Victor D’hondt ideó un sistema que permite resolver de manera sencilla los problemas de asignación de votos en un contexto de democracia representativa, pero que no resuelve ni los problemas de organización territorial ni los conflictos étnicos y lingüísticos.Desde algunos ámbitos políticos, que nunca han tenido en gran estima la verdadera representación democrático del pueblo, insisten en confundir a la Opinión Pública con la idea peregrina que un sistema de Circunscripción Única, que no existe en ningún país del mundo ni en ninguna institución humana, es mejor que el reparto por territorios más o menos homogéneos.El ideal de Circunscripción Única, en la que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, las mismas obligaciones, los mismos intereses y un escrupuloso respeto por el Fair Play democrático, plantea más problemas concretos que los que resuelve.En España, con un Censo de casi 37 millones de votantes se necesitarían 106.000 votos para obtener un escaño. En provincias con menos de 350.000, y 3 o 4 fuerzas políticas en liza, existe una alta probabilidad que los ciudadanos no estuvieran representados en el Congreso. En otras muchas provincias, todos los españoles estarían representados por 1 o 2 diputados, con independencia de su color político. La voz del 60% del territorio y del 30% de la población no se escucharía nunca en el Congreso.La paradoja de la Circunscripción Única es que con el pretexto de sobreponderar la representación de un partido marxista que reniega en su filosofía político de la democracia representativa, le negamos la representación a 15 millones de españoles que mantienen con su trabajo y recursos 300.000 km2. Nos quieren hacer creer que los simpatizantes de IU en Albacete o Zamora estarían perfectamente representados por los diputados comunistas de Vallecas, Biskaia y Girona, que los militantes urbanos del PSC que apoyan a Ada Colau trabajarán con absoluta lealtad para defender los intereses rurales de burgaleses y cacereños.Curiosamente, los que más pesados se ponen con la Circunscripción Única son los mismos partidos que defienden el derecho de vascos y catalanes a hacer de su capa un sayo por razones “históricas”, “territoriales” y “lingüísticas”. Defienden contra toda lógica el despropósito de los conciertos fiscales y a renglón seguido nos hablan de lo perverso que es un Sistema D’hondt que obliga a IU a conseguir 15 o 16.000 votos en algunas provincias para obtener el tercer diputado en disputa.El 26 J asigna 3 diputados “estructurales” por provincia y el resto en proporción a los votos. Es decir: el sistema español sobrepondera el voto de las ciudades más pobladas en detrimento del territorio y de la inteligencia política del momento. No es faltar a la verdad explicar que los urbanitas viven en una “burbuja” mental que les impide analizar el mundo en el que viven. Reaccionan a estímulos mecánicos.Con los datos de las encuestas, y el veredicto del 20-D en la retina, el resultado del 26 J es bastante predecible. Al PP le va a costar incrementar su número de escaños hasta 130 a pesar de recuperar más de 1 millón de votos. Con un 32/33% conseguirá 65 diputados “proporcionales” y entre 60/65 escaños “estructurales” en las 52 provincias. Y aunque el PSOE puede perder de 10 a 15 escaños tras el acuerdo entre Podemos e IU, el gran damnificado será inevitablemente Ciudadanos. Si consigue de 20 a 25 escaños, proporcionales, podrán celebrar el recuento con Cava.Huelga decir que el gran beneficiado por el Sistema D’hondt el 26-J será precisamente IU. Con la excusa de anular el voto del Centro Derecha en España, pueden sumar hasta 20 escaños más a costa de Cs, de ERC, del Psoe y hasta del propio PP.(c) Belge