Unamuno dijo una vez que lo de los fueros era algo muy sencillo de entender. Consiste en no pagar. Unamuno era vasco, y en el País Vasco se le rechaza y se le aprueba en función de la ocasión y los intereses, pero solía decir verdades como puños.En la Edad Media, por el hecho de nacer o vivir en una villa o una ciudad diferente, o en un condado o señorío diferente, los ciudadanos tenían derechos y obligaciones diferentes.El origen de todo ello era la necesidad del Rey, o del Señor, de asegurarse la fidelidad de los habitantes de un lugar, así como financiar sus costes militares. Era una época en la que además se estaba repoblando con gentes afines territorios arrebatados al enemigo.Todas las cartas fundacionales de las villas o ciudades son cartas de privilegio, en las que se concede a los habitantes una serie de servicios por parte del señor (fundamentalmente defensa y abrigo frente al enemigo) y en ocasiones peajes (por entrar a la villa, por cruzar un puente, etc…) a cambio de una serie de tributos. A su vez el señor tenía que pagar una parte a su rey, que era el que le había concedido su señorío o título nobiliario. Los fueros vienen a ser el equivalente, aplicado a un territorio completo en lugar de a un solo pueblo o villa.Esto era más o menos así en toda Europa, cuyas fronteras variaban constantemente debido a las guerras, excepto en España a partir de la reconquista de Granada. Los impuestos los recaudaba localmente un recaudador y éste a su vez hacía llegar su parte al señor y su parte al rey.Los fueros de las provincias vascongadas y Navarra son privilegios otorgados a los ciudadanos libres de estos territorios (todos los vascos y navarros consiguieron ser considerados hidalgos, a diferencia de otros lugares, en los que había hidalgos y vasallos) a cambio del apoyo a la Corona de Castilla hace siglos. Por ejemplo, en caso de guerra no había levas forzosas en estos territorios, pero sí en el resto de España.Todo esto tenía sentido en la Edad Media, pero en todos los países europeos se abolieron los fueros cuando se constituyeron en estados modernos. El ejemplo más claro es Francia en la época de Napoleón, quien redactó y promulgó su famoso Código Civil, que con pequeñas variaciones sigue estando en vigor en Francia y establece los derechos y obligaciones de TODOS LOS CIUDADANOS, todos por igual.Eso no fue así en España, donde sucesivamente se abolieron, restablecieron, volvieron a abolir, etc… y además de manera desigual en las diferentes regiones españolas. Esto fue una de las causas principales de las guerras carlistas, guerras cantonales, etc…Con la democracia se restablecieron al completo los fueros vascos (en Navarra nunca se suspendieron) y como resultado de ello existe el llamado cupo vasco. En este sistema el estado transfirió, no a la autonomía, sino a las diputaciones forales de cada una de las provincias, la competencia de la recaudación de impuestos. Es decir, la Diputación Foral de Vizcaya cobra los impuestos en Vizcaya, la de Guipúzcoa allí, etc… Básicamente el impuesto es igual en todos los territorios forales, pero hay algunas pequeñas diferencias, por ejemplo en algunas deducciones. El sistema llega al absurdo de que hay diferencias en el régimen matrimonial de bienes, o en el régimen de herencias, o en las posibilidades de hacer testamento, en función de que el matrimonio se celebre en un municipio o en otro (hay villas, ciudades y anteiglesias con derechos diferentes establecidos siglos atrás)Periódicamente el Departamento de Hacienda del País Vasco negocia con el Ministerio de Hacienda el famoso cupo, que es el coste de los servicios que presta el estado en la autonomía debido a las competencias que aún no están transferidas a la misma. Una vez alcanzado el acuerdo el gobierno vasco paga esa cantidad a la hacienda central. Si no recuerdo mal el último cupo ha sido del orden de 1600 millones de euros.El sistema del cupo, evidentemente es una discriminación, es un sistema arcaico y fuera de lugar, y yo no estoy de acuerdo con él. Creo que los derechos y las obligaciones son de los ciudadanos, no de los territorios. Pero en un país gamberro como el nuestro, al final está resultando más sano. Es un mal sistema aplicado correctamente que está resultando mejor que un sistema teóricamente más justo pero que se aplica de manera negligente, y me explico.El Gobierno Vasco sólo tiene una vía de financiación, los impuestos que recauda. En consecuencia, su presupuesto tiene que cuadrar siempre. No puede gastar más de lo que ingresa, porque no recibe fondos de la hacienda central, sino que tiene que pagar una cantidad a la hacienda central. Si necesita financiación tiene que acudir a los mercados financieros, que cobran un tipo de interés u otro en función del rating. Por eso el País Vasco tiene unas cuentas públicas saneadas.Las autonomías “no privilegiadas” se desentienden de cuadrar el presupuesto. A sus responsables les importa una higa si se puede gastar más o se puede gastar menos. Si necesitan más dinero piden a Madrid, y en función de que sean más o menos importantes a la hora de conseguir los votos para formar gobierno, reciben más o reciben menos.De la misma manera, se desentienden de las inspecciones y controles legales que son necesarios para que todos los contribuyentes declaren sus actividades correctamente. Por eso en las zonas turísticas se recauda menos de la tercera parte del IVA que se debería recaudar, muchas menos cotizaciones sociales de las debidas, se cobran pensiones de invalidez irregularmente, se ofrecen pisos a todos los que vengan sin papeles, se empadrona a todo dios y se le da una ayuda autonómica o municipal, etc…Y los presupuestos de estas comunidades no son “finalistas”, es decir, una vez que llega el dinero el responsable se lo gasta en lo que le parece más adecuado, en lugar de dedicarlo a la partida presupuestada.¿El resultado? El País Vasco tiene unas cuentas envidiables, Galicia tiene unas cuentas más o menos presentables, Castilla y León también, de Madrid , Extremadura, Cantabria y Aragón tengo mis dudas, y el resto de autonomías, en general, son una casa de putas, con perdón de las putas. Y las más despilfarradoras ¿cuáles son? Pues es bien fácil de adivinar. Cataluña, porque siempre ha sido clave para formar gobierno, y Andalucía, por ser el caladero de votos del PSOE. Y las menos eficientes en la recaudación ¿cuáles son? Las mismas, Andalucía y Cataluña, porque reciben millones de turistas cada año y el sector de hostelería hace de su capa un sayo y declara lo que le sale de la entrepierna.Felipe González ofreció a Pujol el mismo sistema de cupo que al País Vasco, pero Pujol no aceptó. Y no aceptó porque ya era un ladrón que había dejado un agujero de unos 30000 millones de pesetas en Banca Catalana. Eso actualizado con la inflación sería el equivalente a unos 15000-20000 millones de euros. Pujol prefirió seguir robando, pero ya de los presupuestos del estado. Cuando ahora los catalanes, que tienen unas cuentas públicas absolutamente impresentables, reclaman el cupo, la respuesta del gobierno tiene que ser forzosamente que no. No pueden reclamar la competencia de la recaudación de impuestos después de dejar una deuda multimillonaria al resto de España. Pero esto a los indepes y a buena parte de los ciudadanos de Cataluña nadie se lo explica de manera didáctica, y así estamos.Con la reforma constitucional lo único bueno que podría salir sería que todas las autonomías tuviesen obligación de sanear sus cuentas, pero me da a mí que no van precisamente por ahí los tiros.Si Rajoy abre con pedrito el melón constitucional nadie sabe qué consecuencias puede tener, pero desde luego ninguna será buena.Saludos