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La Estafa del Euro explicada (con un cuadro) a una turista suiza


El balance económico de la entrada de España en la Unión Monetaria cabe en un  cuadro sencillo pero elocuente. Si se acompaña con un mapa de los 155.000 km de carreteras que ya vertebraban el territorio en 1985, mucho mejor. La pregunta pertinente es: ¿a qué ha dedicado la clase política en España los impuestos recaudados en los últimos 30 años? Dependiendo del tipo de análisis que se realice, es una cantidad equivalente a un mínimo de 12 veces el PIB actual. Nada menos que 13 billones de euros. La cantidad total que hemos recibido de Bruselas, a cambio de reconvertir nuestra industria, abrir nuestras fronteras y entregar nuestro mercado a los competidores, asciende a 85.000 millones de euros.  El Coste de los interés pagados para financiar el déficit comercial de una adhesión mal negociada supera los 60.000 millones de euros.

  1981 1986 1993 2002 2008 2017
Carreteras (km) 80.000
(150.000)
85.000
(155.000)
90.000
(155.000)
130.000
(155.000)
160.000 166.000
Inversión en carreteras 2.000 MM 2100 MM 3300 MM 4.500 MM 5.000 MM 5.000 MM
PIB 35.000 MM 57.000 MM 105.000 MM 750.000 MM 1.150.000 MM 1.150,000 MM
Impuestos 10.000 MM 15.000 MM 30.000 MM 230.000 MM 420.000 MM 450.000 MM
Ingresos CEE/UE 0 0 6.800 MM 15.000 MM 11.200 MM 9.000 MM
Pagos CEE/UE 0 0 4.450 MM 6.600 MM 10.200 MM 11.000 MM
Saldo Neto Acumulado 0 0 2.350 MM 8.400 MM 1.000 MM (2.000) MM
Déficit Comercial 0 0 10.000 MM 10.000 MM 100.000 MM 25.000 MM
Coste anual Déficit Comercial 0 0 800 MM 400 MM 3.000 MM 500 MM

Una comunidad de vecinos llamada España


Mi cita favorita de Galbraith es aquella que reza que hay dos clases de economistas: los que no saben nada y los que ni siquiera saben eso. Cada debate de actualidad que se origina en el mundo lo confirma. Hace unos días, el Presidente de la Junta de Castilla y León, Vicente Herrera, postulaba su candidatura para el Premio Nacional Santo Job que aún no se ha creado. Decía, al hilo de los pronunciamientos sobre el Cupo Vasco y sobre la Quita de Deuda a la insurrecta Cataluña, que entre los vecinos de arriba, y los vecinos de abajo, los castellanos estaban bien jodidos.  No le falta razón. Que España es una comunidad de vecinos mal avenida y mal gestionada, lo venimos explicando en detalle desde hace casi dos décadas.

Desde que nuestro país entró a formar parte de la Unión Monetaria y dopó su PIB con la conversión obligatoria de la peseta,  el Gasto Público Real asciende a 600.000 millones de euros. Es la suma del Gasto Público Directo, presupuestado, y del Gasto Público Diferido, no presupuestado. Caja y Devengo Real.  Esto es así porque no se trata de fijar un Balance Contable, sino de interpretar la funcionalidad del Gasto Público. Conocer si se gasta más que lo que se ingresa es básico para establecer un diagnóstico y definir una serie de prioridades.  Si no llueve y se secan los pantanos, podemos elevar rogativas al cielo o intentar restringir el consumo de agua.

En esta Comunidad de propietarios que es España, el número absoluto de horas de uso de las infraestructuras comunes se eleva al producto que resulta de multiplicar 8760 horas por 50 millones de vecinos y visitas.  Una cifra de 438.000 millones de horas, con un coste medio cercano a 1,4 euros.

