La quiniela de Inlucro


Las jornadas con partidos de Segunda División son tan imprevisibles que la Quiniela se convierte casi en un juego de azar.  El encuentro más interesante enfrenta al Sporting y al Valladolid, ambos situados en la parte alta de la tabla.

La Quiniela de la Semana

Partidos Pronóstico Pronóstico Pronóstico Resultado
Granada Español X 1 2 1
Real – Atlético 1 X X 1
Mallorca Valladolid X 1 2 2
Valencia Celta 1 1 X 1
Leganés Sociedad X2 1 1 1
Eibar Betis 1 2 X X
Bilbao Getafe 1 X 2 2
Sevilla Alavés 1 1 1 X
Ponfe Huesca X2 1 1 1
Elche Málaga X2 1 X 1
Fuenlabrada Gerona X2 X 2 2
Cádiz Zaragoza X2 1 1 X
Oviedo Albacete X2 1 X X
Racing Alcorcón X2 X 1 2
Barcelona Levante 3-1 3-1 3-1

1 columnas. 7 dobles reducidos, al 13. 12 euros

Lista provisional de Participantes 2020/2021

Bote + premios Participante Total Jugado 2017/18 Total Jugado 2018/2019 Total jugado 1-27
2019/2020
Sept -julio 20/21
(Primitiva)
0 Cascoporro 125 euros 116, 36 euros 78 euros 120 euros
0 Andrés 122 euros 89,38 euros 78 euros 73,2 euros
0 Tartesos 121 euros 111,36 euros 78 euros 76 euros
0 Charly 82 euros
0 Konstancio 86 euros 57,2 euros
0 Dave 82 euros
0 Kikova 126 euros
0 Sawalhas 122 euros 67, 36 euros
0 euros Belge 139 euros 119,36 euros 78 euros 185,4 euros
+ 22 euros Vincent 121 euros 116,36 euros 78 euros 185,4 euros
Libro Capodimonte 202 euros 119,36 euros 78 euros
Rafa/Victor 6 euros 7,5 euros
Santiago 79 euros
Rufi 28,33 euros 21 euros
Lechu 144 euros 119,36 euros 77 euros
Alfonso 188 euros 119,36 euros 77 euros
13 euros Club InLucro 22,5 euros 38,2 euros 8,5 euros
PREMIOS 155,73 euros 54,65 euros 491,77 euros

Múltiple de 7 números ( 7 euros )


CLUB INLUCRO

Primitiva.
Apuesta 1
Apuesta 2 Apuesta 3
48 40 43
10 05 10
21 11 15
22 16 16
25 23 31
31 32 36

3 apuestas sencillas de Primitiva. 3 euros para el sorteo sábado7 de marzo, a partes iguales.

Estacionalidad en el cobre.


Esta semana estaba estudiando la estacionalidad del cobre con la finalidad de buscar oportunidades de inversión de cara a un futuro próximo; para ello he tomado un histórico de 30 años. He estado estudiando una pauta que parece repetirse desde finales de diciembre hasta finales de febrero o principios de marzo. En los últimos 30 años, esa pauta ha sido mayormente positiva, en 19 ocasiones ha funcionado perfectamente fallando en otras 11.

Habiendo corroborado que la pauta realmente funciona, he buscado algún tipo de entrada, en general suelo usar mucho la superación de la media ponderada de 200 sesiones en mensual, funciona francamente bien.

En el caso que nos ocupa, se ha superado en 6 ocasiones en estos últimos treinta años, todas han sido correctas. La última de ellas es en la que estamos actualmente. Superó la media de 200 en febrero de este año, apoyándose de nuevo en mayo y junio y, en agosto saliendo al alza.

Las otras veces en las que se superó la media en mensual se obtuvieron unas reentabilidades de:

1) 82,08%

2) 50,54%

3) 30,10%

4) 260,06%

5) 184,04 %

Actualmente lleva un 25% por lo que es probable que estemos en una fase temprana. Teniendo esta superación a favor y conociendo la fase de estacionalidad de finales de diciembre hasta finales de febrero o principios de marzo, puede ser un momento muy interesante para incorporarse al cobre como inversión.

Todas estas pautas y otras de estacionalidad estarán recogidas en una agenda 2018 que pronto pondré a la venta.

