Se ha puesto en marcha la cuenta atrás. Sosteníamos, en este mismo espacio, que la Sesión de Investidura tenía que esquivar necesariamente el mes de septiembre, por aquello de evitar accidentes y sabotajes que llevaran a otra repetición de las Elecciones. Desde las premisas de nuestro análisis, siempre consideramos que se celebraría la Sesión de Investidura en el mes de agosto; prorrogar los PGE no era una alternativa válida.Las fuerzas políticas más interesadas en la elaboración de unos Presupuestos que den continuidad a la recuperación económica y a la inversión son las mismas que financian los empresarios vascos y catalanes. El SI de Albert Rivera y la abstención de los nacionalistas eran inevitables. Pero en política, el cómo importa tanto o más que cualquier otra circunstancia. Todos las fuerzas en liza fingen que los votantes son ciudadanos tan estúpidos que no ven que la tropa política la integran vividores, mercenarios y oportunistas sin escrúpulos. Fingen tener ideales cuando solo tienen intereses.Este largo preámbulo introductorio para aclarar la fórmula ¿negociada? por Mariano Rajoy y el PNV para desbloquear las urnas y acelerar la aprobación de los Presupuestos Generales de Estado. Céntimo arriba o abajo, todos los capítulos importantes han sido dotados por la propia necesidad. Pagar las nóminas y facturas pendientes, al igual que echarle gasolina al depósito del coche, carece de ideología.Tal y como se presentan las dos sesiones parlamentarias de Investidura, bien por mayoría absoluta bien por mayoría relativa, Albert Rivera y Pablo Iglesias son los dos líderes más interesados en que no se repitan las Elecciones. Ambos disputan convertirse en Jefe de la Oposición desde una posición cómoda, sin asumir riesgos. Tampoco tiene alternativa un Pedro Sánchez que ha arruinado las expectativas del Psoe a corto y medio plazo, y solo puede aspirar a prolongar un tiempo su bicoca personal.La jugada maestra de Pablo Iglesias y Podemos sería, indudablemente, votar SI en la primera sesión, contrarrestando en parte el movimiento de Ciudadanos en agosto y dejando en completo fuera de juego a los diputados de la banca socialista. Pero es bastante improbable que ocurra de ese modo tan espectacular como elegante. Buscan teatralizar un movimiento político que facilite la formación de gobierno al mismo tiempo que marque las distancias con la Oposición Pija de Albert Rivera. En esa operación de Circo (Operación Cuadratura) llevan trabajando 2 semanas, si nuestra intuición es correcta. Y según nuestra costumbre, nos arriesgamos a vaticinar que Rajoy será elegido por 170 votos a favor y entre 165 y169 en contra.P.D. La Operación Cuadratura del Círculo, que expongo para mi amiga Mónica N., será detallada públicamente más adelante.
Los plazos se acortan. A nadie se le escapa la envergadura de la apuesta que está sobre la mesa. Los periodos electorales son el sueño húmedo de cualquier político joven y/o corrupto. Si por ellos fuera, vivirían del recuento, celebrando elecciones cada 6 meses. Su lógica tiene menos recovecos que la concha de un berberecho.El dilema de Pedro Sánchez es seguir viviendo de la política el mayor tiempo posible porque sabe que sabe que le esperan las navajas de los suyos en cuanto hinque la rodilla. El PSOE de los históricos cuenta con ello y puede estar barajando la posibilidad de acudir a unas Terceras Elecciones con un candidato “moderado”. Desde su óptica, cortarle la cabeza a Pedro Sánchez solo presenta ventajas. El énfasis de los viejos barones pidiendo la abstención técnica esconde el cínico deseo de volver a la urnas con la esperanza de recuperar votos y escaños a costa de Podemos. En su cortoplacista e indecente cálculo electoralista, imaginan que pueden conseguir que Mariano Rajoy ceda el testigo a un nuevo candidato, provocando un cisma en el Partido Popular.En el caso de los dos nuevos movimientos impulsados y financiados desde Barcelona, la situación es aún más esperpéntica si cabe. Se fueron de vacaciones en junio y no han dado un palo al agua en dos meses. Esperan que vuelva septiembre para montar el numerito delante de las cámaras de televisión con la ayuda de los periodistas entregados a la causa.A pesar de estos condicionantes, seguimos siendo optimistas. El PP de Mariano Rajoy ha conseguido colocar a todos sus rivales en clamoroso fuera de juego. Si se repiten las Elecciones Generales, en contra del interés de los españoles, ocurrirán inevitablemente dos cosas. En primer lugar, el PP volverá a ganar y ampliará su mayoría. En segundo lugar, quedará rota la legitimidad de las urnas. La mitad de la población española se declarará – de iure o de facto – en estado de rebeldía.