeres, amantes, parientes y amigos en detrimento de otros trabajadores con mayor mérito son luego los mismos puritanos que se escandalizan por la corrupción. Los jueces y fiscales del puritanismo que sientan en el banquillo a una princesa codiciosa e imprudente son los mismos que le piden una foto dedicada a la estrella de fútbol que ha defraudado decenas de millones de euros.

El problema de la ética es que nunca ha existido.  En política, el puritanismo ético es la coartada de los totalitarios. Nadie es tan coherente como para no justificar miles de excepciones y tropiezos cada día.  Y que done el primer euro a Caritas el español – en paro o no – que por un sueldo legal de 10.000 euros al mes no estaría dispuesto a trabajar de recepcionista o crupier en el próximo Casino de Sachsenhaussen que inauguren.

(c) Belge. 18/10/2016