Lo que realmente importa…


La principal enseñanza que nos deja un tiempo de epidemias, propaganda y guerras, es que importa elegir un buen colchón. Dormidos, nos pasaremos 300.000 horas soñando, y descansados, amaneceremos con necesidad de sonreír y darle cuerda a nuestro cuerpo. 500.000 horas de luz dan para caminar un largo trecho. El mono se hizo humano cuando se levantó para andar erguido y aprendió a coger las cosas con las manos. Lo demás son circunstancias menores de la existencia. El análisis cuantitativo de lo que llamamos tiempo despeja cualquier duda.

Una comunidad animal es una población de individuos que sueña de la misma manera. El lazo que les une son las mismas palabras, imágenes, sensaciones y emociones que no recuerdan al despertar. El trabajo de sobrevivir les divide y enfrenta, por más que los puritanos nos quieran cantar la milonga de las trincheras. La solidaridad entre soldados o compañeros de trabajo duran lo que duran las borracheras y dejan malas resacas. El puritanismo es un sucedáneo de religión para esclavos estabulados. Divide y reinarás sobre la servidumbre.

¿Qué vida útil puede tener un animal de carga? ¿50.000 horas? Algunas coincidencias resultan asombrosas. Una buena mula y un esforzado ejecutivo suizo tienen la misma vida útil. Lo que les distingue es el envoltorio. Collera de cuero para el animal, corbata de seda para el siervo. Con el bozal reciente, la diferencia se difumina. El ideal ganadero de los puritanos contamina el debate. Si una mula vive 150.000 horas y un esclavo dura 5 veces más, no hay color: la mula es mucho más rentable. El espíritu de la herejía es ese: Es preferible reducir el tiempo improductivo que intentar incrementar la vida útil. Si ambos dan la hora, mejor la baratija de usar y tirar que el delicado mecanismo de un reloj suizo.

Las estadísticas no engañan. Un español dedicará 100.000 horas a jugar, 100.000 a estudiar y 100.000 a dormir antes de tener descendencia. A partir de entonces, Peter Pan empieza su vida adulta. Con suerte, dedicará 60.000 horas a currar por cuenta ajena en algo que no le disguste demasiado. No estudiará, no jugará y dormirá bastante mal. A la hora de hacer un balance, no sabrá qué ha hecho con todo su tiempo. No deja de ser paradójico que todo el mundo recuerde el tiempo perdido de la infancia pero nadie recuerde a qué ha dedicado su vida útil.

La gente que se va a vivir al campo experimenta un gran aburrimiento y vacío existencial. O eso cuentan los urbanitas alelaos que, por una circunstancia u otra, son centrifugados fuera de la ciudad. Pocos analizan que el tiempo que les sobra y les angustia es el que pasaban metidos en los atascos y en el metro. 5 o 6 horas de un lado para otro, buscando donde aparcar el coche para ir a comprar un yogur desnatado. Los puritanos les han contado tantas milongas utilitaristas, a lo largo de su vida, que no saben qué hacer con el tiempo que les fue regalado.

(c) Belge

Pandemic is over


Lo ha dicho Biden: Pandemic is over. Y si alguien sabe algo de guerras y epidemias, esa es la CIA. Lo que llamamos Inteligencia Americana es un ejército de 900.000 analistas, hackers, espías y mercenarios repartidos en más de 3300 agencias. Como tocan todos los palos, no hay fechoría que no se le atribuya. Si la CIA declara, solemne, que la pandemia ha acabado, es para que todo el mundo tome nota y ajuste el relato. Todos. Los negacionistas y los que salían a pasear al campo con doble mascarilla.. Es un alivio.Ya pueden compartir mesa y mantel y comentar las chorradas que han oído en la tele.

La Nueva Normalidad Nazi instaurada en España y resto de la UE consiste en robar a los contribuyentes y consumidores y justificar la Guerra de Ucrania. Es una resaca de mal vino que ha llenado de vomitonas el Escenario Público. No solo abjura de Dios en su inmensidad, sino que reniega de la Verdad. Frente a esa derrama de odio nihilista, no hay nada que reclamar y nadie a quien recurrir. Huelga comentar lo patético que ha resultado el reciente desfile de los 4000 borrachos.

Durante los meses de junio y julio, fallecieron 25.000 personas sin ninguna causa específica. España es así. Lo mismo se inventa 1 millón de muertos en la cuneta (7 por km de vial) que hace desaparecer 100.000 fallecidos por COVID. Si no sirven para sobrefacturar mascarillas o pretextar un Estado de Excepción, a nadie le importan. Todos esos delatores vocacionales que señalaban a sus vecinos en la calle o en el Metro, ahora meten el codo en el bar para que el camarero les atienda antes.

