La publicación – esperada – por parte de Hacienda de la renta de los municipios de más 1.000 habitantes ha permitido dibujar un mapa homogéneo de la riqueza real en España. No figuran los municipios vascos y navarros, con las mayores rentas per cápita.
La primera conclusión salta a la vista. Entre los pueblos de 1.000 habitantes más ricos en Madrid o Cataluña y los más pobres, en Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha y Castilla y León hay un rango medio superior al 300%.La segunda conclusión, algo menos evidente, es que los pueblos de entre 1000 y 2000 habitantes con mayor renta disponible son también aquellos en que se presentan una mayor proporción de declaraciones. En muchos municipios, por encima del 50%.La tercera conclusión – que se puede analizar en los informes de la Federación de Municipios – es que las localidades más ricas o con ingresos declarados más elevados son también aquellas que presentan los índices de desigualdad más elevados. Cosa bastante lógica, por otra parte.Lo que se desprende del análisis de la renta por municipios homogéneos, es la enorme diferencia que existe entre los entornos urbanos y rurales. Su naturaleza no es tanto cuantitativa (de 1 a 5, según los casos) sino cualitativa por cuanto la fuente primaria de los ingresos urbanos es la propia Caja del Estado. Son los PGE los que marcan la diferencia. Cuanto más se aleja el foco del análisis de los grandes núcleos urbanos privilegiados por la inversión y las nóminas públicas, más deprisa caen las rentas declaradas.
Han sido 3 las ocasiones en las que el Grupo Mediaset – líder de la televisión en España – ha tenido oportunidad para corregir sus errores. Detrás de Telecinco y de Cuatro estaban en su día los poderosos grupos Vocento y Prisa, con una legión de periodistas y colaboradores a su servicio. Pero lejos de enmendar su mala praxis profesional y organizativa, los periodistas salían ufanos a echar balones fuera con un patético comunicado en el que aludían a la “falta de medios”.El problema de este tipo de exacciones criminales es que no se producen en horario de oficina sino cuando estos magníficos profesionales se van de fin de semana. Programan una tertulia enlatada con Belen Estaban y/o Pablo Iglesias. y no dejan ni al famoso becario de guardia para dar cuenta de lo que está pasando en Paris o Niza. Y no digamos ya para explicar las claves de un complejo golpe de estado en Turquía.En el futuro los historiadores se preguntarán sin duda quién era esa poderosa Belén Esteban, para solapar 500 muertos y miles de heridos graves. Y no hallarán un respuesta fácil ni cómoda. No es verdad que un público español de marujas demande absolutamente nada a las 12 de la noche. Es una mentira podrida que cae por su peso: a esa hora las marujas y los aburridos ancianos han caído fisiológicamente de sueño. Duermen a pierna suelta.El desprecio absoluto a la información y al análisis contrastan con la feroz campaña de 4 años de esos medios manteniendo soliviantada a la ciudadanía española con una falsa preocupación por la información política. No dudaron en montar falsas tertulias de actualidad política para intentar lanzar movimientos populistas como Podemos y Ciudadanos. Con el cuento de la necesidad de informar, falsos periodistos y periodistas se han dedicado durante una legislatura a hacerles felaciones en directo a los nuevos candidatos, con el desastroso resultado institucional que todo el mundo conoce.Ahora resulta que los mismos que justifican la pornografía periodística, haciendo cosas muy feas incluso en horario infantil, renuncian “por falta de medios” a informar de unos acontecimientos que están cambiando para mal la Historia de Europa, con unas consecuencias siniestras. Los mismos que mandan a 50 informadores a lucir palmito en las playas españolas se limitan, en el mejor de los casos, a comentar las imágenes de agencia que llegan vía satélite. Obviamente, faltan medios y sobran las actuales concesiones que monopolizan el dial de la TDT.
