Año cero. Día 26. Los Últimos Días del Edén


La primera vez que me engañes, la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía. Y como nunca hay dos sin tres, la culpa es casi siempre de los dos. El refrán árabe es certero, nada lo invalida. Los socialistas sin cargo que andan renegando del PSOE, como el que se pone de perfil, han tenido no una, sino cinco oportunidades para no dejarse embaucar por Pedro Sánchez.

El Congreso, convertido en un siniestro circo, pone fin a una época de paz que ha durado toda una vida y entierra el Proyecto Europeo de Robert Schumann. El Partido del Odio ha derrotado al Partido del Amor y ya se oye a lo lejos el rumor de los bulldozer arrasando el bosque. Son los últimos días del Edén.

Alemania sembró la semilla de la Codicia puritana y ha esperado a que todo fuera cizaña, rasguños y sarpullido para derrotar a los pacientes jardineros del Amor, uno tras otro. “Denme tres buenas razones para seguir en Egipto” pidió Moisés, y el pueblo elegido echó a andar sin mirar atrás. Algunos pueblos entienden que la justicia tutelada no es justicia.

El amparo que la Unión Europea ofrece a los Golpistas catalanes es tan obsceno y humillante que nos debería conducir como nación a romper la baraja. La afrenta es tal que la respuesta política la debería encabezar el pueblo llano. La Historia se repite, dos siglos después, solo que los Hijos de San Louis que ocupan el país y depredan las instituciones son muchos más y las élites corruptas no saben si le deben pleitesía al gabacho venido a menos o al luterano uniformado.

Bien sabía Pablo Iglesias, cuando prometía asaltar el cielo, que al Partido del Odio, nunca le faltarían militantes. Toda una generación ha sido adoctrinada en el puritanismo y alimentada, por vía intravenosa, con los tópicos del marxismo ordinario. Cada día que pasa, son más los que se enfundan el uniforme.. Pero no sirve lamentar nada, ni llorar sobre la leche derramada. Toca reagruparse en el Bosque de Sherwood para resistir el empujón y recordar que una vez fuimos los afortunados testigos de Camelot.

© Belge

Año cero. Día 26. Carbón


Gonorrea, Clamidia y Sífilis. Las tres Reinas Magras de Tailandia vienen de camino, con sus camellos. Traen carbón como para abastecer una central térmica. Nadie se va a quedar sin regalo en 2020. Cortesía de la Unión Europea. Siempre hace ilusión, aunque el niño ya sabe que papá y mamá ejercen de reinonas en el Tribunal Supremo y en la Abogacía del Estado.

La jugada de salida ten presente, que es lo primero que se le olvida a la gente. Por más que la peste a premeditación y prevaricación lo envuelve todo desde hace un lustro, espesa y tóxica, el iluso votante y el periodista servil fingen no haber observado nada de la manifiesta coordinación de todas las partes implicadas en la Conjura del 1 de junio de 2018.

El juez Pablo Llarena hizo fracasar la Fórmula Ruiz-Mateos. La fuga consentida de Carlos Puigdemont buscaba una extradición tutelada con la que acotar la Sentencia del Tribunal Supremo. Una simple condena por malversación. Al retirar la orden de detención por Rebelión, el esfuerzo del PSOE y de PODEMOS por blanquear a los golpistas del 1-0 se volvió más obsceno y contradictorio.

La estrategia de los conjurados era previsible y la hemos contado en detalle. La repetición de las elecciones el pasado 10 de Noviembre vino determinada exclusivamente por el calendario judicial, a la espera de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea pretextara una discreta puerta trasera para excarcelar a Oriol Junqueras.

El PSOE de Pablo Iglesias, Zapatero y Pedro Sánchez está a partir piñones con todos sus cómplices. Ya ha indultado a Jordi Pujol y a toda su prole, y ahora se dispone a perpetrar la nulidad de la Sentencia del Tribunal Supremo con la ayuda de la Abogacía del Estado. Como regalo, y prueba de lealtad, ya le han filtrado a Oriol Junqueras el informe favorable a su excarcelación.

La investidura de un gobierno marxista y totalitario el domingo 5 enero, bajo el paraguas de Alemania, conlleva una carga de humillación pública que no se le puede escapar a ningún observador de la Cosa patria. Es un Pronunciamiento cargado de odio. No augura nada bueno.

© Belge

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.