Si distinguimos tres categorías de vecinos – los de Primera, los de Segunda, y los de Tercera – y definimos un coeficiente de dispersión normal de 1,5, obtenemos que el español de Primera gasta un 50% más que uno de Segunda, que a su vez, gasta un 50% más que el ciudadano de Tercera.  De ese modo conocemos que los Vecinos de la Categoría 1 causan un gasto de 2,1 euros por hora, los de Categoría 2 gastan 1,4 euro por hora, y los de la Categoría 3,  se quedan en 0,93 euros por hora.

Pisos de Primera en la Comunidad de Vecinos hay 5: País Vasco, Navarra, Madrid, Cataluña y Baleares. Los Pisos de Segunda son 8: Canarias, Andalucía, Murcia, Valencia, Rioja, Cantabria, Asturias y Galicia.  El conjunto de los Pisos de Tercera lo constituyen Extremadura, Castilla León, Castilla La Mancha y Aragón.

Las cuentas de Gastos que el Presidente y el Secretario de la Comunidad deben presentar a los vecinos caben en un simple folio  y podrían ser estas.

Piso Vecinos Gasto
País Vasco 3.000.000 55.188 MM euros
Navarra 500.000 9.198 MM euros
Madrid 7.000.000 128.772 MM euros
Cataluña 8.500.000 156.366 MM euros
Baleares 1.300.000 23.915 MM euros
Canarias 3.000.000 36.792 MM euros
Andalucía 9.000.000 110.376 MM euros
Murcia 1.500.000 18.396 MM euros
Valencia 6.000.000 73.584 MM euros
Rioja 200.000 2.450 MM euros
Cantabria 500.000 7.350 MM euros
Asturias 1,500.000 18.360 MM euros
Galicia 2.500.000 30.600 MM euros
Extremadura 1.000.000 8.150 MM euros
Castilla León 2.000.000 16.300 MM euros
Castilla Mancha 1.500.000 12.240 MM euros
Aragón 1.000.000 8.150 MM euros

(c) Belge

 

 

La estafa del Euro explicada a un matemático


¿Se manipuló la Contabilidad Nacional en España para forzar la adhesión de nuestro país a la Unión Monetaria? La pregunta no es retórica: surge al comparar las series estadísticas que aparecen en anuarios y publicaciones académicas con las cifras macro económicos que se pueden consultar en distintas bases de datos en Internet. ¿Por qué motivo no son congruentes?  Para muestra un botón: los 82.650.263 millones de pesetas que anota Fernando Carrasco para el PIB de 1998 en su estudio sobre Consumo y Precios  pasan a ser 554.024 millones de euros (92.181.837 millones de pesetas) para la excelente web datosmacro.com.

El PIB de España se multiplica por tres desde que se implementa el Plan de estabilización de 1959 hasta 1968  (de 665.236 a 2.079.630 millones de pesetas).  Es un periodo de fuerte crecimiento, con una inflación de dos dígitos.  Entre 1969 y 1978, con mayor inflación,  el PIB se multiplica 5,42 hasta los 11.284.995 millones de pesetas.

Con la aprobación de la Constitución y los Pactos de La Moncloa, el PIB de la economía española se incrementa cada año en unos 3 billones de pesetas, hasta alcanzar los 40.158.739 millones de pesetas en 1988. Ese ritmo se incrementa de media hasta los 4 billones anuales en la siguiente década. En 1998, el PIB de España suma  los 82.650.263 millones de pesetas mencionados antes.

En 1998, se aprueba definitivamente la paridad fija con la que España entrará a formar parte de la Unión Monetaria. 166,386 pesetas por euro.  A partir de ese mismo momento, empiezan a ocurrir muchas cosas en España, tanto en el ámbito institucional como en su economía y contabilidad.  Y en 2008, la citada web reporta que el PIB de España alcanzaba 1.116.225 millones de euros (185.724.213 millones de pesetas).

