100 días le han bastado a Pablo Iglesias para hacerse con el control real de las principales cabeceras mediáticas en España. La batalla por RTVE duró muy poco y el grupo catalanista de Antena 3 Media se puso a su servicio sin un solo disparo. Escuchar y ver sus sesgados informativos es una mezcla a partes iguales de vergüenza ajena y bochorno, pero no es nada comparado con el esperpento editorial de El País. La gran cabecera de la Santa Transición, venida a menos tras fallecer Jesús Polanco y arruinada al servicio de Zapatero, ha asumido la disparatada agenda mediática de Podemos y multiplica los titulares radicales, sesgados y desenfocados. Que un Fondo Buitre de extrema derecha como Liberty , que paga las nóminas de los empleados de la calle Miguel Yuste desde marzo de 2010, esté apostando por el caos institucional que promete Podemos no es una sorpresa: es una invitación directa a la reflexión y un aviso a navegantes. ¿Qué tienen en común en esa nueva línea editorial proisraelíes y activistas radicales de la causa palestina?En su camino por batasunizar la izquierda española, el nacionalismo encontró en Zapatero al tonto útil que buscaba, y en los medios en crisis, a los muchos periodistas que necesitaba. Los periódicos habían dejado de venderse y los anunciantes, abandonado un soporte de comunicación que se había quedado obsoleto. Como reza la pequeña definición de mi cuenta en Twitter, periodismo es decirle a la gente de verdad lo que de verdad le pasa a la gente. Todo lo demás son relaciones públicas, pregones y espectáculo.El joven politólogo y activista Pablo Iglesias hizo una lectura correcta del momento político y reclutó a un ejército de agitadores en las distintas Redes Sociales. Voló por debajo del radar hasta que los reunió a todos en la Plaza de Toros de Vista Alegre. A todos esos periodistas hambrientos, jóvenes mal pagados y veteranos frustrados, les invita a asaltar el fortín de la Administración. En un país arruinado por el Euro, donde el 60% de la actividad económica depende del dinero de los Presupuestos Generales del Estado, la proclama de Podemos va más allá de un eslogan electoral; es una consigna, un programa de gobierno: asaltar las Instituciones y repartirse el botín.La Opinión Pública es la cuarta pata de la Democracia ilustrada. Encarna la Soberanía del Pueblo en esa mesa comunitaria en la que todos comen. Como Montesquieu vivió un siglo en que todos los hombres se conocían, no reparó en ella al describir y analizar la separación de potestades que garantizan un régimen de libertades. Si lo hubiera hecho, enseguida se habría dado cuenta que sin transparencia ni testigos que acrediten los hechos, lo mismo da que los grandes poderes de la sociedad se concentren en tres titulares o en una única y oscura Administración.No se trata de abrir un debate nominalista sobre la esencia de la Opinión Pública. En cada país se ha venido manifestando de manera muy diferente, en función de que la intuición directa de la Cosa Pública se asemeje mas a menos al modelo que describe Montesquieu. La Prensa informa al ciudadano que ya está informado y pone en alerta a los que no lo están. Crea alarma social. Es una función paradójica y perversa que ha convertido la noticia en espectáculo. El miedo y el terror reducen la Opinión Pública a Masa Social. Despojada de su principal atributo, la Soberanía, es un Coro que pregona anuncios de perfume y consignas marciales. George Orwell, que trabajó como propagandista para la BBC durante la II GM, es el autor que mejor ha descrito esa manipulación de la Opinión Pública al servicio de una Administración opaca devenida totalitaria y tiránica.La situación política y económica en España está descontrolada. Las fuerzas que han premeditado y organizado el largo golpe de estado de Cataluña, controlan todo el dial. Las 4 grandes cadenas privadas y las dos televisiones públicas emiten los mismos informativos sesgados y con el pretexto de dar cancha a los protagonistas de la polémica, buscan blanquear los graves delitos y crímenes que persigue la Justicia. Para disfrazar que el gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesia se están saltando las leyes y vulnerando la Constitución, tergiversan los hechos sin ningún pudor deontológico y adulteran el natural planteamiento de la información. Es un caso de manifiesta complicidad.No tiene mayor interés resaltar las contradicciones políticas y morales de quienes criticaban la Ley de Seguridad Ciudadana como neofranquista y ahora abogan por la censura pura y dura a los medios de comunicación independientes y díscolos. Una vez más, queda verificado el dicho castellano: “Prometer hasta meter, y una vez metido, nada de lo prometido”. Lo que resulta escandaloso y preocupante es la premeditación con la que actúan. Ayer vertía Carmen Calvo Poyatos veladas amenazas contra la prensa libre, y hoy han mandado a la policía a la web Moncloa.com a requisar los audios que incriminan personalmente a la Ministra Dolores Delgado. No existen precedentes en 40 años de Democracia en España.El Ejecutivo de Pedro Sánchez, contagiado de la mala praxis policial de sus socios nacionalistas, es un peligro para la Democracia en España. Demostró que estaba dispuesto a cometer toda clase de fechorías para llegar a la Moncloa, y acaba de dejar claro que está dispuesto a todo para perpetuarse en el Poder. La connivencia del Psoe y de Podemos con los partidos insurrectos, y quienes les patrocinan, es tan evidente que es imposible esquivar la pregunta directa: ¿que ganan países como EEUU y Alemania con provocar el caos en España?(c) Belge