El balance es aterrador. En los países y regiones católicas, las víctimas se cuentan por millones. Desde hace 4 años, el 1% fallecido de la población ha desplomado la esperanza de vida media de 2 a 3 años. Es un dato que contrasta con la realidad de los continentes africanos y asiáticos, y de los países escandinavos.

Apunte sobre la política abortista de la izquierda española


Entre 1982 y 2022, han dejado de nacer 9 millones de españoles y han llegado a España 11 millones de inmigrantes. La promoción del aborto y la política de desnatalidad del PSOE no solo han derrumbado la natalidad sino que han provocado un notable envejecimiento de la sociedad. El supuesto “derecho” al aborto, vendido como ejercicio de libertad, ha retrasado en 6,22 años la edad para tener el primer hijo, de los casi 25 años en 1982 a los 31 años y 3 meses en 2021. El porcentaje de madres primerizas mayores de 40 años no para de crecer.

Una gruesa capa de maquillaje retórico ha servido para disfrazar que la apuesta del PSOE es, en esencia, nihilista y puritana. Con la excusa de “liberar” a la mujer de su derecho a elegir libremente ser madre, marxistas y “liberales” de toda condición han buscado intervenir el último reducto de soberanía y privacidad individual. Y lo han conseguido. Hasta los jueces del Tribunal Constitucional se han puesto de perfil, decididos a posponer sine die cualquier decisión jurídica que comprometa su venturosa existencia. Consagran, de facto, la imposición del aborto mediante un sistema de decisiones forzadas. A los 18 años, una mujer tiene que elegir si quiere ser “jóven” o ser madre, si quiere estudiar o tener hijos, si quiere ganar trabajar y ganar dinero o tener una familia, si quiere tener una buena casa o vivir de alquiler, si se compra un deportivo o un cochecito…En definitiva: si quieres disfrutar de todo lo que le brinda la sociedad o asume una pesada hipoteca que la condenará a vivir con bastantes estrecheces.

Lo que diferencia la retórica de la ciencia es que los hechos son tozudos y la lógica es insobornable. Cualquier falacia argumental busca siempre siempre sumar adhesiones, con giros lingüísticos y guiños emocionales. La ciencia, bien entendida, trata de explicar los hechos, no de convencer. Aunque el aborto es un “hecho social” complejo de analizar y la herramienta estadística difícil de manejar, el método es idéntico. Cualquier modelo propuesto debe partir de una premisa sencilla y ser descriptivo.

Para la sociedad española, el coste de no haber fomentado la natalidad, como han hecho otros países de la CEE, es el resultado de multiplicar el número de niños españoles que no han nacido durante 40 años por el SMI. Son datos objetivos y conocidos. A valor actual constante, el importe global neto, tras impuestos rondaría el billón de euros, a razón de 25.000 millones al año. Por lo tanto, para analizar la diferencia entre políticas natalistas y antinatalistas en España, y comparar magnitudes, hay que partir de esa cifra u otra similar.

El coste objetivo de sostener la inmigración legal e ilegal con ayudas directas supera, en lo que va de siglo, los 15.000 millones de euros al año. Y el déficit fiscal imputable a los inmigrantes es, como mínimo, el mismo que se puede atribuir al resto de la ciudadanía: de 5 a 10.000 euros, dependiendo de lo que tribute. De entrada queda claro que sostener la natalidad cuesta lo mismo o menos que fomentar la inmigración ilegal.

Si la desnatalidad no es de índole económica ni individual, es evidente que es de naturaleza religiosa o ideológica. Las mujeres se ven condicionadas en su elección, sin ser necesariamente conscientes de ello. El experimento sería tan sencillo como abonar 1000 euros al mes por cada hijo para comprobar que ser madre de familia numerosa se pone rápidamente de moda. ¿Qué mujer en su sano juicio iba a preferir ser cajera en Mercadona por 21.000 euros antes que madre de 3 hijos por 36.000 euros al año? Por cada arquitecta, ingeniera o abogada que eligiera su carrera profesional, surgirían centenares de madres “vocacionales”.

Si el beneficio económico y social de fomentar la natalidad en un país superan con creces el de propiciar la inmigración ilegal, es obvio que las políticas de desnatalidad favorecen a terceros y obedecen a objetivos estratégicos poco transparentes. Una nación envejecida es una nación decadente y débil, fácil de derrotar. El 1 de enero de 2025, la mitad del censo electoral en España tendrá raíces foráneas. Procederán de otras culturas políticas y religiosas, y tendrán otras prioridades. De la mano de la izquierda marxista y puritana, España está dejando de ser una nación matriarcal para asumir todos los tics e instituciones feudales de esas sociedades patriarcales en las que ser mujer es una condena.

