SanchezCasado

De la Nueva Normalidad al Nuevo Populismo

Nunca segundas partes fueron buenas, pero si la primera fue un bodrio, la segunda es el producto de la digestión de una generación flatulenta y pedorra que encara su prejubilación de oro abrazando el populismo almodovariano. Sueña que posa para la Historia con ademán de libertador bolivariano pero solo es mariconismo rancio.

El Psoe de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya está barajando fechas para las próximas elecciones. Ahora que el PP se ha puesto de perfil, con intención de heredar el timón de la embarcación sin necesidad de efectuar un disparo, la estrategia del gobierno pasa por comprar los votos que necesita como ya hizo Zapatero en 2008. A las ayudas al alquiler para los jóvenes de menos de 35 años, seguirá el cheque bebé y alguna rebaja fiscal de cartón piedra. No es muy original pero funciona.

De 18 a 35 años, el votante que no vota ha sido acunado con reggaeton machista o ha llegado en patera acompañado con otros 100 seguidores del Barça y simpatizantes del PSOE. Trabaja para Amazon, es antisistema por sistema, y corre el riesgo de verse atraído por el Reverso Oscuro de la Fuerza. Es poco dinero el que hay que invertir si se compara con el enorme pufo que nos ha endosado Alemania en el siglo XXI.

En la España del Euro, la sociedad nativa ha ganado 12 billones de euros y ha tributado 7. Casi el 60%. La Administración controlada por el PSOE ha costado 10 billones de euros. Las cuentas de la colonización son fáciles de hacer. El partido que más se parece a Alemania acumula en los cajones un agujero contable de 3 billones de euros y un estado de deflación imposible de remontar. Al español contemporáneo le han dejado 400 euros al mes. Para comer y tomarse unas cañas.

El episodio de hiperinflación que se avecina tras la “pandemia” de puritanismo era harto predecible. Desde que decidieron sabotear el sector de la construcción residencial e imprimir falsa moneda, todo el crecimiento y consumo han sido postizos y todas las comisiones pagadas a crédito. Lo más lógico es que buscaran pretextos y excusas de mal pagador para romper la baraja y endosarle los daños a los más débiles. Marxismo es engañar a la mitad de los pobres para que acabe con la otra mitad.
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