¿Dónde nos arrastra la resaca monetarista?


 

La ecuación lógica del Teorema Tricheto,  RR + RF=1 no queda invalidada por la distribución de la Riqueza. Los detractores de Thomas Piketty, en ese tipo de debate, suelen argumentar que hay menos pobres en el mundo y que las condiciones de vida son notablemente mejores que al final del siglo XIX. Es una falacia lógica, estadísticamente cierta. El número de pobres es mayor, pero el porcentaje relativo es inferior, y todo acaba dependiendo del nombre que le damos a la cosa. Si caemos en la trampa nominalista, podemos llegar a concluir que un norteamericano que vive en la calle a la intemperie con 8.000 dólares de renta es menos pobre que un africano o un asiático que vive en su aldea con menos de 10 dólares al día, y que un niño danés de Copenhague es cinco o seis veces más rico que un niño de Badajoz o de Huelva.

Todas las consecuencias de la Crisis Subprime, que asoló el Sistema Financiero en su conjunto, han servido para verificar los dos principales corolarios del Teorema.  La tensión insoportable entre RF y RR ha quebrado la confianza y el valor de la moneda,  aunque no se aprecie por ahora el desastre en toda su magnitud, y ha militarizado el “imperio anglosajón” de la Triple A. Si algo se ha comprobado, en esta última década, es como todos esos países preferían renunciar a casi todos sus principios y reglas democráticas antes que al poder que les brindaba su prevalencia económica. Tuve la suerte, en 2008, de anticipar las dos respuestas, al margen de cualquier recompensa o reconocimiento.

Entendía entonces, por los antecedentes precursores que ya se podían analizar,  que EEUU y Alemania buscarían cobrarse la factura de la Crisis Subprime saqueando el granero de los PIGS.  A la España de 2008 le habría resultado más útil no mendigar una silla en el G-20 extraordinario de Washington y desentenderse de las medidas anunciadas para salvaguardar el libre comercio. Habría podido defender su economía y sistema bancario con toda la legitimidad moral del mundo.

Entendía también que el mundo protestante y anglosajón se iba a radicalizar, por pura codicia, y acabaría chocando con Rusia y China, en el Mediterráneo y en el Pacífico. No recuerdo haber leído a nadie que vaticinara la Guerra de Ucrania. Era un movimiento lógico, tras provocar Alemania la quiebra de las inversiones rusas y ucranianas en los bancos de Grecia y Chipre. Cuando el gobierno de Kiev buscara alejarse de la Unión Europea para castigar los intereses alemanes y americanos, era bastante previsible que EEUU moviera el avispero. El Kremlin de Putin tenía perfectamente estudiado el escenario y preparada la respuesta, como se ha podido comprobar.

En el año 2009, pocas semanas después del colapso de Lehman Brothers, pasó bastante desapercibida la creación del Bitcoin, la primera criptomoneda. Aunque informé de ello como curiosidad, y lo analicé como el nacimiento de uno nuevo “patrón” que desplazaba la soberanía monetaria desde el Factor Trabajo a un Factor Energía, no supe valorar el verdadero alcance financiero que tenía.

 

El debate que han abierto sobre la eliminación del “efectivo”, previa criminalización preventiva de todos los agentes económicos, es un jalón que ya han colocado para justificar la voladura de todo el sistema financiero mundial. Sería un tercer corolario necesario de la propia ecuación del Teorema Tricheto.  Si RR+ RF=1  entonces RR + X=1.  La Riqueza Financiera no necesita de un soporte material ni jurídico, siempre y cuando la capacidad militar y la tecnología cibernética garanticen el control social de los mercados.

Este tercer corolario, que permite analizar las principales consecuencias de la inminente resaca monetarista que preparan la FED y el Bundesbank,  supone un salto de tal envergadura en el paradigma financiero dominante que cuesta imaginar cómo podría ser incruento. Es difícil calibrar como puede afectar una epidemia de nihilismo al vasto, complejo y diverso universo de la globalización.  La organización de una población que se somete voluntariamente al control social es un ejercicio teórico; lo difícil es intentar entender las reglas de un mercado que rechaza ese control.  Tampoco es fácil imaginar cómo sobreviviría toda una generación al caos de esa brusca transición.

