Coronabichos

El exilio del Rey

La envidia va flaca y amarilla porque muerde y no come. Lo dejó escrito Quevedo, el español que mejor conocía a sus contemporáneos, y mucho antes, el genial Gonzalo Fernández de Córdoba. En el Comunicado de la Casa Real, en el que el Rey Juan Carlos anuncia su exilio, lo único que echo de menos es una alusión al continuo repicar de campanas de su reinado.

Ya fueran frailes rezando a Dios en sus monasterios o menas gritando consignas marxistas desde sus minaretes mediáticos, nada cambia en España. Me lo decía mi amigo Nicolás, en Bruselas, cuando le conté que me venía a Madrid. “No te equivoques, David: Bélgica es una nación joven que aún puede evolucionar, pero España es una vieja sociedad que ya no va a cambiar”.

Las cuentas del reino que le piden a Juan Carlos de Borbón por 40 años de paz son la mejor coartada para abandonar con discreción un barco que se hunde. Lo que colmaría la santa paciencia del mismísimo Gran Capitán es tener que presenciar en silencio el sentido homenaje que villanos y cortesanos le rinden a asesinos etarras, golpistas y ladrones de la burguesía catalana.

Más de la mitad de los 36 millones de españoles que quedan por estos lares emigraría mañana mismo a Suiza si fuera tan fácil como firmar el contrato de permanencia de un Smartphone. Por la presente, Pepito Fulano se compromete a residir y tributar los próximos tres años en Zurich o Ginebra, cumpliendo las leyes y respetando los usos y costumbres. Y digo Suiza por ser lo más parecido a una condena y su penitencia.

La Prensa Internacional no se ha dejado engañar por la propaganda del gobierno español. Es unánime en interpretar la salida del monarca como una huida. El Rey que nació en el exilio se dispone a vivir sus últimos años fuera de España. La mala noticia, que confirma los análisis más sombríos, es que delata el verdadero estado de la economía española y la probable duración del régimen totalitario actual. Con su salida intenta retrasar la Reforma de la Constitución, pero es muy consciente que los títeres marxistas que asaltaron La Moncloa han venido para quedarse.

No hace falta un Doctorado en Ciencias Políticas ni una bola de cristal para vaticinar que el gobierno nacional socialista de Pedro Sánchez va a pretextar el exilio del Rey Juan Carlos para organizar un referéndum ilegal sobre la Monarquía e intentar dinamitar la Constitución del 78. Vienen trabajando ese escenario desde 2015. Muy mal ha de estar el tablero en España para que, a pesar de ello, el Rey interprete que el exilio es el mal menor. De paso, se ahorra el escarnio de ver a los españoles aclamar con fervor a Arnaldo Otegi y pasear bajo palio a Jordi Puyol y Oriol Junqueras.

© Belge
Periodista. Autor de Inmunidad de rebaño. Ed. Inlucro.org

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