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¿Son sostenibles las Pensiones Públicas en la España del Euro?

No es sostenible. El pago de las Pensiones, ya sean públicas o privadas, ha quedado comprometido. Pesa sobre el sistema actual una tremenda hipoteca política. El fraude, el engaño y la manipulación habitual de los términos en los que se plantea el debate actuarial no invitan a ser optimistas. Es indiferente que se usen criterios de reparto, de capitalización o un mix de ambos. El modelo del futuro, que subyace a la Europa Feudal de las Corporaciones, es la beneficencia.

Cuando España entró engañada en las postrimerías de la CEE no calibró las consecuencias y derivadas de asumir un régimen de soberanías asimétricas. La Casta política y empresarial le endosó al pueblo español una hipoteca con mucha letra pequeña oculta tras los años de carencia. Recién admitidos en el club, por la puerta de atrás, el ministro Solchaga fue el primero en bajarse los pantalones sin rechistar. No dijo ni mu cuando se negociaba La Reforma de los Tratados que iba a alumbrar la Europa de Dos Velocidades. Luego, se subió los pantalones y dijo: amén.

Tiene cierta gracia que saliera Carlos Solchaga de su cueva para poner punto a la estrategia del PSOE de utilizar a los pensionistas para agitar la calle antes de la Moción de Censura. Su argumento, tan cínico como falso: los pensionistas actuales no han cotizado en pesetas lo mucho que cobran en euros. El sofisma del hábil y retorcido político de Tafalla se basa en confundir, deliberadamente, euro con oro. Con onzas de oro en el bolsillo, ningún jubilado tendría derecho a quejarse. Pero en sus bolsillos, los pensionistas españoles solo tienen un triste vale para las colas de reparto.

La gran estafa del euro, documentada en el libro, es que cualquier militante del PSOE, del PNV o de CIU enchufados en Telefónica o Televisión Española se prejubilen a los 53 años con 2500 euros al mes. Sin haber producido nada absolutamente durante 25/30 años, cobrarán una pensión 4 veces mayor que un trabajador andaluz o un empresario extremeño que no hayan vivido a cargo de los Presupuestos Generosos del Estado. ¿Tiene sentido premiar a delincuentes, pícaros y defraudadores con pensiones 3 y 4 veces mayores afirmando que han “cotizado”? El sistema no aguantaría un auditoría minuciosa para distinguir a justos y pecadores.

Los 11.000 euros anuales brutos que cobran muchas parejas de ancianos en Andalucía, Castilla, Galicia, Asturias y Aragón son el equivalente, hoy, a 10 kilo de pan por día, a 4 litros de cerveza. Los impuestos que pagaban hace 25 años, en pesetas, era 25 kilos de pan, 12 litros de cerveza por día.  Huelga decir que los 66.000 euros que puedan cobrar los felices enchufados del PSOE y CIU en TVE y Telefónica son 6 veces esas cantidades, cuando su saldo tributario esos años ha sido 0 .

Tampoco es necesario recordar que todos los alemanes de la RDA que se han jubilado desde hace 15 años reciben 15 kilos de pan por día, 6 litro de cerveza, cuando cotizaron impuestos por un equivalente de 4 kilos de pan o 2 litros de cerveza al día. Gracias a la Unión Monetaria diseñada e impuesta por Alemania, con la complicidad de Solchaga y Pujol, reciben el doble de lo que aportaron.

El creciente déficit de las Pensiones Públicas en España, que van a provocar en los próximos meses políticos a sueldo del Bundesbank de Ángela Merkel, no tiene solución ni a corto ni a medio plazo. Por más que quieran reducir la ración de pan o cerveza de los ancianos, con la excusa de que son especuladores insolidarios con la agenda social del gobierno, no es razonable. Tampoco es posible indexar nominalmente las pensiones de los urbanitas más pobres que les votan. Por más que propicien el voto modorro, la realidad económica siempre se acaba por imponer. El “todo gratis” de las clases pasivas ha incrementado el déficit estructural de las Urbes por encima de los 150.000 millones de euros al año.

Se mire como se mire, ese déficit malicioso de 150.000 millones es un agujero bajo la línea de flotación que está hundiendo el Estado soberano. En estos 16 años que dura ya el experimento, la Deuda Global acumulada es tan pesada que hace inviable asumir una mayor carga fiscal o futuros derechos.El peso de las cadenas nos arrastrará al fondo del mar si dejamos de remar.

 

© Belge
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