“El Siglo XXI nació el 19 de agosto de 1991. Recuerdo ese día por dos razones. Unos amigos estaban atrapados en Moscú y, del otro lado del cristal de la Redacción que daba a la calle, un hombre lloraba de un lado para otro completamente desconsolado. No he vuelto a ver a nadie llorar así”. Si 
La Sociedad Rota  fuera una novela, sin duda empezaría de esa manera. El protagonismo del que ha gozado España en lo que va de siglo ha sido eclipsado por la actualidad de los últimos meses. El tablero se ha movido con rapidez y su Destino se ha vuelto igual de intrascendente que el de Mozambique o Angola en África. Por lo demás, el parecido de 2021 con 1991 es asombroso. En 1991, Alemania destrozaba el Status Quo surgido de la II GM y ahora ha aprovechado la emergencia sanitaria para asentar su imperio en todo el continente. 30 años es el tiempo que ha tardado en expulsar a los británicos de la Unión Europea y mover sus hordas hasta el Mediterráneo. Es difícil saber si son los EEUU los que mueven los hilos en Europa, o si es Alemania las que mueve los hilos en América. La antipatía mutua que se profesaban Ángela Merkel y Donald Trump, finalmente funesta para este último, va más allá de lo anecdótico. Nos revela que en el corazón de la Administración Americana, el Deep State habla alemán en la intimidad. El poder institucional es siempre más luterano que calvinista.Con la dimisión y retirada estratégica de Pablo Iglesias, la Grosse Koalition allana el camino para la colonización ideológica y religiosa del Mediterráneo. No es ninguna casualidad que la Iglesia seudo católica de Alemania pretenda provocar un nuevo cisma en Roma, ni siquiera nos debe coger por sorpresa. Los primeros disparos de esta nueva guerra de religión se escucharon hace casi 20 años. La pinza estratégica entre puritanos y musulmanes radicales puede haber confundido a muchos analistas, pero también puso en alerta a unos pocos, incluso antes de que les delatara el inconfundible acento de Oxford.La Sociedad Rota es el tercer tomo de la Trilogía. Se podría haber titulado Impunidad de Masas, como lo había ideado al finalizar Inmunidad de Rebaño, porque remata la primicia sobre los orígenes de la epidemia de SARS COV 2. Pero cuando pase un tiempo, y se asiente la polvareda levantada por el movimiento de tropas, comprobaremos que la emergencia sanitaria fue una simple maniobra de distracción. La campaña de vacunación masiva, que ha incrementado un 36% la mortalidad en España,  no es una simple circunstancia: ha sido una herramienta de control social. El burka que hombres y mujeres llevan con el mismo orgullo no era una prenda del pasado. En esencia, el miedo inducido en la población ha servido para destruir el Espacio Público y amordazar a los disidentes.© Belge
Periodista. Autor de La Estafa del Euro explicada a un niño de 6 años (2018), Inmunidad de Rebaño (2020)  y La Sociedad Rota (2021).
	 
	
	 
	
	
	 
	
	
		
		
Salta la liebre cuando menos lo esperas. En 2020, han desaparecido de Internet numerosos documentos, informes, estudios, estadísticas y archivos relacionados con la investigación de la gripe aviar y del coronavirus. Algunos de ellos llevaban más de 10 años en la Red.Es el caso de la captura de pantalla que encabeza este artículo. Formaba parte de un artículo de Wikipedia sobre los primeros brotes confirmados del virus H1N1 en junio de 2009. Lo que ignorábamos aquel 20 de noviembre de 2020, y descubrimos al documentar La Sociedad Rota, el libro que completa la trilogía sobre el devenir de España, es que en junio de 2009 pasaron muchas cosas que explican lo que está ocurriendo en la actualidad. No es posible entender lo que ha ocurrido en 2020 y 2021 sin conocer aquellos acontecimientos.Lo que nos llamó la atención era la enorme coincidencia de los primeros brotes de la gripe aviar en el mundo con los del Coronavirus en febrero y marzo de 2020. Intuimos que no podía ser casualidad. En ese mapamundi ya figuraban países como Suráfrica, Egipto y Suecia.
Listado de modificaciones ad hoc del archivo original:  https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Pandemia_de_gripe_A_(H1N1)_de_2009-2010&offset=&limit=500&action=history
	 
	
	 
	
	
	 
	
