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La caída de Lehman Brothers


A toro pasado, se recrean en la suerte. La caída de Lehman Brothers, hace 8 años, cogió por sorpresa a casi todo el mundo. Unos estaban en la inopia y otros en la higuera.  Cuando la FED decide que la mejor estrategia es provocar la caída de Lehman Brothers en lugar de gastar fuerzas en apuntalar un edificio que se derrumba, han pasado dos años desde que la mejor analista americana, Meredith Witney, recibía amenazas de muerte por publicar que Citigroup necesitaba acometer con urgencia una ampliación de capital de 30.000 millones de dólares.  Cuando la quiebra de Lehman Brothers provoca un auténtico tsunami financiero en todas las plazas bursátiles del mundo, hace justo un año que Ben Bernanke fuerza la dimisión de Charles Prince, el todo poderoso CEO de Citigroup.

En febrero de 2007, se precipitaron los acontecimientos después de una declaración bastante pesimista de Alan Greenspan. De repente, se acaba el “chollo” del carry trade y el Yen se derrumba un 10%.  A los Gestores de Fondos de todo el planeta les entra las prisas por salirse del mercado con disimulo, y un 8 de agosto estalla “oficialmente” la Crisis Subprime cuando varios Fondos de Inversión de los mayores bancos occidentales son incapaces de hacer frente a los reembolsos.  Falta un año entero para el colapso del histórico banco de inversión americano.

Durante 13 meses, la supina ignorancia y corrupción de los periodistas y políticos que gobiernan en ese momento permite que los gestores y directivos culpables de provocar el mayor caos financiero desde los años 30 endosen la factura de la crisis a clientes y contribuyentes. Aunque la FED maniobra a gusto, la estrategia que implementa no está exenta de riesgos. ¿Qué habría pasado si hubiera fallado el corta fuegos? Nunca lo sabremos. En aquel momento, la prioridad absoluta de la Reserva Federal era salvar el sistema de pensiones de los americanos toda vez  que el cantado colapso de AIG por la crisis de los CDS provocaría la suspensión de pagos de EEUU y llevaría la nación al borde de la anarquía.

Los mismos periodistas, analistas y políticos que llevaban años sermoneando a la sociedad con el temible “riesgo moral”, durante esos 13 meses estuvieron “callados como putas” mientras los grandes bancos británicos, suizos y alemanes se dedicaban a manipular en beneficio propio el mercado interbancario. Su descaro y cinismo no fue menor que el de un BCE que miraba para otro lado mientras los gobiernos “liberales” de Alemania, Francia y Reino Unido inyectaban ingentes cantidades de dinero público en sus bancos. Las últimas referencias que se han publicado al respeto apuntaban a que Alemania pudo rescatar ilegalmente a sus entidades financieras con más de 500.000 millones de euros.  El propio Banco de Inglaterra confesó una ayuda de más de 60.000 millones de euros en el Royal Bank of Scotland.

Y a todo eso, cayó Lehman Brothers. Una gran operación bursátil, pura orfebrería financiera. Para no alargar este artículo, recomendamos la lectura de un viejo texto que Carlos Arenilla publicó oportunamente en El País, 10 minutos antes de dejar su cargo de Vicepresidente en la CNMV. No se puede superar.  http://www.elpais.com/articulo/semana/Short/selling/prestamo/valores/ignorancia/elpepueconeg/20090308elpneglse_11/Tes

La gran manipulación


Los nacionalistas han hecho de la Industria Turística su particular Coto de Caza. Tan es así que se vienen publicando en el sector las mismas cifras oficiales, año tras año, desde hace más de 5 lustros. De media, cada turista internacional se gasta en nuestro país algo más de 900 euros. No sería nada extraordinario si no fuera por un pequeño e insignificante detalle:  esas series no coinciden con los datos que publica la Comisión Europea, a través de la Oficina de Estadística Eurostat.

Cada ciudadano del Norte de la Unión Europea  viaja de media 10 días y se gasta más de 3.000 euros.  300 euros/día es un gasto razonable, que cualquier observador puede medir en sus propios desplazamientos.  Pero aquí, un año más, pues, no toman el pelo para justificar el inmenso fraude  y el creciente déficit fiscal de todo el litoral mediterráneo.  Nos hacen comulgar con la estampa de ricos europeos, con una renta y poder adquisitivo tres veces mayor que el nuestro, gastando 90 euros al día, alojamiento y desplazamiento incluido.  Tienen bula.

En los últimos años, el turismo ha crecido en España como consecuencia de la desestabilización militar de buena parte de los países mediterráneos.  Sin embargo, se sigue dando por buenas cifras de hace dos décadas.  Es materialmente imposible que se gasten le mismo dinero que hace 20 años, cuando los precios al consumo se han multiplicado por 4 y los costes del alojamiento se han disparado.  En 1987 se podía pernoctar en Madrid por 1.000 pesetas.