El siglo XXI ha empezado incluso peor que el siglo XX. Se están multiplicando los atentados contra las poblaciones civiles. Buscan propagar un clima de terror e inseguridad. Las razones políticas y militares de estos crímenes importan menos que su naturaleza y su mecánica. El caldo de cultivo del terror es el nihilismo. Nadie que sienta la presencia de Dios en el mundo podrá jamás cometer esas atrocidades.Un joven profesor de religión en nuestra tierna y gamberra infancia decía que Dios es dar su vida por los demás. La mayoría de los seres humanos experimentan la sonrisa de Dios en su alma cuando nacen sus hijos, y a partir de ese momento descubren su presencia en todas partes.En sentido contrario, y por deducción lógica, Lucifer es la Razón del Odio. Los ángeles caídos, expulsados del Paraíso, son reclutados por el resentimiento y persiguen la destrucción del Oasis de Paz. No es casualidad que el lema que figura en sus estandartes de guerra sea precisamente: Dios ha muerto y ya no os puede proteger.La estructura profunda del nihilismo es el miedo germinal que nace del vacío. El temor a vagar sin rumbo por el inhóspito desierto. La Razón del Odio, instrumentada por razones políticas, económicas y militares, es la manifestación de Terror Totalitario de la soldadesca movilizada por Lucifer. En las trincheras de la Primera Guerra Mundial provocada por el Káiser Guillermo, los mandos militares procuraban que a la tropa nunca le faltará el coñac (franceses), el vodka (rusos) ni el schnapps (alemanes y austriacos). Unos pocos soldados, inmunes al alcohol, enfermaban de miedo y desarrollaban extraños cuadros clínicos. Eran fusilados sin más.La expresión Gott is tot, que acuño Hegel, y popularizó Nietzche con su célebre “Dios ha muerto. Y nosotros le hemos matado”, la podría haber plasmado Martin Luther, siglos antes. El manifiesto anticatólico, y por momentos antisemita, del teólogo disidente rechaza de plano la creencia en el Amor. El Dios de Luther no ama al Ser Humano, le exige obediencia ciega. Es un tirano que no comparte sus razones y exige sacrificios.Soren Kierkegaard desveló, como precursor del existencialismo, la perversa lógica del nihilismo. Si el ser humano no se puede comunicar directamente con Dios, corre el riesgo de volverse loco y oír las voces del Odio en el Desierto.
Nunca es tarde para la reflexión científica. En pleno mes de julio, cuando los políticos se toman sus inmerecidas vacaciones y los periodistas se quedan sin temas, un mentecato – hay que acostumbrarse a llamar las cosas por su nombre – ha desatado una tormenta en un vaso de agua. Más allá del abyecto y cobarde linchamiento de un humilde trabajador que se esfuerza por sacar adelante a su familia, se plantea una cuestión científica olvidada, pero más actual que nunca.Señala Manolo García, ex compañero del mentecato en El Último de la Fila, que “defiende absolutamente que los catalanes hablen catalán”. Es un interesante punto de vista para la reflexión científica porque los testimonios directos e inocentes (no contaminados por la política) de la postguerra en Cataluña nos recuerdan que a nadie jamás se le prohibió, impidió o afeó que hablara catalán ni en público ni en privado.Si existieran fuerzas y movimientos que exigieran, democráticamente o no, que se prohibiera el catalán y se erradicara su uso en beneficio de la nación, entonces estaría legitimado que existieran grupos y opciones políticas que reivindicaran la defensa y el derecho a usar el catalán. Pero al quedar acreditado científicamente que no existen dichas fuerzas y movimientos, la ecuación jurídica entre derecho y obligación se invierte.¿Qué significa que se invierta la ecuación jurídica? En muchas ocasiones, y siempre en entorno de libertad real, aparecen grupúsculos minoritarios que exigen DERECHOS allí donde no existen obligaciones, presentándose como víctimas de los usos y costumbres. Reclaman el Derecho a la Eutanasia aquellos mismos que sueñan con ejecutar a los “viejos” que votan otras opciones. ¿Existe documentación sobre algún ser vivo al que hayan condenado a ser inmortal? El Derecho a la Eutanasia es un imperativo disfrazado. Y no es necesario elucubrar demasiado: Los nacional socialistas alemanes lo llevaban en su avanzado programa electoral.Lo que sí ha quedado científicamente acreditado y documentado es que existe una fuerza política beligerante que exige la “defensa y uso” del catalán. Y ya se han escuchado voces de políticos socialistas desleales y felones sugiriendo que se debería extender el uso del catalán a todos los españoles. Es decir: estos movimientos políticos nada democráticos exigen que se prohíba el castellano (español en realidad) y se imponga el catalán para gozar ellos y sus familias de privilegios y prevalencias políticas.Señalar y estigmatizar a un pobre camarero español que acredita hablar varios idiomas en el desempeño de su cometido para que pierda su trabajo es un pulso a toda la sociedad española: a ustedes, todos, y a mi. No sirve mirar para otro lado, como hacían los buenos ciudadanos alemanes mientras le quemaban la tienda al vecino o le apaleaban unos hijos de puta en plena calle. No hay elección. Es una declaración de guerra en toda regla. (c) Belge
Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.
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