Ellos y nosotros


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La lectura del Antiguo y del Nuevo Testamento se impone, por aquello de las fechas señaladas. No se entiende el Jueves de Pasión, y el revolucionario mensaje de Jesús de Nazaret, si no se conoce la etimología y genealogía de algunos mitos.  No se puede entender el concepto de solidaridad, tal y como emana del cristianismo, sin dedicarle un tiempo a analizar algunos mitos de la Antigüedad. Para los pueblos nómadas que vivían del pastoreo a lo largo y ancho del Tigris y del Éufrates,  el Paraíso era un Oasis en medio del desierto. Son numerosas y constantes las referencias bíblicas a los primeros conatos de civilización mesopotámica. Su Dios, implacable en el vértice de una estructura  social rígida y jerárquica, es el que excomulga y expulsa a los disidentes y les condena a vagar por el desierto (infierno).

Miles de historiadores, teólogos y politólogos – además del sobrevalorado Niestche – han estudiado el impacto que supuso el cristianismo para Occidente. Pocos sin embargo se han interesado en conocer como debió influir la cultura romana en otras civilizaciones. Conocemos por la aventura militar de Aníbal la enorme fascinación y admiración que despertaba Roma. Para el joven Jesús, las maneras fraternales de toda la tropa romana desplazada a Palestina debió ser una especie de revelación, frente a la ortodoxia judía, el ejemplo vivo de la fuerza de la solidaridad imperial.

Los antropólogos han descrito un fenómeno universal curioso: la mayoría de los pueblos y clanes solo consideran plenamente “humanos” a los miembros de su especie. Para deshumanizar al otro, y diferenciar una y otras especies animales, algunas tribus precolombinas usaban diferentes palabras. El bárbaro balbuceaba (bla bla) griego o latín y amenazaba desde las fronteras una civilización de la que no formaba parte.  En la propia biblia, los gentiles eran todos los pueblos que no formaban parte de la nación elegida por Dios, los que se quedaban fuera.

Refugiados, emigrantes y simples oportunistas se agolpan en las puertas del Oasis, huyendo del infierno en que se han convertido sus vidas. Tocan a rebato: son los nuevos bárbaros que amenazan el Imperio y la Civilización. Nos dicen: ellos o nosotros. Y ahí empieza el verdadero dilema.  Está claro quiénes son “ellos”,  pero  ¿quiénes somos nosotros?  ¿Son “nosotros” aquellos que nos tildaban de PIGS hace unos días? ¿O estos otros jueces que se negaban a extraditar etarras huidos por temer que fueran torturados en España? ¿Somos “nosotros”  católicos vilipendiados, conquistadores genocidas y machistas maltratadores?  Desde hace 500 años, “nosotros” no somos nosotros. Desde que la herejía luterana dividió Europa, unos obedecen sin rechistar al Dios del Antiguo Testamento y otros rezan al Dios amable que se hizo humano.

(c) Belge

Ellos y Nosotros (II)


Nelson Mandela, inmortalizado en el cine por Morgan Freeman, tuvo mil años en la cárcel para entender que compartía la misma Fe que los bisnietos de los primeros holandeses y británicos que colonizaron Suráfrica. El Apartheid y la Lucha de Clases son dogmas de la misma religión. La película de Clint Eastwood narra las tretas y astucias del viejo líder del Congreso Nacional Africano para crear un “nosotros” sin perímetro definido y sin enemigos exteriores.  La pasión por el Rugby le proporcionó la argamasa que precisaba para cimentar una nueva comunidad nacional en fiesta.

Mandela tuvo éxito ahí donde Mahatma Gandhi había fracasado. A pesar de todos sus esfuerzos por evitar la partición de la Colonia India, los británicos dejaron sembradas las semillas de la cizaña entre musulmanes e hindús cuando se vieron forzados a abandonar sus lucrativos dominios. El conflicto de Cachemira que desembocó en la independencia de Pakistán se saldó con 1 millón de muertos.

Católico, Apostólico y Romano. El significado se pierde y puede ocurrir que los analfabetos más rabiosos acaben difundiendo la idea que es sinónimo de “rancio” y “viejo”.  Es sorprendente que en los tiempos de la Globalización incipiente no se advierta la modernidad absoluta del primer culto “universal” que rechaza la imposición de cualquier dogma de fe. Es una religión que se construye en base a los relatos de los apóstoles y testigos y que se va alimentando de todas las instituciones vivas de la cultura romana y mediterránea.  No hay ni rastro de “ellos” en el Nuevo Testamento.  El Enemigo Exterior de un Imperio político ya decadente no estaba en las Fronteras sino en su mismo corazón . Los bárbaros que sitiaban y saquearon el Oasis eran líberos y legionarios desmovilizados que reclamaban las soldadas pendientes y las tierras prometidas. A su manera, solo  intentaban  mantener vivo el sueño de esa Roma Eterna y Universal.

©Belge. 25-03-16

 

Predecir los atentados yihadistas


INLUCRO.NEWS

AICS es una empresa española creada en 2013 por Salvador Burguet y que ha desarrollado un método que busca anticipar donde y cuando se van a producir atentados de tipo yihadistas. Suena a ciencia ficción pero solo son herramientas que se aplican a la ingente cantidad de información que producen en todo el mundo las Redes Sociales y los distintos foros de intercambio.

A sus clientes potenciales con presencia en África o Próximo Oriente les avisan de la existencia de “riesgos ocultos”. Tratan y almacenan todos datos que pueden usar en el futuro, sea cual sea su formato.  Lo más curioso, señala Burguet, es que toda esa información es pública y se puede recopilar sin mucha dificultad, aunque tenga que multiplicar las entrevistas de prensa  para explicarlo. “No tenemos una bola de cristal, nuestro trabajo se basa solo en recoger y analizar los datos”

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.