La Cuestión Real


Hago un alto en la promoción de La Sociedad Rota, el nuevo libro que edita INLUCRO. La premeditada Cuestión Real ha irrumpido en el debate antes de lo previsto. Una vez más, la inesperada realidad llega como consecuencia de las urgencias de unos y de la torpe imprevisión de otros. La izquierda batasunizada que lidera Pablo Iglesias llevaba 7 años intentándolo sin el menor éxito. Ni siquiera cuando lograron enchironar a Urdangarín. No lograron mover su agenda política ni con la ayuda de esas poderosas plataformas de comunicación en red que un día se quitaron la máscara para censurar a Donald Trump.

El indulto a los golpistas que el Tribunal Supremo condenó por Delito de Sedación, latente en la sentencia, no estaba en la agenda. El Lobby catalán alcanzó con Bankia todos sus objetivos, y la suerte de unos pocos títeres sin fuste a nadie le importaba. Pero decidieron forzar la Grosse Koalition y escenificar la salida de Pablo Iglesias del gobierno, y la cosa se fue liando sola. Pedro Sánchez ha quedado en manos de ERC y de Podemos.

La Izquierda Batasunizada necesita armar un Frente Constituyente para poder impulsar su Hoja de Ruta. Con la Constitución actual, y el Rey como capitán general de los tres ejércitos, la Reforma Federal que les ha encargado Alemania no es posible. Los nacionalistas pueden patalear en el Congreso y en los platós de televisión, saquear el Sistema Financiero y los Presupuestos del Estado, quemar coches y autobuses en las calles, pero no pueden ir más allá de sus propias limitaciones.

El Rey Balduino fue un monarca ejemplar que reinó en Bélgica durante más de 40 años. Pasará a la Historia por negarse a sancionar la ampliación de la Ley del Aboro en 1990 e idear un estratagema jurídico para salvaguardar su cláusula de conciencia como católico practicante. El símil con la situación en la que han colocado a Felipe VI se acaba ahí. En Bélgica, nadie votó en contra de su “incapacidad temporal” para ejercer el cargo y la Regencia transitoria. Puestos a buscar precedentes, hay que remontarse a 1923, cuando socialistas y nacionalistas catalanes lograron comprometer a Alfonso XIII e hipotecar su reinado. Ni siquiera la postrera victoria electoral de los partidos monárquicos en 1931 logró evitar que tuviera que salir por patas.

El Rey de España no debe gastarse la pólvora en salvas de honor solo porque la Oposición política lleve 3 años sesteando. No es su cometido constitucional. Flaco favor nos haría a todos. La incontinencia verbal de Isabel Ayuso en el mitin del pasado domingo le ha regalado una inesperada baza a Pablo Iglesias. Lo que no logró agitando las RRSS, lo ha conseguido con una retirada táctica. El PP ni siquiera ha visto venir la celada. El marrón político de Pedro Sánchez ha devenido el dilema moral de Pablo Casado: o apoya a los marxistas luteranos del PSOE o compromete al Rey.

Lo que resulta casi cómico es que, al pasarse de frenada, Isabel Ayuso no sólo ha comprometido al Rey, sino que ha desactivado la estrategia de VOX. Al hacer de polis malos a coro, el papel de polis buenos se lo rifan la patronal, la iglesia, los sindicatos y cualquier seudo representante de la sociedad civil que quiera hacer méritos para trincar jugosas subvenciones. ¿Se puede ser más torpe? Si, pero hay que entrenar mucho y doparse.

El futuro más próximo ya está escrito. El tercer libro de la Trilogía sobre la Estafa del Euro que cambió la Historia de España va a resultar igual de profético que los dos primeros. Tanto si el PP apoya la Grosse Koalition que impone Berlín como si el gobierno se desmarca por las bandas con BILDU y ERC, al PSOE de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez le han entregado la llave de la Constitución y el manual de instrucciones para armar el Frente Constituyente de la República de Ikea. El guión está escrito: pasta gansa para Cataluña a cambio de demorar un tiempo la inevitable catástrofe política y económica. No es precisamente que se vayan a conformar con salir libres a la calle.

La normativa habilitante para dictar medidas sanitarias que limitan los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, que ahora lamenta el Tribunal Sedador, tiene un inquietante precedente en Europa. Pocos recuerdan que, en su origen, la imposición del badget amarillo a todos los judìos de más de 6 años tuvo una justificación administrativa de tipo sanitario: votantes, simpatizantes y aliados del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán les acusaban de transmitir toda clase de virus y enfermedades contagiosas.

