¿Son los Fondos de Inversión una estafa legal o un espejismo?


El mejor indicador adelantado de las mayores caídas en la bolsa española se encuentra escondido a la vista en las estadísticas oficiales de la Industria Legal de los Fondos de Inversión.  

Año Participación media Comisiones en
Base 100
Ibex 35
1992 22505 100 2000
1993 24209 98 3600
1994 24183 96,04 3100
1995 24895 94,47 3600
1996 26194 92,58 5150
1997 26001 90,73 7250
1998 25508 88,92 9800
1999 25653 87,14 11650
2000 23957 85,40 9100
2001 24099 83,69 8400
2002 23965 82,02 6050
2003 25945 80,36 7750
2004 27309 78,75 9080
2005 28734 77,18 10700
2006 28841 75,64 14150
2007 28886 74,12 15200
2008 27641 72,64 8450
2009 29065 71,19 11950
2010 25947 69,77 9850
2011 25951 68,37 8550
2012 27305 67,00 8150
2013 30151 65,66 9900
2014 30065 64,35 10300
2015 28537 63,06 9550
2016 28430 61,80 9350
2017 26563 60,56 10850

Un inversor que hubiera invertido 22.000 euros  en Fondos de Inversión hace 25 años,  ha pagado un 40% de comisión acumulada a la Gestora de su Banco.  Durante ese tiempo, el IBEX 35 ha acumulado una diferencia por volatilidad de más de 40.000 puntos positivos, equivalente a 20 veces  (2000%) el nivel inicial.

El análisis de las series históricas, y rentabilidades medias acumuladas, demuestra que los Gestores se han preocupado de intentar mantener constante la participación media, haciendo un esfuerzo descarado por comercializar sus productos cuando la bolsa está en máximos.  Los partícipes de los Fondos y Planes de Pensión son ordeñados poco a poco.

El patrimonio de los Fondos Domésticos, comercializados por el sistema financiero español,  se duplicó entre 1997 y 2007, y se redujo a la mitad entre 2008 y 2013, en función de sus necesidades contables más urgentes.  La situación contrasta con la fuerte alza de otros índices fuera de España.  El DAX, por ejemplo,  multiplica su capitalización por 3.

Un ahorrador español que invirtiera 2 millones de pesetas en 1992 (Un Golf GTI 16 válvulas, con todos los extras)  hoy tiene en cartera 14.000 euros.  Ese dinero es la tercera parte del dinero que necesita para comprar un vehículo equivalente que esté “de moda”.  Su dinero, hoy, vale la cuarta parte de lo que valía hace 25 años.  De el han disfrutado los comisionistas de la Gestora del Banco. Puede decirse que con ese dinero se han pagado grandes Bonus a excelsos directivos como Ron y Saracho, grandes viajes, grandes cenas y desayunos; miles de pequeñas hormigas del sistema financiero han cumplido sus objetivos.

Los 200.000 millones de euros invertidos en los Fondos de Inversión a mediados de los años 90 han servido para que los bancos y cajas de ahorro controlaran el negocio de la bolsa en beneficio propio, y para que los intermediarios ganaran dinero a costa de los pequeños inversores manipulando a su antojo las cotizaciones. El sistema del Fondo Bueno y del Fondo Malo les ha permitido arbitrar posiciones en detrimento del partícipe condenado a comprar caro lo que ellos vendían, y vender barato lo que iban a comprar.

Cuando la vaca ya no da más leche, se vende la res para carne picada. Lo importante es que no quede rastro de ella, y no se pueda auditar la gestión.  Si los Fondos de Inversión del Banco Popular habían comprado acciones, derivados, bonos o convertibles, ya no tiene importancia.

Fondos de Inversión VERSUS Renta Fija

La mejor demostración que se puede llevar a cabo sobre la naturaleza de los Fondos de Inversión es comparar la rentabilidad que ofrecen, neta de comisiones, con la rentabilidad de la Renta Fija a Corto, Medio y Largo Plazo.  La Universidad de Navarra hizo ese estudio pormenorizado y llegó a la conclusión que la mayoría de las Gestoras ofrecía un retorno inferior al de un triste FIAMM.  Las comisiones de gestión, entre el 2 y 3%, se comían literalmente todo el rendimiento financiero del Fondo.