(c) Belge. 2017

Números imaginarios


En matemáticas, los números imaginarios son el producto de un número real por i, siendo i la raíz cuadrada de -1. Cuenta la leyenda que para Leibnitz era un sindiós,  un ente sin existencia, de ahí la burla de Euler al bautizarlo como número imaginario i.  Algo parecido ocurre con los tipos de interés negativos. Pagar por prestar el dinero a terceros, ya sean depósitos o créditos, es una anomalía financiera. Es el producto de la Deflación del Valor por la Inflación del Pasivo, en un universo mercantil de tipo totalitario (de suma 0).

Existe una amplia literatura sobre la inflación. Cuando en una zona se construye un puente o una carretera, en una primera fase los salarios abonados y las rentas distribuidas presionan los precios al alza, pero al cabo de un periodo X, la infraestructura empieza a generar valor per se (1+1>2) al tiempo que los precios tienden a bajar. El dinero invertido en bombardear infraestructuras destruye el valor a medio y largo plazo (1 -1<0). Por lógica, podría resumirse postulando que la suma de valor crea riqueza mientras que la suma de comisiones solo genera pleitos.

El enunciado del Teorema Tricheto que precedía la crisis financiera en mayo de 2005 rezaba que los tipos de interés positivos eran incompatibles con la Globalización. En un entorno “totalizado” (cerrado) la suma de la RR (riqueza real) y de la RF (riqueza financiera)  es igual a 1. Los economistas liberales no acaban de asumir y admitir que la suma no puede ser superior a 1 aunque ambas magnitudes crezcan.

Para entender esta curiosa paradoja, hay que acudir a la ciencia lingüística y al estudio evolutivo de distintos idiomas. Una lengua con un corpus gramatical establecido tiende a empobrecerse con el paso del tiempo, al margen de la pujanza económica y cultural de la sociedad. En los últimos 500 años, el francés de Port Royal se ha congelado, a pesar de una profusión de obras literarias sin parangón en la Historia de la Humanidad. Asimismo, el español  que hablaban nuestros antepasados al llegar a América era más rico que el actual.

Lo que está ocurriendo con los tipos de interés negativos es que la suma RF está experimentando un conato de implosión. El Teorema Tricheto predecía una especie de Credit Crunch, tan brusco como violento, para volver a un equilibrio inevitable, pero la realidad está demostrando que el poder de los bancos centrales y las castas del complejo militar-industrial (Eisenhower) es tal  que intentan eliminar por completo el Valor (RR) de la Ecuación. Pretenden bancarizar por completo la Riqueza Real. Reducir prácticamente a Cero el Valor en la ecuación equivale a someter a la esclavitud a la población de todo el planeta. El siguiente paso, tras la hegemonía de los tipos negativos, será criminalizar y perseguir el uso de dinero en efectivo y los títulos de propiedad.

(c) Belge

Inflación + deflación+ manipulación de los índices=tipos negativos


Por ser agosto, la noticia más sorprendente de la actualidad económica ha pasado desapercibida. El 28% de los bonos que se emiten ofrecen tipos negativos.  Han transcurrido poco más de 20 meses,  lo que permite anticipar que antes del 1 de enero de 2018 el 50% de los bonos ofrecerá rendimientos negativos.  Es la mayor manipulación de la Historia. Los tipos negativos son, obviamente, esos aprendices de brujo que están utilizando la política monetarista para provocar un cuadro macroeconómico inédito: inflación, deflación y estancamiento económico.  A diferencia de la estanflación de los 70, en esta ocasión son los Bancos Centrales los que están induciendo el envilecimiento de la moneda en beneficio exclusivo de unos pocos países.

El IPC de agosto en España mantiene sus registros negativos, lo que es una manera cómoda de mantener los salarios reales en niveles de los años 80. El INE utiliza la técnica del salchichón, analizando la evolución de los precios mes a mes.  Es fácil llegar a la conclusión que el niño ha crecido menos de la mitad si le mides día a día en la pared.  Para los padres,  seguirá siendo su bebé casi hasta que se vaya de casa a hacer la mili en alguna Universidad extranjera.