© Belge

1986 – 2022: Balance de una era de progreso puritano


En el año 2000, Juan Velardes Fuertes coordinó y publicó “Historia de un esfuerzo colectivo: Cómo España superó el pesimismo y la pobreza”. Es un trabajo excepcional que describe el momento de euforia económica y social que vivían los españoles a punto de entrar a formar parte de la Unión Monetaria. 20 años después, las cosas han cambiado. Los hechos son tozudos y no necesitan adornos retóricos. Son como esos golpes contínuos que lanzan los boxeadores al contrincante, un asalto tras otro, hasta que baja la guardia. La realidad desgasta la memoria. Gracias a todas esas estadísticas, hoy podemos valorar la marcada involución que padecemos.

Desde que el Reino de España se preparaba para entrar a formar parte de la CEE, con 30 años de retraso, su población residente ha crecido un 25% pero la mortalidad se ha disparado un 66%. Asimismo, la natalidad se ha desplomado casi un 40%. La renta media anual, calculada en euros, son 14 pagas mensuales de 500 euros brutos, que dan para vivir, pagar impuestos y ahorrar algo de dinero. Llenar un depósito de 50 litros de gasóleo costaba 3000 pesetas (18 euros). Resolviendo una ecuación básica, 7000 euros de 1986 equivalen a 42000 euros actuales.

El Presupuesto de la Seguridad Social asciende a 4 billones de pesetas (24.000 millones de euros) y la Deuda Pública, a 1,089 billón de pesetas (6600 millones de euros): da idea de la magnitud exacta de un monto consolidado de 12.241.769.661.000 pesetas del Presupuesto General del Estado. La educación pesaba poco más del 4% y el Plan General de Carretera contemplaba una inversión plurianual de 800.000 millones de pesetas para incrementar en 5700 km la Red de Autopistas y Autovías. El mapa de carreteras lo componían entonces 155.000 km asfaltados, pero – paradójicamente – la Red de vías convencionales se ha reducido en más de 3000 km en los últimos 36 años.

En 1985, la Inflación Oficial medida con los criterios del INE era el 8,8%. No volvió a superar ese registro hasta 2022. Había 3 millones de parados en el INEM y la temporalidad era inferior al 18%. El sueldo de un funcionario del grupo A, sin trienios, era de 1.225.000 pesetas al año. El de los grupos D y E, aproximadamente, la mitad. El personal al servicio de las Administraciones Públicas ascendía oficialmente a 1.526.026 personas.

La extraña relación que se observa entre el incremento del número de funcionarios y de empleados públicos al servicio de las Administraciones y el mayor número de parados registrados tiene una explicación sencilla: los cursos de formación.

 

Presupuestos Generales Asignación 1985 (Euros) Asignación 2019  (Euros)
Justicia 510.199.860 1.780.744.410
Defensa 3.644.168.776 8.400.561.540
Seguridad Social 26.121.115.460 17.296.740.170
Sanidad 6.465.025.874 4.253.251.860
Educación 3.136.166.679 2.581.904.730
Agricultura 2.174.720.608 7.500.180.830
Industria 916.725.193 5.768.827.920
Transferencias a CCAA 6.226.980.888 49.510.401.920
Deuda Pública 6.545.079.093 31.547.483.770
Total 73.574.517.450 368.369.027.860

A finales de 1985 la Deuda Pública de las Administraciones superó, por primera vez, el listón de los 10 billones de pesetas (6.010 millones de euros). 36 años después, ascendía oficialmente a 1.427.235 millones de euros (237.471.922.737.000 pesetas). Representa una inflación anual equivalente al 16,36%.En ese mismo periodo de tiempo, la Deuda de las Familias (Consumo, Pasivos Comerciales e Hipoteca) se ha multiplicado por 10, hasta alcanzar los 720.000 millones de euros.

La gran transformación que nos prometían los iluminados puritanos ha resultado ser exclusivamente ideológica y religiosa. España no ha mejorado ningún registro previo, ya fuera económico, empresarial o financiero. Las familias españolas ganan menos dinero, tienen menos poder adquisitivo y, en general, son más pobres. Están más endeudadas y tienen menos hijos que en 1985.

La moraleja es tan triste como evidente: Tras 50 años de “progreso” puritano, España ha dejado de ser una nación temida, sino respetada, para devenir el hazmerreír político y económico de Europa.

© Belge

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.