El inversor de 1992 que hubiera decidido invertir por su cuenta 2 millones de pesetas en bonos del Estado, hoy tendría un patrimonio neto de más de 55.000 euros netos. Es decir: tendría ahorrado más del doble de lo que tiene en sus fondo o planes de pensión.  El tiempo dedicado a la gestión habría sido mínimo.

La evolución de la participación media desde 1992 ofrece una rentabilidad neta muy inferior al 1%.  Cualquier tipo de depósito al 1% bruto habría dado proporcionado una mayor rentabilidad que los Fondos de Inversión. 

Año Participación media Comisiones en
Base 100
Bono 10 años
1992 22505 100 12,26
1993 24209 98 10,15
1994 24183 96,04 10,00
1995 24895 94,47 11,86
1996 26194 92,58 9,17
1997 26001 90,73 6,83
1998 25508 88,92 5,04
1999 25653 87,14 3,88
2000 23957 85,40 5,76
2001 24099 83,69 5,08
2002 23965 82,02 5,05
2003 25945 80,36 4,24
2004 27309 78,75 4,19
2005 28734 77,18 3,59
2006 28841 75,64 3,48
2007 28886 74,12 4,07
2008 27641 72,64 4,18
2009 29065 71,19 4,15
2010 25947 69,77 4,00
2011 25951 68,37 5,38
2012 27305 67,00 6,19
2013 30151 65,66 5,34
2014 30065 64,35 4,14
2015 28537 63,06 2,07
2016 28430 61,80 1,73
2017 26563 60,56 1,41

Fondos de Inversión VS Renta Variable y Renta Fija

El inversor de 1992, de perfil arriesgado, que hubiera conseguido replicar la evolución del IBEX 35 (amen de invertir en otras bolsas mucho más rentables) habría conseguido multiplicar aproximadamente por 6 sus 22.000 euros iniciales, sin contar un pequeño porcentaje extra en concepto de dividendos abonados.  Tendría un capital de 180.000 euros.

El inversor de 1992, de perfil más conservador, que hubiera conseguido optimizar el rendimiento de los bonos a 10 años emitidos por el Tesoro, habría obtenido un rendimiento neto anual de más de 3.500 euros al año y constituido un patrimonio de 120.000 euros.

El inversor de 1992 que se dejó engañar y o estafar por los comisionistas del sistema financiero, y metió su dinero en Fondos y/o Planes de Pensión, tiene hoy de media  menos de 30.000 euros y el poder adquisitivo de su cartera es menos de la cuarta parte del que era hace 25 años.

La pregunta, inevitable, es: si un particular se inventara por su cuenta un negocio de esa índole o características y se dedicara a captar pasivo en esas condiciones, ¿su actividad sería considera legal?

(c) Belge

Twitter


La “guerra de canciones” de los Inuit consistía en sumar partidarios que jalearan los  versos injuriosos y burlones de los querellantes enfrentados.  Las familias que se quedaban en minoría perdían la disputa o el contencioso.   El viejo mecanismo político de los esquimales que describió la antropología, recreado y algoritmizado por las Agencias de Inteligencia Americana con dinero de la FED,  está sirviendo en todo el mundo de poderoso instrumento de propaganda religiosa en manos de grupos  neo puritanos.

(c) Belge. 17/06/2017

¿Se creó el Mecanismo Único de Resolución para provocar quiebras bancarias?


De todos es sabido que la negativa del Reino Unido a asumir los postulados y mecanismos de la Unión Bancaria diseñados por el Bundesbank alemán llevó al gobierno de Londres  a impulsar el BREXIT para salir de la UE.  A la luz de los acontecimientos recientes, y de la nocturna y alevosa quiebra del Banco Popular, parece que son los políticos británicos los únicos que han advertido el peligro que entraña el Mecanismo Único de Resolución para la estabilidad del sistema financiero.

La Unión Monetaria Alemana y su secuela, la Unión Bancaria, han puesto contra las cuerdas a casi todas las entidades financieras en España e Italia y acaba de provocar la quiebra directa del que fue durante una década el mejor banco del mundo: el Popular. ¿Cómo es posible? Si en España existiera una mínima lealtad de los políticos, empresarios y periodistas con los ciudadanos a los que dicen representar, en este momento se estaría constituyendo una Comisión Nacional para determinar cómo la Unión Bancaria está hipotecando la soberanía, solvencia y equilibrios fundamentales del sistema financiero español.

