Por ventura y política unanimidad, los jueces del Tribunal Supremo se disponen a ratificar la filtración de la Sentencia del 1-O a la Prensa. A Oriol Junqueras y a sus secuaces del Lobby catalán, les caen 2 años de pena preventiva por Delito de Sedación y malversación del FLA. Con carácter retroactivo y preelectoral. Lo mismo que decía el juez de paz de aquella aldea germana cuyo nombre no es preciso recordar.

La condena por Sedación del Golpe de Estado contra Rajoy supone un antes y un después en la Historia de España. A partir de ahora, Histeria de España. Recuerda Arcadi Espada, con dulce ironía, las veces que el Supremo se ha alineado con las tesis marxistas del Gobierno Disfuncional del Psoe de Sánchez, pero olvida sus reiteradas ocurrencias sobre la nulidad de las cláusulas suelos y la reciente sentencia que obliga a las entidades financieras a pagar todos los gastos de las hipotecas. Es más: obvia lo que significan esas escaramuzas jurídicas venturosas y unánimes si los jueces blanquean la DUI y absuelven de factos a quienes la protagonizaron.

El Tribunal Supremo ratifica, por unanimidad, las filtraciones, justo a tiempo para que la Canciller Ángela Merkel le pueda mandar la cabeza de Puigdemont a Pedro Sánchez como regalo de Halloween. Trick or treating. El PSOE es el partido que más se parece a Alemania y Alemania al PSOE.

El delito de sedación implica que los 5 cabecillas de la Gurtel que fueron condenados para desencadenar la Moción de Censura suman más años de cárcel que los 12 apóstoles de catalanismo juzgado por el Tribunal Supremo. 202 años de trullo por financiación ilegal y malversación y menos de 100 años en Lledoners por premeditar, organizar y financiar un Golpe de Estado. La malversación y la financiación ilegal de los partidos del Lobby catalán, como el valor en la mili, se presuponen.

Lo que evidencia la condena por delito de sedación es de lo que adolecen las anteriores sentencias. Algo así como: Que nos digan los jueces de que presumen, y les diremos de que carecen. Dignidad personal, capacidad profesional, independencia política y sentido de la Historia.

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