(Continuará)

© Belge

HÁGASE LA LUZ


Recuerdo cómo era la cocina del primer piso de mis padres, que compraron cuando yo tenía cuatro años. Hasta entonces vivieron de recién casados un par de años de patrona, es decir, habitación con derecho a cocina y baño, y luego otros dos o tres años de alquiler en infrapisos indignos de que un ser humano viviese en ellos. Con dos hijos a cuestas.

Aquel primer piso en propiedad tenía “cocina económica”, es decir, una chapa que quemaba carbón o leña. Al vivir en ciudad quemábamos carbón y no leña. Los obreros de Altos Hornos de Vizcaya jugaban con ventaja, porque parte del carbón que quemaban en casa era lo que si no recuerdo mal llamaban “escarabilla”, polvo y fragmentos pequeños del carbón que se utilizaba en la fundición de acero. Les dejaban llevarse gratis a casa una cierta cantidad cada mes, en cubos. Con el paso de los años sustituyeron aquella costumbre por una paga extra anual que siguieron cobrando hasta que se cerró la empresa. Ese derecho a llevarse unos cubos de carbón a casa y luego el derecho a cobrar la paga lo disfrutaban incluso las viudas de los obreros de Altos Hornos, hasta que se cerró la empresa.

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¿Cuántos vacunados han fallecido en España desde el 28 de diciembre?


Ingenua y desconfiada. La Generación Botellón es adicta al garrafón y, como pauta general, se traga todo lo que escucha por la tele. Ni siquiera se salvan los que juegan a ser Disidencia Controlada y acaban siendo siempre más papistas que el Papa. No pasa un día sin que algún joven Millenial me pregunte en Twitter y otras RRSS por las fuentes de los análisis que publico “a bâtón rompu”. Buscan el atajo más rápido, pero dejan camino por coger vereda.

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La Sociedad Rota: la trilogía del siglo XXI


“El Siglo XXI nació el 19 de agosto de 1991. Recuerdo ese día por dos razones. Unos amigos estaban atrapados en Moscú y, del otro lado del cristal de la Redacción que daba a la calle, un hombre lloraba de un lado para otro completamente desconsolado. No he vuelto a ver a nadie llorar así”. Si La Sociedad Rota fuera una novela, sin duda empezaría de esa manera.

El protagonismo del que ha gozado España en lo que va de siglo ha sido eclipsado por la actualidad de los últimos meses. El tablero se ha movido con rapidez y su Destino se ha vuelto igual de intrascendente que el de Mozambique o Angola en África. Por lo demás, el parecido de 2021 con 1991 es asombroso. En 1991, Alemania destrozaba el Status Quo surgido de la II GM y ahora ha aprovechado la emergencia sanitaria para asentar su imperio en todo el continente. 30 años es el tiempo que ha tardado en expulsar a los británicos de la Unión Europea y mover sus hordas hasta el Mediterráneo.

Es difícil saber si son los EEUU los que mueven los hilos en Europa, o si es Alemania las que mueve los hilos en América. La antipatía mutua que se profesaban Ángela Merkel y Donald Trump, finalmente funesta para este último, va más allá de lo anecdótico. Nos revela que en el corazón de la Administración Americana, el Deep State habla alemán en la intimidad. El poder institucional es siempre más luterano que calvinista.

Con la dimisión y retirada estratégica de Pablo Iglesias, la Grosse Koalition allana el camino para la colonización ideológica y religiosa del Mediterráneo. No es ninguna casualidad que la Iglesia seudo católica de Alemania pretenda provocar un nuevo cisma en Roma, ni siquiera nos debe coger por sorpresa. Los primeros disparos de esta nueva guerra de religión se escucharon hace casi 20 años. La pinza estratégica entre puritanos y musulmanes radicales puede haber confundido a muchos analistas, pero también puso en alerta a unos pocos, incluso antes de que les delatara el inconfundible acento de Oxford.

La Sociedad Rota es el tercer tomo de la Trilogía. Se podría haber titulado Impunidad de Masas, como lo había ideado al finalizar Inmunidad de Rebaño, porque remata la primicia sobre los orígenes de la epidemia de SARS COV 2. Pero cuando pase un tiempo, y se asiente la polvareda levantada por el movimiento de tropas, comprobaremos que la emergencia sanitaria fue una simple maniobra de distracción. La campaña de vacunación masiva, que ha incrementado un 36% la mortalidad en España, no es una simple circunstancia: ha sido una herramienta de control social. El burka que hombres y mujeres llevan con el mismo orgullo no era una prenda del pasado. En esencia, el miedo inducido en la población ha servido para destruir el Espacio Público y amordazar a los disidentes.

© Belge
Periodista. Autor de La Estafa del Euro explicada a un niño de 6 años (2018), Inmunidad de Rebaño (2020) y La Sociedad Rota (2021).

Sociedad

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.