Estalló la crisis subprime el 26 de febrero de 2007, quebraron grandes gestoras americanas de Fondos y llegó el tsunami a Europa  el 8 de agosto, con la suspensión de pagos encubierta del BNP Paribas y del Deutsche Bank. ( https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_las_hipotecas_subprime  ) Es entonces cuando los grandes bancos alemanes, británicos, franceses y suizos se ponen de acuerdo para manipular el Euribor a la baja y evitar la subida de tipos en el mercado interbancario.  La gran víctima de aquella conspiración, por la que diversas entidades europeas han sido condenadas con multas ridículas, fue el sistema financiero español.  Al ser dinamitado el mercado interbancario por el Bundesbank, se vio obligado a pasar por la Ventanilla del Banco central Europeo. Todo el exceso de tesorería bancaria en España sirvió para reflotar in extremis todos los bancos franceses y alemanes.

Quiebras bancarias fraudulentas

La falta de lealtad institucional de los socios que tiene España en la Unión Europea se pone de manifiesto con la tremenda campaña de descrédito e insidias que lanzan contra los PIGS católicos. El cerdo es un tótem religioso y cultural, y no es casualidad que aparezca en la prensa salmón británica y alemana ya en al año 2006. Quién escribe estas líneas fue el único analista que alertó y explicó lo que implicaba esa campaña de suspicacia. Resultó ser un instrumento decisivo para provocar el fuerte incremento de la Prima de Riesgo y fracturar el mercado de la liquidez en Europa.  Mientras unos países manipulaban el Euribor para financiar sus empresas y presupuestos a tipo 0, los países del Sur se vieron obligados a financiarse por encima del 5%.  Los bancos y cajas de ahorro con sede en España trasladaron ese diferencial a sus clientes, en forma de cláusula suelo.

La crisis de los PIGS  provocada por la manipulación del Euribor y la subida de las Primas de Riesgo tiene su momento álgido con el Rescate de Grecia y la quiebra que se deriva en los bancos de Chipre. Miles de inversores griegos y rusos se ven arruinados por la decisión de Alemania de dar un escarmiento religioso (Teoría del Castigo Moral) a sus enemigos. De aquellas pintorescas teorías económicas, morales y financieras del Bundesbank resultó que los depositantes, bonistas  y accionistas debían perder su dinero como justo castigo por confiar sus ahorros a Bancos del Sur de Europa en lugar de mandarlos a Alemania o Suiza.  Fue amagar con el apocalipsis financiero para que los PIGS claudicaran y aceptaran, como mal menor, la Quita a los accionistas y bonistas, y una garantía teórica de 100.000 euros por depositante.

En buena lógica, las nuevas condiciones impuestas a las entidades financieras por el Bundesbank hace que el negocio bancario tradicional en el Sur de Europa sea completamente inviable y malsano.  Un Banco como el Popular, con miles de oficinas de proximidad y 12.000 empleados, necesita intermediar un mínimo de 150.000 millones de euros para cubrir los costes más básicos de su Red Comercial. Con un Euribor artificialmente bajo y una recesión de caballo que afecta a las empresas y dispara la morosidad, es la tormenta perfecta. Los márgenes se hunden y los clientes dividen sus depósitos entre varias entidades, porque Alemania juega a meter miedo e impide que los Estados puedan garantizar los depósitos de sus ciudadanos.  Si a eso añadimos, los vaivenes de unas Normas Contables Internacionales cada vez más delirantes, que han pasado de exigir la expansión de los balances a reclamar que se provisionen al 100% las inversiones menos líquidas, tenemos un esbozo bastante realista de la situación inestable en la que ha quedado el sistema financiero español.

Mención aparte merece el delirante Mecanismo Único de Resolución. ( https://es.wikipedia.org/wiki/Mecanismo_%C3%9Anico_de_Resoluci%C3%B3n  )  Resulta asombroso que un técnico (¿becario?) de Deloitte  consiga auditar en una sola noche un agujero (déficit de provisiones)  de entre 2.000 y 8.000 millones de euros (apréciese la divertida ironía de Manuel Conthe en su blog al mencionar este rango)  que compromete la solvencia y viabilidad del Banco Popular, cuando los mejores contables de 5 grandes bancos y del BCE se han pasado meses analizando sus cuentas sin detectar nada que no sea obvio. A saber: es obvio que el miedo adelgaza los depósitos, y que un banco señalado por el MUR no tiene ninguna opción de evitar la liquidación. En el mejor de los casos, tras el precedente creado con el Banco Popular, una entidad financiera señalada y chantajeada, se dejara comprar muy por debajo de su valor.

