La insostenible levedad de la acción de Telefónica


En las hemerotecas y en la nube figuran las muchas críticas que mereció siempre Telefónica por su gestión de un monopolio heredado.  Mi primer recuerdo específico, en la década de los noventa, es que tardamos 18 meses de calendario en conseguir una simple línea de abonado en un lugar céntrico de un municipio dinámico y poblado, a escasos  km de Madrid.  La Historia se repite y justo 10 años después, en pleno siglo XXI, fui el testigo privilegiado de como los valientes empresarios que habían creado la guía QDQ y el diario 20 minutos se gastaban una fortuna en lanzar y consolidar  un periódico digital en una provincia que solo contaba con 1500 líneas ADSL.

La gestión de Juan Villalonga, con sus luces y sombras, puede calificarse de especulativa. Se le recuerda por tres cosas: ser el otro compañero de pupitre de Aznar,  haber suprimido el histórico dividendo de Telefónica para convertirla en una empresa “de crecimiento” y aprovechar el boom de las puntocom para lanzar el pelotazo de Terra.   Y como todo el mundo sabe, las tres cosas acabaron mal y en detrimento de los pequeños accionistas.  El título llegó a superar los 32 euros y la capitalización, los 100.000 millones de euros.

La gestión de César Alierta, tras el colapso bursátil de principio de siglo, ha sido pausada y clásica. Recuperó el dividendo e intentó evitar las aventuras empresariales, en un entorno internacional cada vez más complejo.  A su sucesor al frente del Consejo de Administración, le deja una empresa muy endeudada y con un valor en bolsa inferior a los 50.000 millones de euros.

Los últimos resultados que se han conocido hoy evidencian el deterioro de la gestión, dicho de un modo aséptico. El esperpento de la desinversión en 02 en el Reino Unido, la caída del negocio en Brasil y el fracaso de la salida a bolsa de Telxius son mucho más preocupantes para el pequeño accionista y para los inversores institucionales que el importe de la Deuda corporativa.

Mención aparte merece la siempre conflictiva política de comunicación de Telefónica. En honor a la verdad, hay que reconocerle a César Alierta el esfuerzo por mantener a la Operadora al margen de la contienda y no meterse en ningún charco.  Pero con su relevo  –  por la presión del accionista mayoritario  –  está volviendo a las andadas.

 

¿Es buen momento para entrar en bolsa?


(Sintaxis y gramática generativa de la operativa de futuros (IV)

Cuentan que el legendario magnate John Rockefeller se libró del Crac del 29 cuando su limpiabotas favoritos le preguntó si era buen momento para entrar en bolsa:  decidió que había llegado la hora de vender y salir. Es probablemente la pregunta más formulada en los mercados financieros: “¿Es buen momento…?”.

En bolsa, todos los momentos son iguales, pero unos son más iguales que otros. Dos evidencias empíricas, aparentemente contradictorias. A largo plazo, la suma de momentos arroja una diferencia de rentabilidad media inferior al 2%. Da lo mismo tener puntería que invertir al azar. A largo plazo, el 90% de los valores cotizados habrá desaparecido o valdrá 0.

¿Qué significa esto?  Desde el punto de vista de la lógica, algo  obvio y práctico:  el momento actual pesa mucho más que el momento futuro.  Dicho de otro modo: la tendencia NO es la amiga de los inversores, solo su amante. Y es bastante puta. El inversor que se enamora de la tendencia acaba desplumado.

La explicación lógica de este tipo de paradojas habituales es sencilla: un mercado eficiente – y la bolsa lo es – es ese universo en el que coinciden simultáneamente todas las tendencias. Todo es posible, en todo momento. Puede parecer un inconveniente, es una ventaja.

Si sabemos, empíricamente, que todos los valores cotizado acabarán valiendo 0 y que los índices distorsionan el momento actual, no se verifica el concepto de “suma cero”. En realidad, sale del mercado mucho más dinero que el que entra.  Lo que importa, de verdad, es conocer la velocidad a la que entra y sale. Buenos momentos son, por definición, aquellas fases en la que el dinero entra en bolsa con mucha rapidez y sale despacio. A la inversa, malos son los momentos en que el dinero entra a cámara lenta y sale deprisa.

De esa regla de los mercados eficientes, se deduce una estrategia básica que suele influir en las aperturas y cierres.  Los Creadores de Mercado son como los castores:  intentan regular el curso del río con pequeños diques que van construyendo sobre la marcha. Cuando el agua se estanca, sueltan una presa.

El pequeño inversor que se acerca a la bolsa debe medir la velocidad a la que entra y sale el dinero. Nunca es del todo fácil, aunque con el tiempo desarrolla una fuerte intuición.  En todo caso, el método más fiable es observar el paciente trabajo de los castores y donde van construyendo sus pequeñas presas.

A modo de ejemplo: en la sesión de  hoy, en la bolsa española,  los gestores están construyendo un pequeño dique de retención entre 9200 y 9240, al tiempo que suman posiciones compradoras en un valor tractor como Telefónica.  El objetivo es que el agua tenga suficiente velocidad como para arrastrar el Ibex hasta la zona de los 9800 puntos.

