La Generación Botellón

La flecha del Destino. En su origen, un palabro griego heredado del sanscrito, histano, se refiere al blanco en el que se hace puntería, a lo lejos. Es una metáfora poco elaborada, que se presta a ser abusada. La flecha ya busca su diana cuando empieza a brotar. Puestos a elegir un desvarío germano, me quedo con el afilado Puñal toledano de Borges, que soñaba su sencillo sueño de tigre.

La Generación Botellón es un cuchillo de cocina embotado. De usar y tirar, por 1 euro en el bazar chino de la esquina. Bien sabe el marxista Pablo Iglesias la naturaleza de sus sueños cuando les pide que se alcen como lanzas contra el Cielo. Pero sus metáforas culinarias les traicionan: no van más allá del cajón del pan. Se ven descorchando botellas todas las noches, sedientos de bacanales, pero su Destino es pequeño y retorcidos como un sacacorchos. Incluso cuando gritan a coro contra la “Generación Tapón” su protesta sabe a garrafón y suena etílica. Soñaban con destapar el Jarrón de las Esencias, sin caso de las advertencias.

El millenial nacido en España no cree en la palabra nación.Socializado por imperativo legal, es gregario por debilidad; nada solidario. Desde que los publicistas franceses lo acuñaron para la campaña de Mitterand, sabemos que “generación” es un sucedáneo de nación, con regusto a élite urbana. Le han hecho creer desde niño que forma parte de esa Comunidad de Elegidos que trasciende las demarcaciones administrativas. La “nación” es un lastre que le impide ascender como un globo aeroestático y aprovechar las térmicas sociales para elevarse por encima de la masa de los rivales.

Generación Tapón han sido más de 1 millón de prejubilaciones tempranas con cargo a la Seguridad Social y 1,2 millones de parados mayores de 50 años. Para que la Generación Botellón tuviera empleo aquí en lugar de emigrar, la gestión de la crisis del 2007 provocada por el Psoe de Zapatero consistió en mandar a sus casas a 2 millones de españoles nacidos en los años del Baby Boom. Dentro de un lustro, serán culpables de la quiebra del sistema de pensiones.

El Asalto a los Cielos, pregonado en Vistalegre como respuesta a la crisis económica e institucional, era un Pronunciamiento en toda regla.El plan estratégico ideado por Pablo Iglesias era sencillo: unirse para okupar la Administrocracia. Del 19 de octubre de 2014 al 28 de abril  de 2019 solo han tardado 54 meses en conseguirlo. El mérito, surgido de la Ilustración, ha sido derrotado por el clientelismo. 500.000 millones de euros de Gasto Público discrecional dan para comprar muchas lealtades.

El Espacio Público Totalitario de la próxima década se va a caracterizar por el puritanismo moral, la corrupción económica y la falta de libertad política. La Generación Botellón se dispone a malvender y malversar todas las parcelas de Soberanía nacional  Ya han empezado. Con bastante sigilo, han dado permiso a EEUU para desplegar más tropas en Rota que las autorizadas por los Convenios firmados. No se necesita una bola de cristal para conocer que el legado político de esa Generación de españoles será la Secesión de Cataluña como región española, no sin antes haber debilitado al conjunto del territorio.

© Belge
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