Si medimos la inflación analizando precios antiguos anotados en la pared, constatamos que han pasado 10,20, o 30 años de golpe. El paquete de café que valía 45 pesetas ahora nos cuesta 1,35 euros de oferta.  Ese 500% de subida no es el raquítico 4% que reflejan las estadísticas oficiales. El método será científico y riguroso, y nadie duda de la profesionalidad de los técnicos del INE, pero moverse se mueve.  500% de incremento son un 8,4% medio en 20 años,  un 6,7% en 25 años y un 5,5% en 30 años. El botellín de cerveza que costaba 6 pesetas en la barra del bar hace 40 años, hoy nos supone un esfuerzo mínimo de 1,3 euros. En términos reales, es una inflación compuesta del 9,4%, incluyendo en la ratio cualquier supuesta regresión a la media.

Es cierto, que la composición de la cesta varía con el paso del tiempo, y no es lo mismo un Golf GTI de 1991 que la serie B de Mercedes en 2016. Por 2 millones de pesetas podíamos presumir de un coche de moda tope de gama y hoy necesitamos 36.000 euros para dar envidia a los vecinos. Es una inflación del 4,5%, sin tener en cuenta menudencias como la mayor depreciación del bien. Y en términos de poder adquisitivo real, la cosa no mejora. La joven criatura que soñaba con aparcar el Golf a la puerta del bar ganaba, de media,  15 pagas de 150.000 pesetas netas al mes. Con un salario de Grupo B o C se era clase media incipiente.  20.000 euros brutos anuales hoy no dan de sí para vacilar con un coche.  En términos reales, el poder adquisitivo es mucho menos de la mitad.

La cosa se empezó a torcer hace unos 20 años, cuando los sindicatos pactaron con el gobierno “trucar” el IPC oficial para evitar el supuesto efecto de doble ronda que suponía indexar los sueldos a la inflación prevista en los PGE. Acordaron pagar a los pensionistas una paga de compensación en enero por las desviaciones que se dieran, excluyendo al resto de asalariados. Patética casta de privilegiados preocupados por el valor menguante de sus rentas muertas, mientras ya se cernía en el horizonte la amenaza deflacionista.  Y la Deflación llegó.

Más que de la Deflación y del Endeudamiento, los tipos negativos son un indicador adelantado del nivel de Proteccionismo alcanzado en la economía y en el comercio. Mucha gente los confunde, al considerar que son solo un paso más, pero los tipos de interés negativos no son tipos 0. Decíamos, hace ya 20 años, que la Codicia lleva a los Rentistas a promover políticas monetarias deflacionistas, y la Deflación conduce al Caos. Los que se reían, y presumían de conocimientos, hoy han hecho mutis por el foro.

Desde INLUCRO podemos vaticinar donde nos lleva la lógica del cuadro macroeconómico. Con un 65/70% de bonos en terreno negativo, pueden desencadenarse muchas circunstancias políticas y financieras. Lo que los economistas ignoran y descubrirán con 2 o 3 años de retardos, es que los tipos negativos no son como los tipos positivos al revés.  Puedes sudar más o menos a 20 o a 40 grados, pero estarás igual de mojado si te metes en la bañera o te tiras a la piscina. Dicho de otro modo:  se pueden arbitrar posiciones financieras entre el 0 y el 3%, pero  carece de sentido hacerlo, por ejemplo, entre el -3% y el -1%.  Pero como nos ocurrió cuando concluíamos el Teorema Tricheto, no queremos adelantar el maravilloso mundo que se nos viene encima.

© Belge. 12 agosto 2016.

La Apuesta del Cordero


La Memoria es aquel rumor de luz y calor que queda cuando no queda nada. El tiempo lo barre todo.  Los libros en sus estanterías y los artículos en las hemerotecas de los periódicos guardaban los rescoldos de ese incendio.  El desarrollo mundial de Internet a final de los años 90 ha supuesto tal revolución del paradigma cultural y de los patrones de comunicación que la humanidad sigue sin encontrar la fórmula para preservar ese evanescente espacio colectivo. Nada escapa a ese continuo lavado de cerebro que se consigue por la acumulación infinita de información inútil.