Este artículo se publicó por primera vez en: http://labolsa.pro/analisis/estacionalidad/60-estacionalidad-en-el-cobre

La destrucción de empleo en Cataluña


La factura de la crisis política y social en Cataluña no es fácil de cuantificar. De hecho, constituye un verdadero reto para todos los economistas y analistas. ¿Cómo explicar y cuantificar el daño causado por el pulso de los independentistas en su loco desafío institucional? De entrada, hay que hacer un inventario de daños y diferenciar conceptos. No es lo mismo la pérdida económica que provoca la discordia social que emputece las relaciones entre amigos y familiares que el lucro cesante de las empresas afectadas en sus ventas o en el normal funcionamiento de sus negocios.

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Los polos de desarrollo y el principio de ordinalidad


Del mismo modo que el Orden radica en cambiar los objetos de sitio, la Política consiste en cambiar el nombre de los problemas.  La realidad es única pero los ojos que miran son muchos.  El político vocacional y experimentado descubre, a una temprana edad, que la realidad no se puede cambiar pero admite toda clase de maquillaje.  No puede conseguir que los elefantes alcen el vuelo pero si pueden convencer a miles de tontos  que los elefantes están volando. ¿Cómo? Es tan sencillo como llamar “ave grandes” a los paquidermos, pretextando un pasado común, y ensanchar moralmente el concepto de “vuelo” de modo que todos los seres vivos tengan “derecho” a volar.

La primera vez que oí hablar del “principio de ordinalidad” fue en el año 2000, a los pocos meses de ganar las elecciones el PP de José María Aznar. En los medios afines al nacionalismo, que son todos o casi todos, se empezó a hablar de las Balanzas Fiscales de las CCAA y del  fantasioso Principio de Ordinalidad.  El crecimiento de la economía catalana se estaba viendo lastrado por su excesiva generosidad con las regiones “pobres”.  La realidad era que todas las regiones españolas tuvieron que acometer un monstruoso y ruinoso esfuerzo fiscal para financiar los JJOO del 92 y costear la remodelación y modernización de Barcelona, pero bastaba redefinir el concepto de “balanza fiscal” y aludir a la universal aversión al pago de impuestos para hacer ver al “mundo entero” que Andalucía y Extremadura estaban abusando de Cataluña.

Las Balanzas Fiscales Científicas entre regiones muestran cómo el País Vasco y Cataluña se han beneficiado de manera unilateral del esfuerzo solidario de todos los demás españoles. A lo largo de los últimos 150 años, coincidiendo con el discurso regeneracionista de la Restauración, han ido acumulando grandes déficits que nunca han compensado ni agradecido. El resto de regiones ha suministrado, a fondo perdido, energía, agua, alimentos, ahorros, divisas, mano de obra y consumidores.  A ellos les habría correspondido, en buena lid, redistribuir  parte del dinero que ingresaban y recaudaban, pero se las ingeniaron siempre para defraudar una parte significativa de los beneficios de ser “polos de desarrollo” o cabezas tractoras.

En el año 2001, el nacionalismo catalán no se atreve a reivindicar la vieja  y connotada teoría de los Polos de Desarrollo.  España acaba de superar la fuerte recesión del periodo 92-94 y empieza a despegar. Por primera vez desde el choque petrolífero de los años 70, las  regiones más pobres de la Península están empezando a crecer ligeramente por encima de la media y a mejorar su posición relativa en el ranking de desarrollo, de la mano de la agricultura, de la construcción y del turismo interior.  Estas Comunidades Autónomas, castigadas por la emigración, empiezan a fijar población activa, como muestra la evolución del Censo entre 1996 y 2003.

El discurso de política económica que echa raíces en Cataluña en los albores del nuevo milenio trasciende a la Opinión Pública en forma de encendido debate sobre una supuesta Burbuja Inmobiliaria que drena los recursos de la Economía Productiva y lastra la capacidad exportadora. No es casualidad.  La Cuestión Inmobiliaria es, salvando las distancias, un sucedáneo de la Cuestión Agraria en el modelo de los Polos de Desarrollo.  Para los mentores catalanes del General Primo de Rivera, es el peso de la Agricultura tradicional en España, escasamente exportadora, el que impide que el Tren de la Modernidad alcance su velocidad de crucero.

