¡Cuidado con lo que deseas! La multinacional americana de carne picada, Burger King, se ha apuntado al Swedish Think Tank Timbro de la República Luterana de Ikea. Estas empresas, sean disruptivas o clásicas, ya no necesitan maquillar su ideología. Acaba de publicar en algunos periódicos una falsa oferta de trabajo, polémica y previsible, como probable vector de una campaña de publicidad en las Redes Sociales. Con el pretexto de cuestionar algunos conceptos laborales, juegan con los miedos sociales de una sociedad católica uberizada. El mensaje es transparente, más allá de cualquier finta retórica o estrategia de disimulo. Por muy poco dinero, ponemos a tu servicio lo mejor de la sociedad. Toda esa gente estirada, que te miraba por encima del hombro en la universidad, llama a tu puerta con una gorra ridícula y espera que le des una propina. No forman parte del pueblo elegido por el Dios de Ikea.Comer de pie, al lado de una farola o en el banco de un parque, no es alimentarse. Comer es compartir alimentos y conversación en una mesa. Incluso los cerdos estabulados, cebados con piensos compuestos, comparten pesebre y gruñidos. La vista de miles de ejecutivos en Manhattan, guardando cola delante de camiones de reparto para comerse un sándwich de mantequilla, es descorazonadora. Somos lo que comemos y cómo lo comemos, pero también lo que no comemos. Aún recuerdo la magnífica explicación que un guía, vestido con sotana y alzacuellos, le brindaba en plena calle a un grupo de turistas israelíes. Es fácil cambiar de país, de lengua, de ropa y fingir toda clase de credos, pero muy difícil modificar nuestros gustos, ritos culinarios y hábitos alimenticios.La vaca lechera ha sustituido al cerdo de Franklin como Tótem del capitalismo urbano: ya no importa el ahorro en unas economías donde el capital disruptivo lo suministran abundantes los Bancos Centrales, pero si esas extensiones desiertas y vastas praderas septentrionales. El cerdo y la cabra mediterráneos salvaguardaron durante miles de años la soberanía del ser humano frente a la naturaleza salvaje y le ayudaron a sobrevivir en terrenos inhóspitos. La ganadería bovina extensiva es la gran coartada económica para implementar la ideología de la limpieza étnica. Los espacios y reductos pequeños deben ser mecanizados: el ser humano estorba.Burguer King perjudica tano o más al cambio climático que el automóvil y la combustión del carbón. Los rumiantes producen más gases de efecto invernadero que cualquier otra industria humana. Con dos agravantes: un porcentaje monstruosamente alto de la carne picada que comercializa acaba en contenedores de basura, y en ninguna otra época humana ha sido normal o frecuente la ingesta de carne de vaca. Dicho de otro modo: cebar ganado bovino extensivo y estabulado para alimentar grandes masas de urbanitas que se creen ecologistas es un auténtico disparate económico y una monstruosidad cultural; son a la gastronomía lo que el nihilismo germano es a la política y a la religión.(c) Belge