A la vista de estos hechos objetivos e innegables,  la banca del futuro inmediato pasa por dejar de cotizar en bolsa y dejar de prestar dinero  a los ciudadanos y empresarios menos solventes o con mayor riesgo.  Es una banca de servicios y protección patrimonial para quienes puedan pagarla.

(c) Belge 14/06/2017

No hay pisos para tanto pufo


Con la alevosa y nocturna quiebra del Banco Popular, se vuelve a poner de actualidad la expresión que inventamos hace una década para intentar visualizar como el sistema financiero español estaba magnificando los problemas del sector inmobiliario para justificar y ocultar sus pecados.

Los números cantan. El saldo que importa la suma de todas las hipotecas concedidas en España no supera, en estos momentos, los 600.000 millones de euros.  En el pico de la demanda inmobiliaria, la hipoteca media que se firma ante notario llega a rozar los 156.000 euros. Corresponde a la promoción de 4 millones de pisos construidos y entregados entre 1997 y 2007.  Datos y hechos objetivos.

Las cajas de ahorro coparon el 55% del negocio inmobiliario en España, concediendo créditos al promotor e hipotecas con mayor facilidad que los bancos.  Esa es la razón por la que la crisis subprime que estalla en EEUU y en Alemania se contagia primero a unas entidades financieras que carecen de capital social y no responden de su mala gestión ante ningún accionista.

Cuando los políticos y directivos empotrados en bancos y cajas empezaron en 2008 a filtrar a la Prensa que el sistema financiero español acumulaba 300.000 millones en activos tóxicos, ya era evidente que mentían e intentaban engordar el pufo inmobiliario. 300.000 millones de euros correspondían a la promoción y venta de 2 millones de hipotecas, un hecho materialmente imposible.  Suponiendo – y es mucho suponer – que el 60% de toda una promoción hubiera quedado en el aire, la cantidad de dinero comprometida en los balances de las entidades financieras sería el resultado de multiplicar 500.000 pisos por un importe medio de 160.000 euros. Esto es: 80.000 millones de euros.

Entre vender a la Opinión Pública que el sistema financiero tiene un pufo de 300.000 millones en activos inmobiliarios tóxicos, o contabilizar 80.000 millones de euros, hay una diferencial notable, y no solo cuantitativa.  El 40% de 80.000 millones de euros son unos 30.000 millones de euros en provisiones, a repartir entre 45 cajas y una docena de bancos, no 130.000 millones de euros.

En sus mejores momentos, el Banco Popular tenía una cuota de mercado en el sector financiero del 15-20%. Es de suponer lógicamente que su parte de “pufo inmobiliario” estaba en esa proporción. El 15% de 30.000 millones de euros es una cantidad máxima de 4.500 millones de euros, y el 20% de 130.000 son 26.000 millones de euros. Entre una y otra magnitud, hay un mundo de diferencia.  Tanta, que para justificarla, el Popular habría tenido que tener en su cartera el equivalente a 100.000 millones de euros. La friolera de 600.000 pisos.

Desde que documentamos como una hipoteca AAA de la antigua CatalunyaCaixa era catalogada y vendida como “tóxica” a un Fondo Americano, con un 70% de descuento sobre el valor de tasación original de la finca,  es imperativo someter a cuarentena los balances que publican los los bancos para sus justificar movimientos accionariales y estratégicos.  La cifra que ha servido de pretexto para que el BCE y el FROB le apliquen el MUR al Banco Popular es sencillamente increíble. Desde que Ángel Ron impulsa el agresivo Plan Suma en 2006, el Popular no ha podido intermediar más de 100.000 pisos, con un valor de mercado de unos 25.000 millones.

En el conjunto del país,  las pérdidas que han ocasionado los 500.000 pisos que se dejaron de construir o se retrasaron suponen una perdida de 30.000 millones de euros, nunca 300.000 millones.  El resto del dinero desaparecido, por el procedimiento que sea, difícilmente se puede achacar a una supuesta burbuja inmobiliaria o a las dificultades financieras de las Promotoras y Constructoras.