Raro es, por ejemplo, que entre 1999 y 2008 España incrementara su PIB en más de 103.000.000 millones de pesetas con una inflación inferior al 3% anual, una tasa históricamente baja que no se había experimentado en España desde las primeras décadas del siglo XX.  El PIB de España se incrementa cada año en 10 billones de pesetas.  ¿Qué ocurre en 1999 en la economía española para que su crecimiento se duplique?

Raro, pero no menos que lo que ocurre en la legislatura 2008/2011.  Si entre 1998 y 2008, un 40% de crecimiento oficial logra duplicar el PIB, el colapso mundial que provoca la crisis subrime y la fuerte recesión en nuestro país solo le resta 46.000 millones de euros al PIB de España. Finaliza 2011 en unos milagrosos 1070449 millones de euros.

PIB 1898-2017

Periodo Variación del PIB a precios de mercado Incremento anual del PIB a precios mercado
2014 – 2017 3,4% + 4 billones
1898 – 1920 2,05%
1921 – 1935 2, 62%
1936 – 1950 0,52%
1951 – 1959 5,82% + 0,03 billones
1960 – 1975 6,13% + 0,3 billones
1976 – 1985 1,62% + 2 billones
1986 – 1998 3,37% + 4 billones
1999 – 2008 3,77 % + 11 billones
2008 – 2013 – 2,1% – 3 billones

Series Históricas Españolas 1898 a 1998 de Julio Alcaide Inchausti

Como se aprecia en la serie histórica de Alcaide, publicada en el año 2000, antes de la conversión al Euro, las cifras y magnitudes difieren y revelan que se produce una anomalía entre 1999 y 2008 coincidiendo con la puesta en marcha de la Unión Monetaria. Podemos entender la actualización de los precios de productos y servicios, incluidos los impuestos, pero no es posible sostener que se incrementara la masa salarial en esas mismas proporciones.

Recordemos que el PIB es el valor monetario de los bienes y servicios producidos en un país en un periodo determinado, y se puede expresar como la suma del Consumo de las Familias, el Consumo de las Administraciones, la formación neta de Capital  y la diferencia entre Exportaciones e Importaciones. Y si por algo se caracterizó el periodo 2001-2008 es por el disparatado crecimiento del déficit comercial, que llegó a restar casi 100.000 millones de euros por año.  Sube con fuerza la presión fiscal, cae el ahorro nacional y la economía española se apalanca a crédito para sostener el Gasto en euros.

En 2007 y 2008, como hemos explicado tantas veces, la suma de los impuestos que pagan las familias y empresas españolas (entre 70 y 75 billones de pesetas) compromete una proporción del 83%  del PIB consolidado a finales del siglo XX.  Esto significa que, dependiendo de como le haya ido a cada individuo en la Feria del Euro, y de la peculiar evolución de su estructura de Gastos y de Ingresos, la presión fiscal que padece puede situarse muy por encima de la media oficial.  Eso significa también que, durante ese periodo de desbarajuste contable,  el peso del Gasto Público recayó sobre una parte de la sociedad que no coincide necesariamente con aquellos estratos o regiones que se beneficiaron de un extraordinario incremento de sus ingresos recurrentes y beneficios.

Esa situación, manejada por Zapatero y sus aliados de ERC, se tradujo en un considerable incremento del Déficit Público Real, por encima del 15% del Gasto, con el objetivo nada inocente de mantener la “ilusión contable”.   Es lo que definimos en su día como proceso de transferencias encubiertas.  Entre 1999 y 2008, engordaron el PIB en cerca de 60 billones de pesetas y, a resultas de ello, una región como Cataluña, que representa el 20% PIB, pasó a recibir el 20% del Gasto Público Real, compuesto por Gasto Público Presupuestado y la Deuda Pública Diferida.  Una diferencia de hasta 600.000 millones de euros en 8 años.

El principal corolario de este análisis es que España habrá superado definitivamente la crisis provocada por la entrada en la Unión Monetaria Alemana en el año 2020, pero no sin secuelas políticas, económicas y psicológicas. La principal de ella es, sin ninguna duda,  la gran fractura social que ha originado tanta codicia y engaño mal disimulados. Tardará una generación entera en cicatrizar.