En los 16 años que duró la auténtica Invertia (Anson dixit), los inversores que conformaban el mercado financiero llegaron a intercambiar más de 30.000 conversaciones cada día.  Había de todo, como no: muchos mensajes anodinos, repetitivos, bastantes insultos,  intercambios brillantes, ideas a raudales y tertulias muy divertidas. La que bautizamos como Apuesta del Cordero, en noviembre de 2006, fue uno de esos momentos estelares que concitó a los mejores foreros de la comunidad, como protagonistas o testigos. Ahí estaban el inolvidable Borja1956, de Neguri, el genial Luizz, de Getafe, el cántabro Chewaka, el soriano Botitas, el catalán Duc, la rebelde gata, Kaurismaki, el madrileño Gosub o el canario Krakk55.

La idea de la apuesta fue de Krak55. El mercado en 2006 era irracionalmente alcista,  como lo es en la actualidad, y un servidor venía insistiendo en la idea de que el sistema financiero iba a colapsar.  Consideraba que la irresponsable  política monetaria del BCE  iba a ser la causa del desastre. Por aquel entonces, ya había publicando varios foros del día, explicando que lo mejor para España sería salir del euro por arriba, y fusionar todas sus Cajas de Ahorro. Me burlaba del corrupto Jean Claude Trichet y de su política del Euro Fuerte con una sencilla ecuación lógica.

A finales del mes de octubre de aquel año, analicé que la situación de los mercados se había vuelto insostenible. Botitas intentaba explicarnos las buenas razones de Bernanke para subir los tipos en EEUU, pero yo entendía que estaba generando mucha desconfianza en el mercado. Solía comparar, entonces, a los grandes Gestores de Fondos con los ciclistas de un pelotón bajando un puerto a 100 por hora.  Lo importante, decía, es trazar correctamente las curvas y dar confianza.  Si el que guía el descenso, traza mal, duda y toca el freno,  la montonera es inevitable.

Los mercados seguían subiendo con fuerza, como ocurre en la actualidad, pero insistía en vaticinar que el colapso de los mercados se produciría antes del 30 de febrero. Nadie tiene una bola de cristal para ver el futuro, pero todos tenemos la capacidad de deducir consecuencias lógicas.  Fue Botitas el que acotó la fecha y fijo las condiciones de la Apuesta. El 1 de marzo, el que perdiese tendría que invitar al cordero asado al resto de foreros.

Durante esos 3 meses que faltaban para el 1 de marzo, entre chanzas y bromas se multiplicaron los debates y los análisis. Ni siquiera los avisos de Alan Greenspan hacían mella en el sentimiento alcista de la mayoría de los inversores. Llegó a decir, literalmente, que el futuro de los mercados era “una moneda al aire”, al criticar, de un modo velado, que Bernanke siguiera subiendo los tipos de interés por encima del 5%.

El 26 de febrero, cuando los simpáticos foreros de Invertia se las prometían muy felices, el carry trade japonés volaba por los aires . El cambio del dólar paso de 169 a 151 yenes, y las bolsas se hundieron.  Era el claro aviso que esperaban los grandes Gestores de Fondos para salirse del mercado. Mandaron tocar a la Orquesta del Titanic, como es costumbre, y dedicaron los siguientes 6 meses a deshacer sus posiciones más comprometidas y a retirar sus inversiones. Tal y como había vaticinado, el BCE no corrigió su política monetaria y facilitó que los grandes inversores salieran  discretamente por la puerta de atrás.

La moraleja del cuento es que la Apuesta quedó en tablas. Acordamos que había sido un empate, y realmente fue algo milagroso. Fue un Golpe de Suerte que la Crisis Subprime, la mayor crisis financiera de la Historia,  se originara precisamente antes de los 3 meses vaticinados.

(c) Belge