	
		
		
En 1918, la vacuna de la gripe y los soldados americanos destinados en Europa fueron los dos vectores de contagio de la mala llamada Gripe Española. Sin necesidad de tener que escribir una nueva versión del Informe Pelícano, conviene remarcar la coincidencia de posibles vectores de contagio en los países más afectados por la epidemia de coronavirus, bien en sus inicios, bien en su momento actual. Las correlaciones no son causas, pero invitan a la reflexión, sugieren pistas para la investigación epidemiológica. Que una de las fundación de Bill Gates fuera capaz de simular en 2018 que una pandemia se iniciaría en la ciudad china de Wuhan es realmente asombroso, pero lo es mucho más si finalmente no empezó allí.
Vectores de contagio: tabla de coincidencias  
País Vector militar Vector epidemiológico Vector religioso Vector migratorio  
EEUU SI SI SI SI  
Canadá SI SI SI NO  
México SI SI SI NO  
Venezuela NO NO NO NO  
Colombia SI SI SI NO  
Ecuador NO NO SI NO  
Brasil SI SI SI NO  
Peru NO SI SI NO  
Chile SI NO SI NO  
Argentina NO SI SI NO  
Reino Unido SI SI SI SI  
Irlanda NO NO SI NO  
Benelux SI SI SI SI  
Escandinavia NO NO NO NO  
Rusia NO NO NO NO  
Alemania SI SI SI NO  
Austria SI SI SI NO  
Italia SI SI SI SI  
Francia NO NO SI SI  
España SI SI SI SI  
Portugal NO NO SI NO  
Suráfrica  SI SI NO SI  
China NO NO NO NO  
 
 
	 
	
	 
	
	
	 
	
	
		
		
Eutanazia es el triángulo formado por la Deflación de China, la estructura militar de EEUU y la tutela político monetaria de Alemania. Es el IV Reich. No debería coger a nadie por sorpresa, cuando una de las naciones que avaló el Plan Schuman e impulsó la creación de la CEE decidía abandonar un barco que se iba a la deriva. Aunque el verdadero acta de defunción del Proyecto Europeo lo rubrica un Tratado de Maastricht que privilegia a los países protestantes, es la quiebra fraudulenta del Espacio Schengen la que va a figurar en las necrológicas oficiales.La indisimulada alegría con la que la Canciller Ángela Merkel ha anunciado 
la creación de un pasaporte de inmunidad  no deja lugar a dudas. El salvoconducto germano permitirá a los ciudadanos puros desplazarse por Europa y tener un acceso privilegiado a la cultura, al ocio y a los servicios no esenciales. En esa Europa de velocidades variables, quedarán pendientes de solución los parias y el resto de la población que no pueda ser vacunada.Certera o no, la primera intuición suele ser la más pegajosa. Desde que China escenificó la construcción de un hospital en 10 días, crece la sensación de que nada ocurre de modo fortuito. Son demasiados los silencios autorizados, la propaganda y la censura que aderezan el relato oficial de la emergencia sanitaria.  Las 3.000 muertes por Coronavirus que contabilizó el gobierno de Pekín en enero y febrero de 2020, con gran aparato mediático, no parecen gran cosa si se comparan con el número de fallecidos en Europa y en América.15 meses después de aquello, algunas cosas que se dijeron o escribieron suenan a chiste, como las supuestas razones por las que Corea, Japón y Alemania esquivan los latigazos de la Pandemia. Sonroja recordar el nombre de todos aquellos periodistas, políticos y todólogos que se pasaban el día explicando a los corruptos latinos del Sur cómo la señora Merkel había salvado al pueblo elegido de los germanos haciendo muchos tests PCR. Son los mismos que ahora le venden al pueblo sumiso y acobardado, la imperiosa necesidad de crear un salvoconducto para poder circular por Europa. Confieso que no veo la tele y no tengo ganas de comprobar si el tal Pedro Simón, el portavoz sanitario de Iglesias y Sánchez, ha proferido la mitad de las burradas que le atribuyen en las RRSS. Pero lo cierto es que sería un maravilloso colofón para este análisis que hubiera confesado públicamente que él y los demás títeres del gobierno secuestraron al pueblo español porque no sabían qué otra cosa podían hacer. © Belge
	 
	
	 
	
		Navegación de entradas 
		
	 
			 
	 
		
Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.