Históricamente, ese andamiaje teórico se remonta en Cataluña a  la pérdida de Cuba. Según algunos economistas relevantes, la descolonización de la isla caribeña fue perjudicial para los empresarios catalanes, pero muy beneficiosa para que resto de la economía española. Es la razón por la que se propaga desde Barcelona una visión muy pesimista de la decadencia de  España en un momento de marcado crecimiento económico.  Ese “pliegue” antiespañol se prolonga hasta la actualidad.

Desde un punto de vista funcional de la Economía, es evidente que el progresivo abandono de los postulados proteccionistas en Europa y en España ha servido para impulsar los sectores comerciales, financieros e industriales en detrimento de la Economía agraria y ganadera.  Pero resulta digno de mención, o incluso de estudio, comprobar como el Sector Constructor, tanto en su vertiente de obra público como residencial,  sustituye al Sector Agrario como “malo de la película”  cada vez que la economía exportadora muestra sus carencias o atraviesa dificultades.  La Obra Pública genera Gasto y Corrupción, y la Obra Residencial impide que los recursos financieros sean “optimizados” por los probos y desinteresados Gestores de Fondos.

La trampa de esa metáfora ferroviaria no se le escape a nadie. El tren está compuesto por la locomotora, unos vagones de pasajeros ylos vagones de mercancías; forma un convoy necesariamente solidario que circula por unos raíles y no puede desviarse del rumbo marcado. Nada se parece menos a un “tren” que la actual España de las Autonomías. No se puede invocar el Principio de Ordinalidad (la locomotora tiene que ir delante de los vagones) porque no existen ni  lealtad solidaria ni rumbo fijo.  En la realidad política y económica de España, son casi siempre los vagones los que empujan la locomotora hacia adelante. Si no existiera Cataluña, los turistas seguirían viniendo a España en busca de sol, los alimentos españoles se seguirían exportando por su calidad y bajo precio, y la Función Pública seguiría invirtiendo en Infraestructuras y subvencionando empresas.

En un entorno de proteccionismo encubierto como el que origina la Crisis Subprime en 2007, al igual que ocurrió en la Crisis energética de los años 70, las economías más abiertas y volcadas a la Exportación son también las economías más vulnerables.  Entre 2001 y 2007, los medios y lobbies más afines al nacionalismo se emplearon a fondo para satanizar al Constructor del mismo modo que sus abuelos habían denostado al pequeño agricultor:  culpables de todos los males de la economía catalana.

Un estudio comparativo más fino del modelo exportador sirve para mostrar que el peso de las exportaciones en el PIB de los países del entorno es relativamente constante en el tiempo.  Un país como España bien pudo pasar del 6% al 30% a lo largo del siglo XX, conforme crecían Madrid y Barcelona, pero es francamente dudoso que vaya a superar ese listón, a pesar de multiplicar las subvenciones y ayudas encubiertas. Es más:  la Crisis Subprime sirvió para demostrar lo frágil que es el modelo, al caer la tasa de exportaciones por debajo del 20% y originar un monstruoso déficit comercial.  Ni siquiera las descaradas e injustificadas ayudas de Zapatero a Cataluña y sus empresarios entre 2006 y 2011 consiguieron evitar que su economía colapsara.

Cebar a los empresarios catalanes y vascos para que permanezcan “callados” no es un modelo económico. Cualquier sistema económico que incentive la deslealtad y el juego sucio es necesariamente contraproducente.  Si en las España de las Autonomías, que definía a Constitución en 1978,  las principales fuentes de ingresos de las regiones son el Turismo, la Industria, la Construcción, la Agricultura y los Presupuestos Generales del Estado, es harto improbable que las CCAA sin acceso al mar y con la obligación de entregar “solidariamente” sus recursos naturales pueda competir y prosperar en el mercado.  En sentido contrario, regiones que se definen a si misma como históricas, gozan de todas las fuentes de ingresos y obtienen los recursos ajenos por debajo de su coste. El desarrollo privilegiado de Cataluña y País Vasco ha provocado el subdesarrollo y despoblación de todas las regiones que conforman la España Interior.

Es muy difícil pensar que el dibujo de las distintas Autonomías se pactara en la Constitución del 78 en base a la lealtad de los nacionalistas. La propia existencia y actividad de ETA, perfectamente definida por Arzalluz, impide admitirlo.  Nació para marcar la agenda política y condicionar la política presupuestaria. Para que el nacionalismo pudiera quedarse las nueces y ahorrarse el pago de Dividendos al resto de los españoles. Ser Polo de Desarrollo en esas condiciones es un gran negocio.

(c) Belge