(c) Belge

 

 

La bolsa española en noviembre


Nada ha cambiado, todo es diferente. Dios no juega a los dados, juega al ajedrez,  pero sus movimientos suelen pasar desapercibidos para la inmensa mayoría de analistas y comentaristas.  De hecho, para los viejos castellanos, “hablar con Dios” es ir más allá del azar y llegar al corazón mismo de la Jugada.

Felipe González fue el peón que utilizó Dios para evitar que los Nuevos Puritanos arrinconaran a Felipe VI y provocaran el colapso de la economía española.  Podemos reivindicar con orgullo haber sido los únicos en anticipar que el ex presidente del gobierno sacaría la Sota de Bastos para cantarle las cuarenta al zapaterismo y arrojar a Pedro Sánchez al desierto. Nadie más.

Los querubines derrotados se conjuran ahora para rodear el Congreso pero la fuerza se les va por la boca y todo su valor consiste en vomitar sandeces anónimas en Twitter.   Lo que había de empezar  un 15 de mayo de 2011 ha acabado por finalizar el 23 de octubre de 2016.  Los angelotes de Zapatero y Pujol pueden patalear lo que quieran,  pero la Operación Chacón ha fracasado definitivamente. Es una buena noticia para la bolsa española.

Lo que inevitablemente va a ocurrir en la bolsa española en los próximos dos meses, lo venimos analizando desde el 25 de Mayo de 2015 y publicando en INLUCRO desde el pasado mes de febrero.  Pero el contexto general no es muy diferente del que describíamos en septiembre, salvo que ha empeorado.  2017 amenaza con ser un ejercicio bursátil muy bajista.

La formación del gobierno en España, tras un pulso que ha durado 17 meses, beneficiará a bancos y constructoras.  El valor con más recorrido es, sin duda, la auténtica joya del sector financiero: Bankia.  La estrategia de Luis de Guindos es que la entidad castellana que dirige José Ignacio Goirigolzarri pueda devolver las ayudas recibidas lo antes posible.

A los Gestores de Fondos no les preocupa tanto la formación de un gobierno y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2017 como poder repicar las campanas.  Como buenos  sacristanes, aspiran a que los feligreses entusiasmados con la “buena nueva” sean generosos y llenen la cesta de donativos.  Les da igual que sea boda, bautizo o funeral.

En los próximos 3 meses, vamos a oír muchas campanas.  En las principales bolsas de los países acreedores,  los inversores están en máximos históricos  sin más relato posible que conseguir poner su dinero a salvo.  Han ganado mucho dinero con la crisis.Toda su estrategia va a consistir en buscar un buen pretexto para levantarse de la mesa de juego con las ganancias en el bolsillo. Pero no es tan sencillo como parece.

En EEUU,  las Elecciones a la Casa Blanca son siempre un espectáculo.  Desde que eligieron a Ronald Reagan, un actor de serie B, para interpretar el papel de Presidente, el sistema político americano es cada vez menos presidencialista y se asemeja cada vez más a los sistemas de representación en Europa.  Es un gabinete en la sombra, conservador y militarista,  el que toma las decisiones.  Por eso resulta tan llamativo, en esta ocasión, que se estén favoreciendo de un modo tan descarado las opciones de una candidata demócrata con más ambición que capacidad.   Ya ocurrió con el republicano George Bush y fue un auténtico desastre para los mercados financieros.

La parte positiva – para los inversores españoles – es que los Gestores estarán tentados de apurar el movimiento alcista hasta mediados de diciembre.  La razón es evidente:  una vez transcurrido sin sobresalto el mes de octubre, buscarán el beneficio de la duda, ya que en diciembre y enero se deciden la composición y estrategias de muchas carteras para 2017.  Y que mejor manera de hacerlo que aprovechando un pequeño rally en el mercado español.

