Año cero. Día 22. El Día de la Bestia

O yo o el caos, gritaba Pedro Sánchez. El mítico dibujo de Hermano Lobo explica mejor que un tratado la respuesta del pueblo soberano al órdago del histrión. Resultados al margen, España es hoy un régimen marxista ingobernable. Es el Día de la Bestia. Solo hay dos salidas posibles y las tres conducen al caos.

Los dados están marcados. Los pactos de Tinell que nos trajo la Unión Monetaria han dejado al Centro Derecha fuera de juego. El PP es un apestado en no menos de 10 circunscripciones electorales, y sale completamente lastrado en otras 10. Esos 15 millones de votantes, que pastorean a pachas marxistas y nacionalistas, pesan como una hipoteca a final de mes.

Con el 43% de los sufragios y 10.400.000 votos, la Derecha política suma 152 escaños; con el 42,40% de los votos y 10.250.000 papeletas, la Izquierda marxista suma 158 escaños. Con el 11,5%, 2.700.000 de votos y 40 escaños , el lobby nacionalista empata y desempata el protectorado a su antojo. Cuando le conviene que el PP haga reformas impopulares o necesita que saque al país de la crisis, manda que sus huestes se abstengan; cuando quiere meter la mano en la Caja, toca a rebato y pasan cosas.

Malo es que gobiernen juntos Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y proclamen la República Marxista de Chávez al borde del Manzanares, y muy malo tirando a catástrofe que se pongan de acuerdo el PSOE y el PP para salvarle la cara a una UE germana y puritana que ha arruinado a las clases medias de la Europa del Sur mediterráneo. Para el Centro Derecha en España sería tanto como inmolarse que la élite económica y social tenga tiempo de ponerse a salvo. Queda la peor opción de todas, y volver a convocar unas elecciones inútiles después del atracón navideño.

Me pidieron una conclusión para La Estafa del Euro explicada a un niño de 6 años. En principio, no tenía pensado adornar mi humilde ensayo con ninguna clase de epílogo ni vaticinio. Creía que el subtítulo del libro (De la reunificación alemana a la secesión de Cataluña) era suficientemente explícito. Además, la esperanza es lo último que se pierde. Pero me puse a ello, motivado por las circunstancias que se iban a precipitar. Los lectores deben agradecerle a mi amiga Mónica Nombela que insistiera. Si aspirase a algún tipo de reconocimiento, diría que fue un auténtico “tour de force” condensar y desvelar en pocas páginas un análisis profético tan complejo.

Debo confesar que espero con impaciencia la publicación de las Memorias políticas de Mariano Rajoy, anunciadas para el día 3 de diciembre. Y con temor. Sería natural que el ex Jefe de Gobierno intente justificar sus decisiones y defenderse de las críticas. Le reprochan que no dimitiera y posibilitara algún tipo de gobierno alternativo, y no valoran la pronta resurrección del Partido Popular. Si finalmente, España logra el milagro de esquivar la peligrosa crisis constitucional que el Lobby nacionalista intenta precipitar, nadie le reconocerá ningún mérito.

© Belge
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