El Reino del Kongo (III)


Es difícil imaginar el reto que supone la gestión de una finca privada tan vasta como el continente europeo. De menos a más, la compleja administración de la propia casa, de una comunidad de vecinos o de una pequeña empresa, ya invita a la reflexión. Entre 1885 y 1906, el Rey Leopoldo II intenta crear el embrión de una administración desde la más absoluta nada, en una sociedad que no usa dinero para sus intercambios. Produce sudores fríos solo de pensarlo.

El terror no es una circunstancia política, es una pauta económica fundamental. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre el número de víctimas, entre 10y 15 millones de personas, pero sí sobre la causa del genocidio: la explotación del caucho. Es un rango similar al que dejó, en Ucrania, la colectivización forzosa del campo, y al de los 43.000 campos de trabajo que los alemanes construyeron en el Este de Europa entre 1940 y 1945. Las poblaciones asesinadas y atemorizadas huyen de sus casas y son hacinadas en arrabales de ciudades y campos de refugiados sin infraestructuras.

La pauta se repite idéntica, una y otra vez, en África, en Asia, en América Latina. Las milicias y los mercenarios pagados por la Industria siembran el terror entre los campesinos y provocan desplazamientos masivos hacia las ciudades. La desertificación del mundo rural y empobrecimiento de la dieta tradicional desploman la natalidad y aceleran el envejecimiento de la población. En el Congo de Leopoldo II, se pudo observar ese fenómeno, por primera vez y con total nitidez.

Otro rasgo propio del paradigma marxista y nacional socialista alemán, que ya se aprecia en el Congo, es su obsesión por controlar y manipular la composición étnica de la sociedad y limitar sus movimientos. Ingeniería social, avant la lettre. Como no existían clase obrera oprimida, burguesía explotadora ni malvados usureros judíos, se inventaron tribus características y se trajeron inmigrantes de otras regiones de África para trabajar en las minas de cobre y diamantes.

La tarea era ciclópea y en 1908, un Leopoldo II exhausto y moribundo le endosaba la gestión de su propiedad al Parlamento Belga. El Estado Libre del Congo pasaba a ser oficialmente el Congo Belga, con una nueva política colonial muy similar a la de Sudáfrica: los blancos con los blancos y los negros con los negros.

(c) Belge

El Reino del Kongo (II)


La colonización tardía del Congo fue el preámbulo del siglo XXI. Por resumir: los sueños de la razón positivista y de la globalización comercial producen monstruos. La locura nihilista que se deriva del Idealismo Alemán lleva dos siglos causando estragos en todo el planeta. La taxonomía tribalista que ha desolado Europa y África, con barniz de ciencia etnográfica, no es sino la enésima mutación del rancio feudalismo germano. Nos engañaron a todos con la historia de las naciones y pueblos europeos y nos han tomado el pelo con el cuento de las tribus africanas. Con las mismas coartadas científicas, los mismos embustes culturales y las mismas finalidades políticas.

Fue algo realmente fortuito.Fue el azar y no la necesidad el que impulsó a Leopoldo II de Sajonia-Coburgo-Gotha a inventar una nueva fórmula de colonización. Bélgica, un estado tampón creado para separar a católicos y protestantes de Francia y Alemania, era demasiado insignificante para aspirar a nada en el nuevo reparto colonial de los territorios del ancho mundo. Berlín, la capital del Reich, llegaba tarde a la fiesta y no sabía muy bien cómo romper la baraja. Leopoldo II era hijo de Leopoldo, un ambicioso y calculador príncipe alemán al que Francia había vetado en España. Tras quedar apartado del trono Inglés por la muerte de su vástago y de su esposa, y rechazar el de Grecia, había acabado por aceptar ser el Rey de los Belgas. Y de alguna manera extraña, todas las grandes cancillerías de la época debieron considerar que quedaban en deuda con aquel providencial aliado.

Con el pretexto de cartografiar el río Congo, Leopoldo II había financiado a fondo perdido al explorador Morton Stanley y otros  aventureros. Lo que tenía en mente era brillante:  una buena excusa para poder llegar al reparto de África en la Conferencia de Berlín con una propuesta ingeniosa. ¿Porque no crear en el corazón de África un gigantesco territorio a imagen y semejanza de Bélgica en Europa? ¿Un territorio neutral en el que el libre comercio estaría asegurado para todas las partes? Leopoldo II se ofrecía como garante y avalista del acuerdo. Así nació, con la bendición de la Alemania de Bismark, el Estado Libre del Congo. Era un No Estado: una finca privada de unos 15 millones de km2, administrada desde Bruselas.