(c) Belge

Evolución de la estructura económica de población en España


La mal llamada economía capitalista, que debería definirse como economía urbana, se puede analizar como una función del crecimiento de la población de consumidores dependientes. Esto se debe, por pura lógica, a que en un entorno urbano masificado el porcentaje de la población que precisa de mediación para su supervivencia tiende al 100%. De ahí emana la imagen o concepto de ideología concentracionaria que usamos en ocasiones para definir ese modelo económico. En un entorno rural tradicional y universal, el grado de soberanía personal y colectiva determina determina un coeficiente de mediación comprendido entre 0 y 1.

No es algo obvio. La mayoría de economistas, pensadores, filósofos, políticos y militares que han reflexionado sobre estos temas, preocupados por el “atraso” de España, siempre se ha visto deslumbrada por el fuerte desarrollo de las sociedades industriales “militarizadas” del Norte de Europa. El fuerte incremento de la población, confinada en pequeños espacios urbanos, provoca cambios profundos en la manera de vivir y de pensar.

Como buen iconoclasta que no renuncia a pensar por su cuenta, entiendo que la función de crecimiento concentracionario es muy engañosa, porque un coeficiente de mediación próximo a 1 (100%) implica un cambio de naturaleza religiosa que aboca al nihilismo y a la destrucción. No es un argumento nuevo en la naturaleza: la población de ratas en un entorno favorable tiende a crecer de un modo exponencial hasta que el medio deja de ser propicio. Entonces, su población colapsa de golpe. Se desatan guerras y las madres abortan su descendencia.

La lucha competitiva de los individuos por el reparto de víveres en un metafórico Campo de Concentración no constituye un “mercado”.  Como todo el mundo sabe, “mercado” era en sus origen no metafórico un espacio en el que unos agricultores, ganaderos y artesanos soberanos venían a intercambiar sus pequeños excedentes de producción. La lucha competitiva se asemeja al reparto reglado de un botín entre los supervivientes de un ejército en campaña. En uno y otro caso, las reglas de supervivencia y la lógica “religiosa” son muy diferentes.  El pequeño productor cree en la “libertad” y confía en los beneficios de un “mercado abierto”.  El soldado o mercenario es un nihilista que busca quedarse con la mayor parte del botín y busca la destrucción del mayor número de competidores.

La actual estructura económica de las distintas regiones en España viene determinada por el crecimiento de su población. Pero, a diferencia de lo que ha ocurrido en grandes países del entorno, como Francia, Alemania y Reino Unido, en nuestro país dicha evolución no ha sido un fenómeno natural ni equilibrado. La mayoría de los analistas basan sus razonamientos en tópicos y mitos demográficos. Así, la despoblación de la España Interior no es progresiva a medida que la economía se moderniza, sino que se origina de golpe con la aprobación de las Leyes de Concentración Parcelaria. El peso conjunto del interior de la península entre 1857 y 1953, sin Madrid Capital,  varía del 39 al 38%, pero cae al 25 % en 1975 y al 20% en 2001 y al 18% en la actualidad.

En el siguiente cuadro, se aprecia mejor esa evolución.