Hace no mucho tiempo,  el mismo periódico informaba que los técnicos de Hacienda habían detectado en el sector hostelero la utilización generalizada de un software que ayudaba a llevar una contabilidad en B con todo el rigor necesario para no tributar por los ingresos reales.  Aunque huelgan mayores demostraciones que la evidencia empírica del dinero negro que corre a raudales por aquellos lares, nunca está de más analizar los propios informes anuales de la Agencia Tributaria.  El maná del turismo brilla por su ausencia en las cuatro grandes regiones que monopolizan el mercado. 

Ingresos fiscales CCAA de Sol y Playa

Región Ingresos fiscales Habitantes
Cataluña 37.200 millones 7.500.000
Valencia 11.300 millones 5.200.000
Baleares 3.250 millones 1.000.000
Murcia 1.850 millones 1.800.000
Andalucía 11.100 millones 8.500.000
Canarias 2.350 millones 2.000.000
Totales 67.000 millones (33%) 26.000.000 (60%)

Los ingresos totales de las CCAA que copan el mercado turístico

Si se comparan las cifras de las regiones mediterráneas que monopolizan el turismo en España con las comunidades autónomas sin costa y sin turismo de sol y playa, la realidad salta a la vista.

Ingresos fiscales CCAA sin acceso al mar

Región Ingresos fiscales Habitantes
Madrid 86.500 millones 6.500.000
Castilla y León 3.700 millones 2.500.000
Castilla La Mancha 2.700 millones 2.200.000
Aragón 3.400 millones 1.300.000
Extremadura 1.300 millones 1.150.000
la Rioja 750 millones 350.000
Totales 98.000 millones (53%) 14.000.000 (30%)

Los ingresos totales de las CCAA sin costa

 

Pobreza energética


En el mapa de España, coloreado en función de la renta media disponible declarada,  resulta que el rojo carmesí  (>48.000 euros) predomina en las principales áreas urbanas y configura  pequeñas islas de riqueza en un mar de municipios azules (<12.000 euros).

Del Macizo Central hacia arriba,  los colores azules y rojos son también indicativos de las diferencias de temperatura media entre zonas urbanas cálidas e iluminadas y zonas rurales frías y oscuras.  El rojo oscuro sería referencia para 18 grados o más en pleno invierno, y el azul para termómetros por debajo de 0.

Cuando los nuevos movimientos marxistas, de cuño bastante populista o radical, hablan de “pobreza energética” se refieren exclusivamente a un catalogo de seres urbanos cuyo voto esperan captar con una retórica demagógica.  Nunca en los últimos 40 o 50 años se ha referido a aquellos ancianos de áreas montañosas que carecían de cualquier medio para afrontar los duros inviernos.

Con el crecimiento económico, y el desarrollo de infraestructuras adecuadas (casas nuevas, carreteras, canalizaciones, subvenciones, etc) se han podido baremar las necesidades de un modo objetivo.  Calentar a 18 grados una casa en la montaña leonesa o asturiana puede suponer una  factura de 2000 euros al año.  La mitad de ese dinero son gravámenes indirectos que pesan sobre los carburantes, de modo que podría decirse que el impuesto medio por habitante es de 500 euros al año.

En la parte azul del mapa, con una renta media que ronda los 5.000 euros per cápita, los ciudadanos deben pagar un impuesto de 500 euros por el derecho a calentarse en invierno. En la parte roja del mapa, urbana, con una renta media per cápita superior a los 12.000  euros, los ciudadanos gozan de una temperatura de 18 grados de un modo gratuito. No deben pagar ningún impuesto ni realizar ningún gasto.  En relación a la España Azul, la España Roja se ahorra 1.000 euros per cápita.

No deja de ser llamativo que los nuevos movimientos falangistas, marxistas, nacionalistas y populistas levanten la voz de un modo amenazante para exigir el derecho de los urbanitas a obtener gratuitamente mas grados de comodidad. Ya no se conforman con los 18 grados ambientales.  ¿Cómo se les va a privar del derecho a tener la casa a 26 grados en pleno invierno de manera totalmente gratuita? La factura irá a engordar la Deuda que luego pagarán los “tontitos” de la España Azul.

El mismo ejemplo puede reproducirse, milimétricamente, con el agua y con el derecho a la electricidad. Cualquiera puede realizar un pequeño experimento y constatar que en una Ciudad se puede leer un libro sin dificultad, de noche, sin tener que dar a un interruptor ni pagar ni un solo céntimo. Gratis total.

El problema no se le escapa ya a nadie, aunque los nuevos movimientos populistas se dediquen a generar debates confusos:  las facturas de la España Roja, rica, codiciosa e insolidaria, no las está pagando nadie y acaban engordando la Deuda de todos los españoles.