(sigue)

La Quiniela de Inlucro


Semana con pocos fijos claros, a priori.  En la confección del boleto, han dejado fuera al Sevilla y al Atlético de Madrid, dos aspirantes a liderar la tabla en la primera vuelta.  Con menos de tres fijos claros (75%), acertar una quiniela se convierte en más azaroso ….o más caro.  A tenor de eso,   mejor reservar la pólvora para jornadas más interesantes.

La Quiniela de la Semana

Partidos Pronóstico Pronóstico Pronóstico Resultado
Granada Español X 1 2 1
Real – Atlético 1 X X 1
Mallorca Valladolid X 1 2 2
Valencia Celta 1 1 X 1
Leganés Sociedad X2 1 1 1
Eibar Betis 1 2 X X
Bilbao Getafe 1 X 2 2
Sevilla Alavés 1 1 1 X
Ponfe Huesca X2 1 1 1
Elche Málaga X2 1 X 1
Fuenlabrada Gerona X2 X 2 2
Cádiz Zaragoza X2 1 1 X
Oviedo Albacete X2 1 X X
Racing Alcorcón X2 X 1 2
Barcelona Levante 3-1 3-1 3-1

1 columnas. 7 dobles reducidos, al 13. 12 euros

Lista provisional de Participantes 2020/2021

Bote + premios Participante Total Jugado 2017/18 Total Jugado 2018/2019 Total jugado 1-27
2019/2020
Sept -julio 20/21
(Primitiva)
0 Cascoporro 125 euros 116, 36 euros 78 euros 120 euros
0 Andrés 122 euros 89,38 euros 78 euros 73,2 euros
0 Tartesos 121 euros 111,36 euros 78 euros 76 euros
0 Charly 82 euros
0 Konstancio 86 euros 57,2 euros
0 Dave 82 euros
0 Kikova 126 euros
0 Sawalhas 122 euros 67, 36 euros
0 euros Belge 139 euros 119,36 euros 78 euros 185,4 euros
+ 22 euros Vincent 121 euros 116,36 euros 78 euros 185,4 euros
Libro Capodimonte 202 euros 119,36 euros 78 euros
Rafa/Victor 6 euros 7,5 euros
Santiago 79 euros
Rufi 28,33 euros 21 euros
Lechu 144 euros 119,36 euros 77 euros
Alfonso 188 euros 119,36 euros 77 euros
13 euros Club InLucro 22,5 euros 38,2 euros 8,5 euros
PREMIOS 155,73 euros 54,65 euros 491,77 euros

Múltiple de 7 números ( 7 euros )


El Reino del Kongo (I)


Ya sea por razones fisiológicas, por sesgo cognitivo o pereza ideológica, suele ocurrir que lo evidente es lo último que se ve. Un buen libro cumple su función cuando descubre al profano la lógica oculta de las cosas que pasan. Congo lo es. Desde la primera página, es un bofetón de realidad con la mano abierta. El tono elegido para el relato es idóneo.

Empezaré por una anécdota extraña. Cuenta David Van Reibrouck que el invento de un humilde veterinario escocés salvó a Leopoldo II de la quiebra más absoluta. Un golpe de fortuna extraordinario. El libre comercio había arruinado a Leopoldo II, al convertirlo en propietario de un territorio tan vasto como el continente europeo del que no conseguía extraer ninguna renta. El neumático de Dunlop revolucionaba toda la Industria, convertía el Estado Libre del Congo en el primer exportador mundial de caucho y al monarca belga de origen alemán en el hombre más rico de la Vía Láctea.

La extracción del preciado latex de las lianas de caucho devino una despiadada servidumbre, una manera de pagar impuestos al Rey de los Belgas. Los habitantes del inmenso Reino del Kongo fueron reducidos, de facto, a la esclavitud. Los funcionarios y empleados del Monarca iban a comisión en el lucrativo negocio y no dudaban en emplear la fuerza y la violencia para incrementar la producción. En lugar de incentivos, los nativos recibían balazos. Locura y terror en el corazón de las tinieblas.

Los mercenarios locales, armados por Leopoldo II, disparaban con pólvora del Rey. Para evitar los abusos, y que se dedicaran a la caza furtiva para alimentar a sus propias familias, los funcionarios belgas les obligaban a justificar cada bala que disparaban. De ese modo nació la curiosa costumbre de amputar la mano derecha a los recolectores de caucho a los que asesinaban por no cumplir con la producción de latex asignada.

La globalización y la revolución industrial empezaron, como se ve, de un modo absurdo. El libre comercio en esa región de África Central provocó un genocidio y una catástrofe humanitaria sin precedentes, cuyas consecuencias se prolongan hasta hoy. A tientas, y sin proponérselo realmente, Leopoldo II de Sajonia-Coburgo-Gotha había inventado una nueva forma de colonización.

© Belge

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.