El Ibex en 2017

Valor Capitalización Target Entradas Salidas
Abertis 13.300 (14,15) B. 9,4 No tocar A mercado
Acciona 4.000 (69,5) B. 46,3 No tocar A mercado
Acerinox 2.600 (9,8) T. 10,4 No tocar A mercado
ACS 8.000 (25,8) T. 18,4 No tocar A mercado
Aena 16.000 (108) V. 56,1 No tocar A mercado
Amadeus 16.500 (38) B. 13,3 No tocar A mercado
Arcelor Mittal 8.800 (4,9) T. 3,90 No tocar A mercado
Sabadell 9.500 (1,75) T. 1,10 No tocar A mercado
Popular 3.700 (2,75) T. 0,76 No tocar A mercado
Bankia 11.000 (0,96) M. 0,68 A mercado 1,27
Bankinter 6.000 (6,6) T. 4,80 No tocar A mercado
BBVA 42.000 (6,6) T. 4,90 4,90 A mercado
CaixaBank 16.000 (2,8) V. 1,70 No tocar A mercado
Día 2.900 (4,7) V. 3,30 No tocar A mercado
Enagas 6.200 (26) V. 15,1 No tocar A mercado
FCC (MC) 2.800 (7,5) T. 5,50 No tocar A mercado
Ferrovial 13.500 (18) V. 12,2 No tocar A mercado
Gamesa 4,700 (16,8) B. 10,2 No tocar A mercado
Gas Natural 16.800 (16,8) V. 9,60 No tocar A mercado
Grifols 12.000 (20) B. 2,20 No tocar A mercado
Iberdrola 39.000 (6,1) V. 4,80 4,80 A mercado
Inditex 95.000 (30,5) V. 18,8 No tocar A mercado
Indra 1.600 (9,8) V. 5,8 No tocar A mercado
Iberia 14.000 (6,9) V. 3,26 No tocar A mercado
Mapfre 6.000 (1,9) V. 1,70 No tocar A mercado
Mediaset 3.800 (10,2) B. 2,20 No Tocar A mercado
Merlin 3.200 (10) B. 0,60 No Tocar A mercado
REE 10.000 (75) V. 7,10 No Tocar A mercado
REPSOL 12.000 (10,5) T. 8,78 No tocar A mercado
Sacyr 1.000 (1,85) V. 1,11 No tocar A mercado
Santander 65.000 (4,5) V. 3,30 No tocar A mercado
Técnicas Reunidas 1.500 (26) V. 14,7 No tocar A mercado
Telefónica 50.000 (10) V. 5,50 No tocar A mercado
Viscofan s.d V. 42,1 No tocar A mercado
Endesa 18.000 (17) T. 13,1 No tocar A mercado

Leyenda. Posición general en los 35 valores.
B=Burbuja
T= Trading
M=Mantener
C=Comprar
V=Vender

 

 

 

 

 

 

¿Cuánto cuesta acertar una Quiniela?


En el maravilloso mundo de las estadísticas, caben todas las posibilidades.  Ya sea en la Ruleta, en la Primitiva, en la Quiniela de fútbol o cualquier fórmula de lotería directa,  todos los sucesos probables acaban por producirse.  Lo que popularmente se conoce como “suerte” son  estadísticas y probabilidades jugando al escondite unas con otras.

Existe otro concepto que no se suele tener demasiado en cuenta. El factor “lógica”.  A diferencia de la Probabilidad, la lógica solo sirve para determinar que sucesos son posibles o imposibles.  Es un “juego” diferente.  La lógica, por ejemplo, nos indicará que es “imposible” que salga el número 38 en la Ruleta.

El análisis lógico tiene muchos  inconvenientes prácticos, al igual que lo tienen las estadísticas y el estudio de probabilidades, pero presenta una gran ventaja:  es un análisis complementario. Dicho de otro modo: la combinación de los tres conceptos (lógica, estadística y probabilidad) permite eliminar el factor “suerte”.

El siguiente paso es intentar “calcular” o “estimar” cuando cuesta acertar una quiniela de futbol.  Puede parecer un razonamiento extraño y tal vez lo sea, pero ya el matemático francés D’Alambert demostró que no todas las maneras de “invertir” son simétricas.  En el caso de Liga Española,  se necesitan jugar 100 jornadas para acertar al menos una Quiniela de 14.  Y el coste bruto exacto sería de 28.700 euros.

Como el sagaz lector ya ha entendido, para que la inversión sea  sostenible, el retorno vía premios debe asegurar la rentabilidad del sistema.  De poco o nada sirve invertir 100 si solo se recuperan 60.  Pero, en este caso, el análisis combinado nos permite “calcular” el retorno de un modo casi exacto.

El análisis estadísticos de los premios que se reparten cada semana, en función del número de variantes y de la recaudación, determina cuantas veces necesitamos acertar 13/14 y 12/14 para que el sistema (que hemos llamado INLUCRO) funcione y genere más ingresos que gastos.   Con una ratio de aciertos  20/100 y 50/100, respectivamente,  solo es necesaria una estructura de premios de tipo: 10000 euros (14), 1000  (13), 100 (12), 10 (11), 1 (10).

Esa estructura se sitúa claramente en la parte inferior del rango de premios, siendo la media de tipo: 20.000 (14), 2000 (13), 200 (12), 20 (11), 2 (10).   Con lo que el retorno del SISTEMA INLUCRO estaría comprendido entre 31.000 y 76.000 euros.  A esa rentabilidad  hay que sumar el prorrateo del Pleno al 15, cada 10 temporadas (500). Estadísticamente, entre 20.000 y 40.000 euros para 100 jornadas.

En resumen: el SISTEMA INLUCRO puede considerarse como un método “infalible” para “acertar” la Quiniela. Con una inversión de 287.000 euros en 1.000 jornadas de Liga estándar, proporciona un retorno comprendido en un rango de premios de entre 510.000 y 1.160.000 euros.  Un 300% de rentabilidad semanal teórica.

(c) Belge. 20-10/2016