Región 1857 1900 1920 1930 1940 1952 1965 1975 1990 2000 2017
Andalucía 18,9 18,8 19,3 19,4 20 20 18,6 16,8 17,9 18,3 18,2
Aragón 5,7 4,9 4,7 4,4 4,1 3,9 3,4 3 3 2,9 2,8
Asturias 3,4 3,4 3,6 3,5 3,3 3,2 3,1 3 2,8 2,7 2,2
Baleares 1,7 1,7 1,6 1,6 1,6 1,5 1,5 1,7 1,8 2 2,5
Canarias 1,5 1,9 2,2 2,4 2,6 2,9 3,1 3,6 3,8 4,1 4,6
Cantabria 1,4 1,5 1,6 1,5 1,5 1,4 1,4 1,3 1,3 1,3 1,2
Castilla Mancha 7,8 7,4 7,6 7,7 7,4 7,4 5,9 4,6 4,3 4,3 4,3
Castilla León 13,5 12,5 11,2 10,8 10,5 10,3 8,7 7 6,6 6,2 5,2
Cataluña 10,7 10,6 10,8 11,4 11,1 11,5 13,7 15,6 15,6 15,3 16,1
Extremadura 4,5 4,7 4,8 4,8 4,8 4,9 4 3 2,7 2,6 2,3
Galicia 11,5 11 10,7 10,3 10 9,6 8,4 7,6 7,1 6,8 5,8
Madrid 3,1 4,1 4,8 5,4 6 6,5 9,3 11,8 12,8 12,8 13,9
Murcia 2,5 3,1 3 2,7 2,8 2,7 2,5 2,4 2,7 2,8 3,2
Navarra 1,9 1,7 1,5 1,5 1,4 1,4 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3
País Vasco 2,7 3,2 3,6 3,7 3,6 3,7 4,9 5,6 5,4 5,2 4,6
Rioja 1,1 1 0,9 0,9 0,9 0,8 0,7 0,7 0,7 0,6 0,6
Valencia 8,1 8,5 8,1 8 8,4 8,2 8,6 9,2 9,9 10 10,7

De la integración social al desequilibrio territorial y presupuestario

El análisis de la realidad demográfica de España y su evolución histórica no deja lugar a dudas. Al elegir un modelo “europeo” de sociedad “militarizada”, la principal conclusión es que bajo el eufemismo de “polos de desarrollo” se esconde una ideología que promueve la desertificación del territorio.  Si al finalizar el siglo XVIII, antes de la invasión de las tropas de Napoleón, se observa una distribución de la población relativamente homogénea  en todas  las provincias, al finalizar el siglo XX se aprecia con nitidez que al menos 15 provincias han sido despobladas por debajo del 0,5% y envejecidas por encima de la media nacional.

La estructura de la población tiene una importancia fundamental en una economía en la que el peso del sector Servicios, financiado a fondo perdido desde los Presupuestos del Estado, representa hasta un 70% del PIB y del Empleo.  El ejemplo más evidente es el de la Cataluña de los años 1998 y 1999, estancada en 6 millones de habitantes, que responde al crecimiento demográfico de Madrid llegando a un acuerdo migratorio secreto con Marruecos.

Al margen del problema político específico que ha generado la polémica decisión demográfica de Jordi Pujol de dopar el censo de Cataluña con una inmigración de origen marroquí, se ha generado un monstruoso desequilibrio territorial que ha agravado el déficit de recursos existentes. La población que reside todo el año en la franja más turística del Mediterráneo supera los 20 millones de habitantes, con una población activa empleada que no alcanza los 6 millones de trabajadores.

Para sostener el negocio del Turismo, se financian y mantienen onerosas infraestructuras, se suministra agua y energía por debajo de los costes de producción, se pagan los abundantes intereses de la Deuda Pública que origina la importación de un petróleo caro, se subvenciona el empleo temporal y se consiente el fraude fiscal de los empresarios locales.  En esas circunstancias específicas, el Gasto Público por Persona Pasiva supera los 20.000 euros al año, frente a una media nacional de 14.000 euros.

El crecimiento económico de Madrid, como polo de desarrollo, no compensa los problemas sociales que provocan la pérdida de peso específico de la región castellana y el sobrepeso de una Cataluña desfigurada por el nacionalismo político más radical. Del equilibrio milenario entre las 4 o 5 grandes regiones de la Península Ibérica hemos pasado a un predominio artificial y agresivo de un área de menos de 50.000 km2. Y lejos de servir para impulsar el crecimiento económico conjunto de la nación, y crear empleo, está propiciando deflación y déficit público.